LA PRECIOSA SANGRE EN CACERES
La Orden de la Preciosa Sangre lleva vinculada a Cáceres 118 años, tras la donación por el Marqués de Ovando de la Casa del Sol y la de la Cuesta de la Compañía.
El año 1898 llegaba a Cáceres el misionero Bartolomeo Corradini, de la Congregación de la Preciosa Sangre (Congregatio Missionariorum Pretiosissimi Sanguinis) a fin de poner en marcha la Orden en la ciudad, gracias al legado testamentario de Vicente Mariano de Ovando Solís Perero Maraver y Aponte, (Cáceres, 1783-1864), por el que el mismo donaba la Casa del Sol y la Casa de la Cuesta de la Compañía a los religiosos. Siempre, eso sí, que se procediera a levantar un Instituto de los Padres de la Preciosa Sangre que fundara Gaspar del Búfalo(1786-1837) en 1815.
De este modo, pues, la primera casa de la Orden de la Preciosa Sangre en España se abría en Cáceres, celebrándose la primera misa el 13 de noviembre de 1898 en la iglesia de San Francisco Javier.
Y es que el rico hacendado cacereño Vicente de Ovando, de gran influencia en la sociedad cacereña, que llegó a ser regidor de la Villa y Gentilhombre de Cámara del Rey Fernando VII, un día se vio forzado a emprender la ruta del exilio hacia Turín tras formar parte de las fuerzas de apoyo a don Carlos María Isidro de Borbón, para su acceso al trono, y perder ante los isabelinos la Primera Guerra Carlista.
Allá en Italia Vicente de Ovando tuvo conocimiento de la labor de la Congregación de la Preciosa Sangre, institución de gran prestigio en aquel tiempo por su testimonio de carácter evangélico y misional.
Una Orden que puso en marcha Gaspar del Búfalo, que, durante su niñez padeció una grave enfermedad ocular, de la que estuvo a punto de fallecer, y que, sin embargo, superó, según los testimonios revelados por el mismo, gracias a la intercesión de San Francisco Javier, patrón de la Congregación de la Preciosa Sangre.
Un Gaspar del Búfalo que, hasta donde llegan las referencias, ya de niño "se escapaba de su casa buscando martirio, predicando a los infieles e inflamando fervor religioso" para divulgar y enseñar los Evangelios. Y que más tarde lucharía con todas sus fuerzas para corregir las malas condiciones de vida de la Italia de entonces en medio de tragedias como las que se expandían por todo el territorio a caballo entre el hambre de una gran parte de la población más necesitada, la que emanaba de las injusticias sociales y la que se derivaba de la miseria que se había instalado en el país por culpa de la de ocupación y de la guerra.
Gaspar del Búfalo eligió la fecha del 15 de agosto de 1815 para fundar la Orden, de tipo misional. Y, de forma muy especial, llevar a cabo el mejor apostolado posible entre los masones, los delincuentes y los bandidos. En una labor que le llevó a la máxima entrega durante toda su vida y que, con el transcurso del paso tiempo, le reconocería la Iglesia de forma señalada.
Mientras tanto la Orden iba avanzando, paulatinamente, en el Cáceres de aquellos tiempos hasta que con la llegada de 1915 se celebrara la conmemoración del primer centenario de la puesta en marcha de la Congregación religiosa.
La Compañía de la Preciosa Sangre en Cáceres quiso celebrar por todo lo alto tamaño acontecimiento y con dicho motivo se llevaron a cabo en la ciudad tres días de recuerdo y celebración al arranque de la Orden, en los que las calles y plazas se vistieron de lujo y de sensibilidad devocional.
Se instalaron tres Arcos, el del Ayuntamiento, el de la Plazuela de San Juan y el de la Plaza Mayor, se rindieron honores militares por parte de una Compañía del Batallón Castilla, toda la población cacereña y numerosos forasteros se volcaron con los actos y hasta presenciaron el desfile de carruajes, se procedió a una iluminación especial, la iglesia de San Francisco Javier, por la que pasó toda la ciudad, "lucía como los chorros de oro" y "los altares, la iluminación, la decoración de toda la Iglesia era un verdadero encanto" y "la animación que se notaba en las calles era desusada".
Asimismo resultó de gran brillantez, por lo que relatan las crónicas, el sermón del Padre Vázquez Camarasa, y se celebró una gran Velada, con intervención, entre otros, de los prestigiosos escritores y poetas Diego B. Regidor yFederico Reaño.
Toda una combinación de factores, pues, vino a determinar y posibilitar una magna, piadosa y muy popular celebración, en la ciudad de Cáceres, del primer centenario de la puesta en marcha de la Congregación de la Preciosa Sangre. Toda una efemérides, con gran solemnidad, que figura con mayúsculas en el libro de la historia de la ciudad.
Actos que estuvieron presididos por Francesco Ragonessi, Nuncio de Su Santidad en España.
En este sentido es de señalar cómo el periódico cacereño "El Bloque" subraya que dicha visita fue acogida "con profunda gratitud. Autoridades y Corporaciones, pobres y ricos han dado una nota armónica, tributando a Monseñor Ragonessi una acogida en extremo cordial y cariñosa".
"El Bloque" continúa exponiendo: "Así el eminentísimo Ragonessi ha podido decir que en ninguna ciudad española ha tenido un recibimiento tan jubiloso y entusiasta como en nuestro Cáceres".
La ciudad, agradecida por la presencia de Monseñor Ragonessi, le obsequió con el libro "La Iglesia de Santiago de los Caballeros de Cáceres. Descripción histórico-artística", escrito por Antonio C. Floriano, a instancias de don Feliciano Rocha Pizarro, (1870-1945), entonces párroco de la iglesia de Santiago.
Un libro que se imprimió en la oficina tipográfica de Santos Floriano.y con encuadernación a cargo de Maese Fidel Ximénez. Al final del libro reza: "Era del Nascimiento de Nro. Señor e Salvador. JHS. XPO. MCMXV. Laus Deo".
La conmemoración de los actos del centenario de la fundación de la Congregación de la Preciosa Sangre en Cáceres conseguiría más relieve y sensibilidad histórico-documental en el sentir cacereño con el paso del tiempo al saberse que Gaspar del Búfalo fue canonizado en 1954 por el Papa Pío XII, que el Nuncio de Su Santidad en España, Francesco Ragonessi, alcanzaría el grado de Cardenal Presbítero, por Benedicto XV, así como el rango de Prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, y que el entonces párroco de Santiago llegaría a estar al frente de una diócesis de tanta raigambre, predicamento e importancia como la de Plasencia.
El pasado octubre los padres de la Preciosa Sangre en Cáceres celebraron el bicentenario de la fundación de la Orden. Se representó la obra "San Gaspar", escrita por José Rodríguez Pinilla, se celebró un musical con la actuación del cantautor Migueli, el padre Enmanuel Lupi, Vicemoderador de la Orden, habló sobre "Pasado, presente y futuro de la Congregación de Misioneros de la Preciosa Sangre" y monseñor Francisco Cerro Chaves, obispo de Coria-Cáceres, presidió una concelebración eucarística.
NOTA: La fotografía, 1915, se corresponde con el Arco levantado en la Plaza Mayor de Cáceres durante la conmemoración del Primer Centenario de la fundación de la Orden de la Preciosa Sangre.
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