Nunca pensé, cuando publiqué su biografía y su obra, incardinada en mi libro, “La Diputación de Cáceres y sus Presidentes, 1898-2003)”, (2004), que tendría la ocasión de volver a escribir sobre él, con ocasión de su óbito. Pero la vida tiene estas sorpresas que es preciso asumir y vivirlas como se pueda.
De alta su estatura, gafas graduadas, voz apagada y débil (que no exteriorizaba su fuerte personalidad), su caminar ligero y calva reverencial, nos pueden dar unos trazos urgentes de su conocida fisonomía. En cuanto a la actitud y talante personal, de este prestigioso hombre, transterrado a Cáceres, desde sus tierras vallisoletanas, concretamente desde la localidad Fresno el Viejo, quedan señalados por alguien que lo conoció muy bien: “(…) de estados de ánimo cambiantes y de súbitos enfados, que no quedaban en nada después, como comprobé en mis relaciones con él, con motivo de una disputa, entre ambos, sobre los frescos de los muros de San Francisco (Cáceres), que se apresuró a restaurar inmediatamente”. Más adelante lo calificaría de “inteligente, perspicaz e intuitivo”. En resumen, y ya desde la hora y día en que escribo estas líneas, he de expresar que se trataba de un caballero de reconocido prestigio como jurista y luego como político.
Cursaría el bachillerato en el colegio de Nuestra Señora de Lourdes”, de Valladolid, donde estudió la carrera de Derecho. Seguidamente, opositó al Cuerpo Superior de la Administración Civil del Estado (TAC), saliendo victorioso de la prueba a la edad de 24 años. Destinado a Cáceres, al puesto de secretario Provincial de la Delegación de Trabajo, conoce a la que luego sería su esposa, Natividad Vioque Castaño, con la que contrajo matrimonio el 13 de julio de 1967, de cuyo matrimonio nacieron siete vástagos. Pero su gran dinamismo, siempre probado, no cesará y sus ascensos de brillo y relumbre tampoco, puesto que fue nombrado, poco después, por acuerdo del Consejo de Ministros, Delegado Provincial de Educación y Ciencia de Murcia, cuando estaba en su pleno desarrollo la reforma educativa del ministro Villar Palasí. De dicho puesto, pasaría a ocupar la Subgerencia Nacional del Servicio de Acción Formativa del PPO, y, más tarde, ocupó el cargo de Subgerente Nacional de Universidades Laborales.
En el año 1976, y a petición propia, regresaba a la ciudad de Cáceres, donde ocuparía el cargo de secretario Provincial de Seguridad Social y Sanidad, al tiempo que comienza el libre ejercicio de la abogacía , perteneciendo al Ilustre Colegio de Abogados de citada ciudad, desde el 20 de octubre de dicho año, hasta la actualidad. De modo simultáneo desarrolló su labor docente en la Facultad de Derecho de la Universidad de Extremadura, mientras que, por otra parte, es preciso anotar su paso por la Escuela de Prácticas Jurídicas, de la que fu su director por un período de tres cursos académicos.
Durante el tiempo de la Transición, se ha de señalar que sería Vicepresidente de Arex, (Acción Regional Extremeña), partido de carácter regional que, más tarde, se integró en el partido de Unión de Centro Democrático (UCD). Una vez elegido concejal, en 1979, por el Ayuntamiento de Cáceres, en las primeras elecciones municipales, fue nombrado portavoz de dicho grupo político.
Jaime Velázquez accedió al cargo de Presidente de la Diputación, siendo el primero de la Democracia, desde el año 1979 a 1983, pues decidió, terminado el mandato no presentarse a la reelección, sobre todo por motivos de haberse disuelto la UCD que lideraba Adolfo Suárez. Pero no sin haber dejado una estela de gran dinamismo, lo que ha tenido siempre admiradores convencidos de las grandes dotes de gestión de que estaba adornado, mientras otros han criticado algunos de sus hechos. Audaz y emprendedor para unos y despilfarrador para otros, (llegando a decir que profesaba una política impopular, insolidaria y elitista), pero se ha de señalar que, como argumentan los primeros, mediante su mandato, acudirían a Cáceres los más famosos artistas del país, con ocasión de los suculentos premios que instituyó . A este respecto, José María Pagador, escribió estas palabras: “Jaime Velázquez, probablemente pasará a la pequeña historia de Cáceres, como el presidente de la Diputación que más hizo por la provincia en todos los tiempos”. Más adelante subrayaba que este personaje era muy consciente de estas dos cosas: “Lo imprescindible que es la cultura para la formación y el progreso de un pueblo, y el factor de estabilización y consolidación de la democracia en que se convierte un pueblo, cada vez más culto”. Seguidamente, escribía: “No sólo tenía la voluntad de llevar a cabo una importante acción cultural, en Cáceres y provincia, sino que, además, estaba revestido de las cualidades y de la experiencia necesaria para ello”.
Pormenorizando algunas de sus actuaciones se han de señalar las siguientes: Por medio de la Institución Cltural “El Brocense”, y tratando de llenar los vacíos culturales existentes, agilizará , de manera muy sensible, el apartado cultural de la Diputación. A este fin, hará que dicha institución se convierta en un instrumento idóneo para incentivar, gestionar y canalizar la actividad cultural de la Diputación, con personalidad jurídica, y órganos propios, y con una autonomía similar a la de una fundación”.
Otras actuaciones de relieve son las que, a continuación, reseñamos:
- Hizo posible la apertura del Museo de Arte Contemporáneo de Cáceres, en la Casa de los Caballos.
- Los “Premios Cáceres, de Escultura y Pintura”, dotados con un millón de pesetas.
- Aula Poética “El Brocense”, de la que se hizo cargo el poeta extremeño, y Premio Adonáis, Ángel Sánchez Pascual.
- El Premio “Dionisio Acedo”, de Periodismo, como los “Otoños Musicales”
- Fundación de la Editorial de la Provincia.
Otras realizaciones fueron: Una política educativa asistencial; el Hogar Infantil, “Julián Murillo”; el Colegio-Residencia “La Inmaculada”; el Colegio-Residencia “San Francisco”. Así mismo su presidencia en la Diputación de Cáceres le dio oportunidad para llevar a cabo una política sanitaria con la mejora sustancia de la asistencia prestada a los enfermos. Igualmente, su labor eficaz y dinámica se extendió a buena política de dotaciones, especialmente en el capítulo de comunicaciones, necesarias para el desarrollo de la riqueza provincial, con el fin de insertar a nuestra provincia en el rango que le correspondía. Una política deportiva y unas grandes reformas y el embellecimiento del Palacio Provincial cierran, su labor como Presidente de la Diputación Provincial de Cáceres.
En otro orden de cosas, se ha resaltar que sería uno de los que integraron la comisión encargada de redactar el borrador del Estatuto de Autonomía de Extremadura. En 1983 anunciaba su decisión de retirarse de la política, para pasar a su bufete de abogado, donde llevaría a cabo una labor brillante, de gran compromiso con dicha profesión, y dedicado en cuerpo y alma a los asuntos propios de esta nuevo trabajo, destacando en el mundo de la abogacía, de manera rotunda y efectiva. Hemos de añadir que, el 22 de abril de 1989, se incorporaba al primer Consejo de Administración de Corporación de Medios de Extremadura, entonces empresa editora del periódico “Hoy”, donde permaneció hasta 2013, según datos recogidos del trabajo publicado por el actual Subdiderector de este diario en Cáceres, J. Domingo Fernández.
Nota:
Nacido en Fresno el Viejo (Valladolid) en 1939 y fallecido el 19 de abril de este mes, en Cáceres.