28 junio 2017
El Palacio de la Isla de Cáceres expone en julio como 'Documento del mes' un escrito que recoge la lista de los participantes en las colonias escolares de 1933, organizadas por el Consistorio cacereño.
También incluye la relación de prendas que cada niño debía llevar como equipaje personal y la ficha que se completa de cada participante, donde figuran datos tanto familiares como antropométricos o de carácter médico.
En concreto, uno de los principales objetivos de estas colonias organizadas por el Ayuntamiento cacereño era incidir en la salud y hábitos alimenticios de los escolares que, "en muchos casos", no recibían en sus hogares.
Así pues, en este documento, perteneciente al Archivo Histórico Municipal de Cáceres, se recoge información de las colonias escolares cacereñas de 1933, en la que asistieron un total de 80 alumnos, acompañados de seis maestros, que eran los que coordinaban todas las actividades a realizar en Figueira da Foz durante todo el mes de agosto.
HISTORIA DE LAS COLONIAS DE VERANO EN ESPAÑA
Cabe recordar que las colonias escolares llegarían a España de la mano de la Institución Libre de Enseñanza, creada por el pedagogo Francisco Giner de los Ríos, para dotar a los niños más pobres de las escuelas públicas de una formación integral, donde las actividades extraescolares ocupaban un importante lugar.
Durante los años de la II República (1931-1936), las colonias escolares vivirían su "mejor etapa" con la colaboración directa, tanto del Estado como de los ayuntamientos, para que los escolares "más desfavorecidos" participasen en una experiencia que proporcionaba unas vacaciones de un mes, para aquellos alumnos seleccionados de entre los que asistían a las diferentes escuelas que había en la ciudad, tal y como informa el Consistorio cacereño en una nota de prensa.
En Cáceres se organizaban distintas colonias desde el verano de 1931 hasta el de 1935, ya que en el año 1936, debido a la guerra, dejan de realizarse y en consecuencia, los niños y niñas de la ciudad, "perderían" sus posibilidades de acceso a una actividad que promovía desde una correcta alimentación, hasta la posibilidad de recibir "baños de mar" en la localidad portuguesa de Figueira da Foz.
Además, todo ello unido a visitas culturales, actividades deportivas o sesiones de cine; unas actividades formativas y a la vez lúdicas, que trataban de incidir en la formación humana e intelectual de los participantes, concluye la nota.
