La reducción del empleo público mantenida a lo largo de los últimos meses está poniendo en serio peligro el modelo de función pública que debe dar servicio al ciudadano.
Desde hace cuatro años, cuando comenzaron los recortes de forma tan indiscriminada en todos los ámbitos de la sociedad, nadie preveía que sus efectos podían ser tan devastadores como lo están siendo.
Como viene siendo habitual, con el comienzo de un nuevo año proliferan los análisis de la situación del país, en especial en términos económicos y sociales, con relación al ejercicio precedente.