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Hipólito se enfrenta al dilema de amar en el último estreno del Festival de Mérida

Gran respuesta de un público que casi llenó el Teatro Romano para disfrutar de esta obra con sello y acento extremeño. Estará en cartel hasta el domingo.

María Gallardo Jiménez

24 agosto 2018 | Publicado : 04:06 (23/08/2018) | Actualizado: 19:28 (24/08/2018)

“Yo sólo quería ser perfecto, ser como mi padre..., pero no lo he conseguido”. Con estas emocionantes palabras se lamentaba Hipólito ante su progenitor, el rey Teseo, antes de poner punto y final a su vida, después de que los valores en los que había basado su existencia –la virtud, el orden y la pureza-, se vinieran abajo de un plumazo por unas letras escritas en un papel. Una nota rubricada por el puño y letra de Fedra, su madrastra, en la que ésta se vengaba de una forma vil por haber recibido el rechazo carnal de su hijastro.

Estas son las líneas principales de ‘Hipólito’, coproducción del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, Maltravieso Teatro y la Almeda Producciones, con un marcado sello y acento extremeño, ante la cual el Teatro Romano -casi lleno a pesar de ser un día de diario- se rindió en su estreno de la noche de este miércoles, y con la que el próximo domingo, día 26, se pondrá el broche final a esta 64ª edición del certamen emeritense, dirigido un año más con la maestría de Jesús Cimarro.

La versión realizada para la ocasión por Isidro Timón y Emilio del Valle, inspirada en las dos composiciones que realizó en su día Eurípides, tuvo al público pegado a sus asientos con la vista puesta en el escenario, casi sin pestañear, desde el minuto uno. Y es que parece ser que dioses y hombres tienen el mismo problema a la hora de hablar del amor y sus consecuencias. Sino que se lo digan a las diosas Artemisa y Afrodita -interpretadas por Amelia David y Mamen Godoy-. Una defiende la virtud, la otra el placer.

Con ellas se inicia la función, en la que ambas muestran una lucha constante por poner sus valores por encima la una de la otra, a pesar de lo cual no pueden evitar lo inevitable. Así, durante una hora y media, los asistentes presenciaron enmudecidos la tragedia vivida entre Hipólito -Alberto Amarilla- y Fedra -Camila Almeda-, quien decide quitarse la vida al ser rechazada por su hijastro. Éste, a su vez, al conocer los verdaderos sentimientos de ésta la humilla y grita a los cuatro vientos que las mujeres no deberían vivir. Sin embargo, este rechazo le costará muy caro.

Y es que su padre, Teseo -José A. Lucía-, recibe una nota firmada por su querida esposa en la que, para lavar su nombre y dar una razón creíble por la que se quitaba la vida, decide contarle la peor de las mentiras: Hipólito le había violado. El primero entra en cólera y sin escuchar a su hijo lo echa y le desea todos los males, sin saber que éste había rechazado la propuesta de la nodriza de Fedra -Cristina Gallego- de “profanar el lecho sagrado de mi padre”, porque le daba “asco”, iba a “vomitar” y era “insoportable”.

"SEGUIRÍAS VIVA, SI HUBIERA DICHO SIMPLEMENTE NO"

Una carga trágica que Fedra no puede aguantar y de la que Hipólito llega a arrepentirse al enterarse que su madrastra se había suicidado. “Tú sólo eres un hombre, no es culpa tuya”, dice a su padre dirigiéndose a su final, llorando enloquecido, al mismo lugar donde quien le amaba en secreto durante años se quitó la vida. Va a buscarla para pedirle perdón. “Tú seguirías viva, si hubiera dicho simplemente no”, se lamentaba.

Por tanto, en ‘Hipólito’ se enfrentan el orden, la virtud y la naturaleza virgen, al deseo, al amor y al sexo. Una auténtica tragedia en la que se muestra la debilidad de hombres y mujeres ante el enamoramiento, cómo pueden equivocarse a la hora de tomar una decisión u otra, a quiénes van a hacer daño si finalmente la toman, o qué se van a llevar por delante. Argumentos que hoy en día están más que vigentes, porque es muy fácil opinar después de cometer el error. Sin embargo, cuando ya no hay vuelta atrás, hay que seguir viviendo.

Y así lo hicieron en la casa de Teseo, cuando la nodriza invita al resto de familiares y amigos de Hipólito y Fedra, a seguir con el plan previsto, con la esperanza de haber aprendido algo de esta tragedia para seguir viviendo con los valores de la tolerancia, el amor y la paz, tal y como cantan los protagonistas en varios momentos de la obra. Puesto que, “la calma sucede al horror, la vida es tiempo transcurrido, disfrutado o perdido, y al final acabaremos todos en los brazos de la muerte”, asegura.

En definitiva, esta versión denuncia las diferencias que hoy en día aún existen entre ricos y pobres, blanco y negros, hombres y mujeres. “Siento que agonizo, siento que la intolerancia haya desaparecido del planeta, que haya discriminaciones entre las personas por su raza o sexo”, dice la nodriza. Por eso, aboga por el “diálogo frente a la sordera” en la realidad del día a día al término de la obra, con un banquete a la luz de la luna -como los que siempre hacían-, “pero hoy ya nada será igual, no estaremos todos para cenar, la sordera de los dioses vacía dos asientos y todo por no haber sido capaces de decir que no”, sentencia.

REGAR EL TALENTO QUE HAY EN EXTREMADURA

Esta coproducción extremeña, dirigida por el propio Emilio del Valle, cuenta en la escenografía con Isidro Timón quien toma la sencillez como hilo conductor de la misma, dejando bien visible la grandiosidad del Teatro Romano emeritense, utilizando para ello técnicas circenses y música en directo –de la mano del compositor Álvaro Rodríguez Barroso-.

Precisamente, al término de la obra, Del Valle elogió a todo el elenco de la misma por el trabajo realizado. "Lo que está detrás de mí es tremendo, gente fantástica, gente vuestra, de vuestra región, con muchísimo talento y lo único que puedo pedir es que los sigáis cuidando y alimentando con todo lo necesario para que sigan haciendo su trabajo, porque lo hacen muy bien", destacó el director.

Ante los presentes, también agradeció "todo lo que me han regalado cada día", al tiempo que les deseó que las cuatro funciones que quedan por representar hasta el domingo "sean tan potentes, intensas y vivas" como la que han hecho en el estreno. Unos agradecimientos que extendió a Jesús Cimarro "por dejarme trabajar con absoluta libertad".

A colación de esto último, Isidro Timón quiso también agradecer al director del Festival de Mérida "por la oportunidad de poder subirnos al Teatro Romano a trabajar", porque "hemos trabajado con un texto complicado y lo hemos hecho muy libremente".

Esta propuesta pone en escena un amplio reparto de 14 actores, encabezado por Alberto Amarilla, junto a José A. Lucía, Amelia David, Mamen Godoy, Rüll Delgado, Guadalupe Fernández, Estefanía Ramírez y Sara Jiménez. A su vez, han debutado en el Teatro Romano de Mérida Camila Almeda, Cristina Gallego, Javier Uriarte, Raquel Bravo, Estefanía Ramírez y Rubén Lanchazo.

Cuando bajó el telón, Alberto Amarilla agradeció ante los medios a Jesús Cimarro porque, a su juicio, ha sido "muy valiente" la decisión tomada al hacer una Fedra y un Hipólito en la misma edición del Festival, porque el tema "es bastante complejo e incómodo". Agradecimientos que hizo extensivos a Isidro Timón, Emilio del Valle y Luis S. Molina, por "haber motorizado todo este proceso del que me siento muy orgulloso por el trabajo realizado de cara al estreno que en el teatro es como un parto: es necesario pasar por aquí".

"Y estoy muy orgulloso, especialmente, del equipo que es de Extremadura. Hay que regar el talento de aquí, de esta tierra, que lo hay y mucho. Yo me fui muy joven de aquí y me ha sorprendido mucho encontrarme estas maravillas que tengo aquí detrás", apostilló el intérprete cacereño. 

Muy emocionada, Camila Almeda agradeció que hayan confiado en ella para esta Fedra, "por apostar por las nuevas caras, por la gente joven, por apostar por este elenco tan bonito y por este Hipólito".

Finalmente, Cristina Gallego reconoció que el estreno de esta obra había sido "una de las experiencias más bonitas" que había tenido en su vida, "estar en este escenario y tener a tanta gente delante ha sido conmovedor y hermoso", sentenció la actriz haciendo referencia a la gran ovación brindada por el público en pie y durante unos minutos al término de la función. 

Cabe destacar que en el último estreno de la 64ª edición del Festival de Mérida estuvieron presentes el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara; la consejera de Cultura e Igualdad de la Junta, Leire Iglesias; la consejera de Medio Ambiente, Rural, Políticas Agrarias y Territorio, Begoña García Bernal; el secretario de Estado de Política Territorial, Ignacio Sánchez Amor; el alcalde, Antonio Rodríguez Osuna; y el presidente de la Diputación de Badajoz, Miguel Ángel Gallardo, entre otras autoridades.

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