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20 abril 2022
Personas que deben afrontarse a diario a algunos de los problemas que plantea la falta de accesibilidad en ciertos espacios. Pero que, gracias a soluciones como las que ofrecen empresas como Elevadores Vilber, cada vez se asoman más a un futuro inclusivo y más accesible.
Entre las principales funciones que debe proporcionar —y, por lo tanto, cumplir— cualquier lugar susceptible de ser concurrido por todo tipo de individuos, se encuentra el permitir que todos tengan acceso físico e indiscriminado tanto a viviendas como a espacios públicos o comunitarios. Dicho de un modo más sencillo, esta consigna no es otra que la de acatar unos principios de accesibilidad. Unos estándares o, en otro caso, soluciones, mediante el que las personas —en especial, quienes padezcan de alguna dolencia que impida el desarrollo fluido de sus actividades corrientes— no encuentren discriminación alguna en el momento de acceder a un lugar u otro.
Pasando de la teoría a la práctica, trabajando sobre el conocimiento empírico de nuestra experiencia colectiva, uno de los casos más visibles o palpables es el de las personas con movilidad reducida. Si bien ciertas áreas, como el transporte público o según que supermercado o centro comercial, ya disponen de espacios habilitados para ello, la mayoría de viviendas no están adaptadas a dichas necesidades especiales. Algo que, por fortuna, podemos solucionar instalando Sillas salvaescaleras para permitir que el acceso a un inmueble sea lo más cómodo y sencillo posible para quienes, a causa de su naturaleza, se ven privados de la libertad de la que otros disfrutan.
Las cuestiones legales acerca de la accesibilidad están reguladas por la Ley 10/2014, de 3 de diciembre, en España, constando su última modificación a fecha de enero de 2021. Asimismo, y si bien el artículo 9.2 de la Constitución Española establece que los poderes públicos deben promover la accesibilidad —como podemos apreciar en el diseño de algunos parques y zonas públicas que dependen de la administración—, éstos, como es obvio, no tienen por qué encargarse de cuestiones personales. Motivo por el que la accesibilidad en el ámbito privado o particular corre a nuestro cargo, como sucede en el acceso a nuestros hogares.
No obstante, el artículo 27 de la Ley de Accesibilidad española estipula que al menos un 4% de las viviendas previstas debe reservarse para personas con discapacidad del conjunto de los programas anuales de promoción pública. Desafortunadamente, un porcentaje que dista mucho de una realidad social. Situando, según datos de distintas entidades y asociaciones pertinentes ya en 2019, casi 2 millones de españoles con movilidad reducida. Por ende, y aunque existen ayudas gubernamentales para cubrir necesidades específicas, es menester tanto personal y familiar como comunitario dar con soluciones reales a los problemas de acceso para quienes lo precisen.
Como se ha mencionado, una de las soluciones más prácticas para facilitar el acceso a la vivienda para personas con movilidad reducida es la de las sillas salvaescaleras. A efectos prácticos, se trata de un dispositivo que, consistente en una silla motorizada, se acopla a la barandilla o la pared de una escalera para desplazarse entre pisos. Así, contando con distintos diseños según las necesidades de cada individuo y la ubicación de su instalación. Siendo necesario destacar que pueden instalarse tanto en interior como en exterior, por lo que su reducción de un problema de accesibilidad frecuente queda rápidamente asimilada.
Asimismo, y dirigidas a quienes deben desplazarse en silla de ruedas, este tipo de dispositivos cuentan con otras soluciones adyacentes. En este caso, encontraríamos las Plataformas salvaescaleras que, siguiendo la misma funcionalidad que las sillas —y con diseños plegables para ahorrar espacio—, resultan de gran utilidad en este tipo de casos. Contando con modelos de menor tamaño para acoplarse idóneamente en sitios más reducidos, otra de las ventajas de este dispositivo es que no es necesario realizar ningún tipo de obra o de intervención arquitectónica para instalar la plataforma. Permitiendo así utilizarla cuanto antes sea posible y sin largas esperas.
En ambos casos, se trata de dispositivos cuyo principal objetivo es el de hacer el día a día mucho más cómodo para las personas con movilidad reducida, sea cual sea su edad o el origen de su naturaleza. Además, y en caso de dar con la empresa adecuada para su instalación, pudiendo acordar un precio adaptado a las necesidades tanto del interesado como, en el caso de tratarse de la entrada a un edificio, de la comunidad de vecinos. En definitiva, dos dispositivos para no sólo promover, sino hacer efectiva la igualdad entre personas y superar obstáculos.
Como se ha mencionado, si finalmente nos decantamos por una u otra opción, será preciso encontrar la empresa idónea para tales fines. Un buen ejemplo lo encontramos con una de las empresas líderes del sector, Elevadores Vilber. Ubicada en Granada, y además de contar con una dilatada experiencia de casi tres décadas, contando con profesionales cualificados y disponiendo de un certificado de calidad ISO 9001 expedido por EQA. Además, beneficiaria en 2021 del Fondo Europeo de Desarrollo Regional, consolidándose como empresa innovadora avalada por la Unión Europea.
De hecho, tal es su compromiso para con su labor que Elevadores Vilber es la primera empresa del ámbito que plantea una garantía para siempre en sus sillas y plataformas salvaescaleras, además de para elevadores de pequeñas alturas. Incluyendo en ella el reemplazo de todas las piezas averiadas del dispositivo cuando sea necesario. En definitiva, una empresa consolidada del sector que lucha por hacer del mundo un poco más accesible. Plantando así la semilla de un futuro accesible cuyos frutos recogerán todas las sociedades venideras.
