06 agosto 2018
Las personas mayores son pilares fundamentales en nuestra sociedad, pues proporcionan conocimiento, consejos y grandes dosis de afecto, pero parece que la sociedad cada vez más los está dejando de lado y olvidados. Hoy en día, la mayoría de la población de edad avanzada se encuentra relegada en residencias, algunas con visitas regulares y otras sin ni siquiera esa suerte, o viviendo en sus propias casas, pero con familiares que no pueden estar con ellos a diario o simplemente sin ninguna familia que les ayude. De hecho, cerca de dos millones de personas mayores de 65 años viven solas. Es por eso que, a lo largo de estos últimos años, han ido aumentando las asociaciones que nacen enfocadas al cuidado de personas mayores, con o sin ánimo de lucro.
Muchas de estas organizaciones, entre sus diversos servicios, ofrecen a las personas mayores un acompañante, es decir, una persona que les ayude en el día a día, que les anime a realizar nuevas actividades o simplemente acompañarles a salir a dar un paseo. Es lo que muchos han denominado como “acompañamiento afectivo”. Gracias a esto, los mayores sienten que no están solos y pueden hacer frente a diversos acontecimientos y factores en su vida que, por otro lado, al encontrarse sin ayuda, no serían capaces de afrontar de la misma manera.
Además, algunas de estas organizaciones van más allá y ofrecen una gran diversidad de servicios para el cuidado de personas mayores, pudiendo ayudarles estos acompañantes en la limpieza del hogar, en el cuidado personal así como en las habituales visitas al médico. Por otra parte, brindan también la oportunidad de que personas con movilidad más reducida puedan realizar tareas y disfrutar sin ninguna restricción. De esta forma, esas ayudas favorecen el incremento en la calidad de vida de estas personas, pudiendo estar sin ellas en una situación más precaria.
El voluntariado como forma de concienciar a la sociedad
Otra tendencia que ha ido teniendo un gran recibimiento en la sociedad, y que se realiza en casi todo el mundo, es el llamado voluntariado. Esto consiste en que tanto jóvenes como personas adultas deciden dedicar su tiempo en ir a visitar a aquellas personas mayores que se encuentran, en su mayoría, en residencias con el fin de que no se encuentren solos. A menudo, la misión de estos voluntarios es simplemente pasar un rato agradable con ellos, ya sea leyendo, jugando o saliendo a pasear. Cosas sencillas que suponen enormes cambios en el ánimo de las personas mayores, las cuales a menudo se sienten abandonadas.
Estos voluntarios, en ocasiones, no solo quieren pasar su tiempo con una persona mayor sino que además, organizan cursos especializados enfocados con el fin de que los mayores se diviertan y consigan al mismo tiempo seguir desarrollando sus habilidades. Una de las mayores aportaciones de este voluntariado es que permite establecer, sobre todo en personas jóvenes, un respeto y comprensión hacia las personas mayores y a cambio, estas, le devuelven un cariño y afecto sin límites.
Por lo tanto, parece que, como sociedad, nos estamos dando cuenta poco a poco que necesitamos dedicarles tiempo a nuestros mayores y ayudarles a sobrellevar los momentos duros. Además, nunca está de más el aportar alegría, ilusión y compañía a aquellas personas que, de una forma u otra, están dispuestas a recibirlas sin esperar nada a cambio.
