07 enero 2020
Un irrigador dental es un aparato que los dentistas y odontólogos utilizan en su consulta para conseguir limpiar a fondo los dientes y las encías. Lo que hace es ejercer un chorro a presión de agua o de alguna otra solución sobre la zona, para limpiar el área con gran calidad y rapidez. Su gran eficacia reside en que el chorro a presión puede llegar a todas las partes del diente, donde un cepillo tradicional no puede ni siquiera acercarse.
Pero ahora el cliente puede disfrutar de todas las ventajas de usar esta técnica desde casa, ya que existen irrigadores dentales portátiles para uso doméstico que se pueden adquirir cómodamente a través de internet. Unos de los mejores modelos que se pueden encontrar en la red, y con sinónimo de calidad y eficacia, son los irrigadores Sowash.
Características de los irrigadores de la marca Sowash
Ahora que existe la posibilidad de comprar un irrigador dental debido a sus múltiples ventajas para cuidar la higiene bucodental, el siguiente paso es pensar qué modelo elegir. Dentro de la marca Sowash, encontramos tres tipos distintos de irrigadores que se adaptan perfectamente a las necesidades personales de los usuarios. En primer lugar existe el irrigador Family que está especialmente diseñado para que lo puedan usar varias personas, ya que cuenta con hasta cuatro cabezales diferentes. Se trata de un producto especialmente indicado para aquellas personas que sufren de encías sensibles y es muy sencillo de utilizar, ya que solo necesita estar conectado a un grifo de agua como el del lavabo para poder funcionar.
Otra opción de irrigador para elegir es el Vórtice Hidropulsor, que es todavía más efectivo, al contar con un sistema específico que permite regular la presión de agua. Además, es un modelo pequeño y ligero que facilita su movilidad, y produce muy poco ruido cuando está en funcionamiento. El último de los irrigadores de la marca Sowash que merece la pena conocer es el Waterjet que, además de regular la presión, puede variar y adaptar la temperatura del agua. Es el más eficaz, el más práctico y que pesa menos de todos ellos, por lo que es perfecto para llevarlo encima cuando, por ejemplo, nos vamos de viaje.
El primer paso que hay que realizar para empezar a usar un irrigador dental, es llenar el depósito de agua con el que cuenta el aparato gracias al adaptador para el grifo con el que cuenta. A continuación, elegimos la boquilla y la presión que queremos, así como la temperatura si el aparato nos lo permite. Si lo vamos a utilizar por primera vez, lo mejor es poner primero la presión al máximo y dejar que el agua salga sola durante unos segundos, para después poner la presión al mínimo, e ir subiendo o bajando, según vayamos notando que nuestros dientes se empiezan a adaptar a la irrigación.
Pero para empezar a irrigar, el aparato tiene que estar apagado, con la boquilla colocada en un ángulo de 90 grados sobre los dientes y el usuario tiene que tener la boca algo abierta. Ahora ya podemos encenderlo y empezar con la irrigación, empezando por los dientes posteriores y prestando especial atención a la parte baja de las encías. Una vez que hemos terminado el proceso por toda la boca, hay que lavar el aparato al igual que haríamos con un cepillo de dientes tradicional, con el fin de acabar con una limpieza profunda y con el mal aliento.
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