02 mayo 2018
Si bien es cierto que las cosas han progresado mucho gracias a iniciativas como la Ventanilla Única y las bonificaciones a los primeros meses de las cuotas de trabajadores autónomos, el emprendimiento no es ni mucho menos, una de las opciones más populares entre los españoles debido a los riesgos que se perciben. Y es que a pesar de los avances de nuestro país en cuanto a las facilidades, pocos son los emprendedores que pueden comenzar sin acudir a los préstamos para pequeños negocios.
Para empezar habrá que pagar el coste del Registro Mercantil y de un notario, lo que a la postre supone unos 200 €. Además, la ley estipula que el capital social mínimo es de 3000 € que habría que ingresar en la cuenta de la sociedad. Este dinero no lo pierdes, de hecho es el que usarás para afrontar los gastos de la empresa, pero de momento necesitarás aportarlo y tenerlo disponible.
La contabilidad empieza a complicarnos las cosas, porque supone un gasto de unos 100 € mensuales en cualquier asesoría. Por supuesto, los precios varían y se pueden encontrar cosas más baratas, pero teniendo en cuenta que es una actividad que puede acarrear muchos disgustos si se hace mal, conviene optar por alguien de confianza y no escatimar tanto en el precio.
El siguiente golpe viene de la administrador, ya que una sociedad necesita uno y debe ser autónomo con la triste particularidad de que debe pagar una cuota de 344 € como mínimo. Es decir, solo por abrir la empresa, lo normal es que el emprendedor afrontar un mínimo de 450 € en gastos, algo que si bien no es dinero para una empresa en funcionamiento, es una espada de Damocles para un proyecto que empieza y no tiene ingresos.
Si multiplicamos esos 350 € por 12 meses, obtenemos 4.200 € a los que habría que añadir los 200 € de constitución.
A partir de ahí, habría que comenzar la inversión. Dependiendo del tipo de negocio esta puede ser muy importante o limitarse a unos pocos cientos de euros. Asuntos en los que se suele tener que invertir son:
· Alquiler de un local
· Página web
· Stock de productos
· Servicios de telecomunicación: teléfono e internet
· Electricidad
· Equipos informáticos
· Mobiliario
Ante este panorama no es extraño que un emprendedor necesite unos 10.000 € para su empresa, aunque es una cifra que como decimos puede variar muchísimo. Por supuesto, no todo el mundo puede disponer de este dinero sin que afecte a su economía considerablemente.
Afortunadamente, existen diversas opciones de financiación para PyMES. Desde los préstamos ICO, hasta los préstamos bancarios tradicionales de entidades por todos conocidas como el Banco Santander, BBVA, etc., pasando por los préstamos más novedosos que se pueden conseguir gracias al crodwfunding en plataformas como la alemana Bitbond.
Las condiciones más ventajosas suelen estar en los préstamos ICO, sin embargo cumplir sus requisitos y formalismos no está al alcance de todos. En cuanto a los bancos, suelen requerir garantías y avales y es probable que solo concedan financiación a clientes que tienen domiciliada la nómina o van a gestionar la empresa con ellos. Finalmente las plataformas de crowdlending son mucho más flexibles que los bancos, pero todavía son desconocidas para mucha gente.
Por ejemplo, en Bitbond se pueden conseguir préstamos para PYMES partiendo de un 9,67% de interés anual. Por supuesto, los intereses dependen de la situación de cada solicitante, pero puesto que informarse es gratuito, bien puede merecer la pena.
*Este artículo ha sido posible gracias a Bitbond.
