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El baby cotton y los primeros casos de vientres de alquiler

24 mayo 2019

Los vientres de alquiler es un tema muy polémico que se trata de una forma diferente en cada país, según en el marco en el que se muevan.

Uno de los primeros casos de vientres de alquiler se remonta al año 1985. Fue entonces cuando Kim Cotton dio a luz a una niña que había sido concebida con sus óvulos y con el esperma de un varón anónimo. Este bebé fue entregado en el mismo hospital, con un pago de 6500 libras.

Debido a la polémica que entrañó este caso, se crearía primera normativa sobre la gestación subrogada. Sin embargo, aunque esta práctica era legal allí, en Londres, no lo es su explotación comercial.

A partir de ese momento, Kim fundó una organización de apoyo a la maternidad subrogada, en el año 1988. Esta mujer declaró en una entrevista que si que es cierto que todo se inició porque tenía dificultades económicas. Sin embargo, también alude a que había otros motivos: conforme iban pasando las semanas de embarazo se dio cuenta de que era lo correcto, que estaba ayudando a aquellas personas que no podían tener hijos.

Pero esto no quedó aquí, ya que Cotton volvió a dar a luz 6 años después, en este caso a 2 gemelos. En este caso, siguió en contacto con la madre “legal”, incluso hasta con los niños (que ya son adultos).

Según establece la normativa de ese país, la mujer que presta su vientre a este tipo de servicios es la madre legal del bebé. Sin embargo, a partir de ese momento se puede solicitar la patria potestad a través de lo que se conoce como una parental orden (para ello, se debe iniciar un procedimiento judicial).

Debe existir un acuerdo en el que se estipulen las condiciones de la concepción: se deben detallar los gastos, el parto, cómo va a ser la relación de la madre subrogada con la familia que van a tener al bebé, etc.

Ahora bien, hay que recordar que este documento no es vinculante, sólo está preparado para dejar claras las cosas.

Sin embargo, la cosa cambia cuando empezamos a hacer referencia al dinero. En la ley se estipula que existe unos gastos razonables, aunque es cierto que el término resulta demasiado amplio. Se ha establecido que el coste de estos gastos puede estar comprendidos entre los 11.564 y los 17.346€).

Cotton ha declarado que esta cantidad es hipócrita, ya que son muchos los regalos los que puede recibir una mamá subrogada (cómo puede ser un viaje) y que esto tendría que ser visto como un acto de buena fe.

La organización de Kim Cotton, a día de hoy, ya se ha encargado de la gestión de más de 1000 nacimientos. Lucha activamente para cambiar las cosas, consiguiendo una ley mucho más justa que permita adaptarse a la realidad que estamos viviendo.

Como en el caso de Cotton, hay muchas mujeres que luchan por conseguir este objetivo.

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