pp elecciones 2025

IV centenario de la Segunda parte del Quijote. Su influencia y legado.

26 enero 2015

Este año se celebra en España, pero, especialmente, en Castilla La Mancha, el año del Quijote, en su IV Centenario de la Segunda parte, cuyos actos fueron inaugurados por María Dolores de Cospedal...

Este año se celebra en España, pero, especialmente, en Castilla La Mancha, el año del Quijote, en su IV Centenario de la Segunda parte, cuyos actos fueron inaugurados por María Dolores de Cospedal, Secretaria General del PP, y en los que la voz de la soprano Ainoa Arteta, destacó, como siempre, por la belleza de su voz relevante en el mundo de la ópera.

Con toda clase de exposiciones, simposios, conferencias, legados, ensayos, y todo aquello que pueda hacernos recordar, más y mejor, la trascendente dimensión literaria de esta obra que es juzgada, sin paliativo, como la mejor novela escrita en el mundo, a todo lo largo de su historia.

El Quijote es punto y aparte, como producto singular de esa otra galaxia literaria, casi inalcanzable, escrita por un español que, a pesar de todo, su vida no fue un triunfo redondo en el palmares de la sociedad de aquellos años, del Siglo de Oro que pontificó en todas los escenarios donde se cultivaban las letras, especialmente el género de la novela.

Y no fue su triunfo social al modo de un Lope de Vega, o de un Calderón de la Barca, o similar al de otros autores modernos que fueron coronados con la fama y popularidad con los laureles de una clamorosa admiración y los aplausos del reconocimiento por parte de sus coetáneos.

Todo lo contrario, Cervantes tuvo que pasar por prisiones oscuras, por una serie de circunstancias, de las que ninguna de ellas nos dan la verdadera dimensión de su auténtica honradez e inequívoca rectitud de su vida. Pues Miguel de Cervantes fue un caballero con más virtudes que defectos, y un gigante, por supuesto, en el Olimpo de las Letras.

Nadie como él llegó a realizar todo el paradigma más acabado del arte de novelar, nadie como él tiene un libro que hoy sigue siendo centro de estudios, de tesis y tesinas, de simposios, conferencias, como verdaderas palancas para poder catapultarnos hasta el mismo meollo de la esencia más genuina del alma de la Lengua Castellana.

Cervantes realizó la proeza de hacer el libro talismán del que nadie ha encontrado una tacha, ni la más leve sombra de crítica, de cierto calado, por lo que su influencia en los novelistas posteriores ha sido enorme, profunda e indeleble, como vamos a tratar de demostrar en las líneas que siguen, y que invitamos al lector que haga un pequeño esfuerzo por acompañarnos.

“La influencia del Quijote, viene a decir César Vidal, en su libro: La cultura española. Todo lo que hay que leer ver y escuchar (Planeta, 2011), resulta especialmente poderosa, a partir del siglo XIX, cuando se inicia lo que podríamos considerar la Edad de Oro de la Novela…”

Con tales palabras nos da pie a ir subrayando los momentos y los autores que fueron bebiendo de las aguas cristalinas que fluían de texto tan famoso como fue el denominado: “El ingenioso hidalgo, don Quijote de la Mancha”.

Será Carlos Dickens uno de los primeros que moje su pluma en la inspiración del texto del universal manchego, con su obra :”Los papeles póstumos del club Pickwick”, que, según el autor citado, no es más que “un quijote a la inglesa suspendido entre la realidad y el idealismo, al que acompaña un criado llamado Sam Weller, trasunto anglosajón de Sancho Panza, “hasta el punto de intentar imitar a éste en la utilización continua de refranes”.

Hunde también sus raíces en el libro que comentamos la obra “Tartarin de Tarascon”, de A. Daudet, como las que responden al nombre de “Rojo y Negro” y “La Cartuja de Parma”, de Stendhal. Y será, entre otros coetáneos, nada más y nada menos que el francés Flaubert, el que, nos muestra en su obra: “Madame Bobary”, huellas más o menos evidentes de mucho de lo que puede rastrearse en la obra que nos ocupa, este tantas veces llamado“el inmortal hidalgo”.

Y será otros novelistas francés los que sigan los reflejos y el sello cervantinos en alguna de sus obras, atraídos por la fuerza de la poderosa influencia que le producía la personalidad, entera y solidísima, del Quijote. Y no faltan los autores americanos a los que, como no podía ser de otra manera, los efluvios, los ecos del Quijote de Miguel de Cervantes, llegarían claros y nítidos, como, por ejemplo, a Mark Twain, con su conocida obra “Tom Sawyer”. Unas huellas elocuentes todas ellas para demostrar la irresistible atracción que producía el texto del famoso manchego, que tanto hubo de sufrir en vida, y tanto éxito tendría una vez fallecido.

Pero serán los autores rusos, al decir del citado César Vidal, en los que influyó, de manera muy especial, el poderoso mensaje del Quijote, aunque, sería tardía su traducción a la lengua rusa, ya en la segunda mitad del siglo XVIII, pero no desde la cuna del castellano sino de la lengua francesa.

Entre los autores rusos que tienen que ver con la influencia del Quijote está Turgéniev, quien realizaría un ensayo sobre el mundo cervantino del universal texto que tanta admiración produciría en la historia de la literatura rusa. Pero será el novelista Karamcin el que más a fondo entraría en este mundo siempre apasionante, e inagotable, y rompedor sobre los hábitos, sensibilidades y tics del mundo de la novela de caballería, sobre el cual intentó hacer una caricatura a través de este famoso libro del genial manchego.

Nuevos pujos de quijotismo se puede palpar fácilmente en la obra de Gógol, en sus “Almas muertas”, aunque “su humor sea más ácido y negro que el de Cervantes”. Y qué decir del gran Tolstoi, con respecto a sus libros como “Guerra y Paz”, y otros, todos ellos de fuste y prestigio reconocidos. Así mismo será Dostoyesky quien se decide a adentrarse por la jungla, siempre apasionante del Quijote con sus recreaciones, como “Crimen y Castigo” y “Los hermanos Karamazov”, dos de las obras rusas más leídas y admiradas por cualquier lector que se precie de ser un buen “gurmet” de la novelística. En otros autores rusos también se vislumbra detalles y el aroma cervantino de la obra que comentamos.

Ni que decir tiene que el Quijote, como no podía ser de otra manera, también influyó en buena parte de la producción novelística de España, con ecos que están presentes en obras como “La Regenta”, de Clarín, y en grado similar por lo que corresponde a nuestro Pérez Galdós, especialmente en su texto “La desheredada”, con evidentes “guiños cervantinos” . Igualmente su obra “Nazarín”, no deja de tener huellas y senderos caracterizados de influencias cervantinas…

Ni la más poderosa modernidad, viene a decir el citado analista, de quien seguimos, de alguna manera, su guión de glosa y comentario, sobre la influencia cervantina en la novela universal, pudo enneblinar, oscurecer ni, menos, arrinconar, el poderío contaminador del Quijote. De ahí que se llegue a decir que los más famosos escritores de novela norteamericana, como Faulkner, no se vieron libres de tales influencias. Las que se verían patentes, en otros escritores, del mismo modo, como en Proust, Kafka y James Joyce, con obras como “Ulises” y “En busca del tiempo perdido”.

Y por supuesto, se vería tan irresistible marchamo y aroma en parte de la obra del español, otrora rector de la universidad de Salamanca, Miguel de Unamuno, en su obra “La vida de don Quijote y Sancho”. Como en otro autor español-L. Martín Santos- en “Tiempo de silencio”, etc.

Como también se rastrea la influencia evidente en el universo teatral a través de varios de los textos de autores como Breckett, Pirandelo y Brecht. Y será la música y el mismo cine, los que, mediante las más diferente escenografía y los más diversos pentagramas y tonos musicales, recojan buena parte del mundo cervantino, reflejado en el Quijote. Recuérdese la película protagonizada por Rafael Rivelles, “Don Quijote de la Mancha”, film dirigido por Rafael Gil.

Hasta la televisión acogió en las ondas de la que, peyorativamente, alguna que otra vez, se ha llamado “la caja tonta”, con insultante desprecio, algunas producciones cervantinas, como, por ejemplo, la serie puesta en escena, el año 1990, bajo el título de “El Quijote”, y bajo la dirección de Manuel Gutiérrez Aragón, al mismo tiempo que interpretada, de forma notabilísima, por el gran actor Fernando Rey y el no menos formidable Alfredo landa, ya los dos fallecidos. Posteriormente, volvió a ponerse en el cine otra serie, bajo el título, “El caballero don Quijote”, así mismo dirigida por Gutiérrez Aragón.

Otras obras, otras series, y otras producciones cinéfilas y musicales conforman el cúmulo extenso de producciones que han tratado de recrear, con mejor o peor suerte, la gran y famosa obra de Cervantes, “El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha”, esmaltada de trágicas aventuras, de embrollos insalvables, de relatos fantasiosos, de leyendas maravillosas, de quebrantos que pudieran haber dado al traste con el mismo vigor físico del hidalgo manchego; lleno de ínfulas de héroe, en principio de buena voluntad, pero que, en ocasiones, pudo caer en los trances más calamitosos y caricaturescos de la vida. Todo ello, en el fondo, se proponía arrumbar el tan famoso género novelístico de la Caballería, a caballo de sus libros de caballería, valga la redundancia.

Es evidente que en el “cañamazo” de obra tan famosa, se palpan manantíos de pensamientos e ideas que tiene que ver con el mundo del amor patriótico, y con esa libertad de la que estuvo separado, por mil circunstancias, con sus prisiones nuestro novelista Miguel de Cervantes. Y toca otros valores como la honra, la prudencia en la vida. En la segunda parte del Quijote, (que no vamos a tocar por exigencias de espacio y otras cosas ajenas a nuestra voluntad, de este que hace tales comentarios), el escritor se muestra más maduro, por lo que este segundo intento es más coherente, más acabado y solvente, como todos los críticos han afirmado, al tratar las vivencias del entorno de modo más profundo y solvente. Cervantes ya está instalado bien en la sociedad, tiene poderosos mecenas que le van a ayudar a profundizar aún más en Edmundo siempre apasionante del Quijote, joya indesmallable de toda la Historia de la Literatura hispana.

Pero, no obstante, no son pocos los lectores que siempre han preferido la primera parte, por encontrarla más a ras de tierra, más colorista, aunque, eso sí, menos medular y entera. En otra ocasión, nos adentraremos por esta segunda “salida” quijotesca.

OPINIÓN DE NUESTROS LECTORES

Da tu opinión

NOTA: Las opiniones sobre las noticias no serán publicadas inmediatamente, quedarán pendientes de validación por parte de un administrador del periódico.

NORMAS DE USO

1. Se debe mantener un lenguaje respetuoso, evitando palabras o contenido abusivo, amenazador u obsceno.

2. www.regiondigital.com se reserva el derecho a suprimir o editar comentarios.

3. Las opiniones publicadas en este espacio corresponden a las de los usuarios y no a www.regiondigital.com

4. Al enviar un mensaje el autor del mismo acepta las normas de uso.