17 junio 2021 | Publicado : 18:19 (17/06/2021) | Actualizado: 11:58 (07/07/2021)
Todo parece indicar que estamos viviendo una revolución tecnológica con una influencia solo comparable a las industriales vividas durante los dos últimos siglos. Robots, drones e inteligencia artificial son conceptos que cada día nos resultan más habituales. Incluso en un sector tan tradicional como el agrario. Aquí queremos analizar cómo estos avances van a influir en él en un futuro no tan lejano.
Imaginar un terreno de cultivo trabajado casi en exclusiva por robots no es un ejercicio de ciencia ficción. Así lo afirma Girish Chowdhary, director del Daslab (Laboratorio de Sistemas Autónomos Distribuidos) de la Universidad de Illinois, Estados Unidos. En una entrevista a la BBC afirma que esos dispositivos serán de todos los tamaños y que estarán controlados por un equipo autónomo.
Especial mención hace a los drones debido, fundamentalmente, a su capacidad para cubrir grandes espacios. Ya hay prototipos que, incluso, cuentan con un brazo mecánico capaz de recolectar la fruta de los árboles en pleno vuelo. ¿El problema? Actualmente, la autonomía de estos dispositivos es limitada. Pero existen trabajos de innovación destinados a corregir este problema en el futuro.
Efectivamente, no hace falta irse a Estados Unidos ni a ningún lugar remoto para encontrar un buen ejemplo de implantación de este tipo de tecnologías. Ha sido fabricado por la compañía onubense Agrobot, cuenta con 24 brazos robóticos independientes que trabajan perfectamente coordinados gracias a un ordenador centrar y es capaz de agarrar, cortar y almacenar las fresas con total delicadeza.
Ese ordenador central está programado para, a partir de una serie de sensores integrados en los brazos, comparar las imágenes y evaluar el punto de madurez de la fruta. Así consigue automatizar la práctica totalidad del proceso, liberar al agricultor para que se dedique a otro tipo de tareas más productivas y, a medio y largo plazo, reducir notablemente sus gastos operativos.
Como es obvio, una máquina capaz de recolectar la fruta y la verdura va a tener un fuerte impacto sobre los jornaleros, es decir, sobre aquellos trabajadores que se ganan la vida realizando este tipo de tareas. Sin embargo, en torno a este tipo de equipos van a crearse otros muchos empleos más especializados y centrados en su creación, desarrollo y mantenimiento. Puede decirse que se avecina otra edad de oro para los ingenieros.
En definitiva, la inteligencia artificial y los robots que ya son protagonistas en otras industrias como, por ejemplo, la del automóvil, también parece que va a ser referencia en el campo. Probablemente, ni siquiera haga falta esperar demasiado.
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