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El documento ha sido reformado en cuatro ocasiones

Extremadura: 35 años de Estatuto de Autonomía a la conquista del futuro

Los responsables políticos coinciden en que a la región le hace falta un tren digno, no sólo para comunicarse, sino para mover su economía y el turismo.

14 octubre 2018 | Publicado : 18:03 (11/10/2018) | Actualizado: 11:02 (14/10/2018)

Mucho cambia la vida de una persona en 35 años y también lo hace en un territorio. Sino que se lo digan a Extremadura. Y es que aunque hoy en día parezca mentira y suene incluso a chiste, en el año 1983, el 12% de la población extremeña era analfabeta y el 68% sólo tenía estudios primarios. En la actualidad, el 60% tiene estudios medios y superiores. A su vez, por aquel entonces, la tasa de ocupación femenina era del 18%, hoy lo es del 38%.

Hoy en día, por el mapa extremeño hay construidos cuatro hospitales y cien centros de salud más que hace 35 años, cuando la esperanza de vida era de 74 años y ahora crece hasta los 83. Además, el 35,2% de los ocupados lo eran en la agricultura, ahora lo es el 8%; el PIB per cápita era de 2.300 euros y hoy es de 17.262 euros; y en aquellos tiempos había 6.578 empresas, cuando hoy el número es de 66.000. A todo esto hay que añadir que en aquel año, Extremadura recibió 186.000 turistas, cuando ahora se cierra con 1.800.000.

estatutoMucha responsabilidad de este avance lo ha tenido, sin duda, la aprobación del Estatuto de Autonomía de Extremadura, del que se conmemora este año su 35 aniversario, coincidiendo también con el de la Constitución Española que cumplirá el próximo 6 de diciembre los 40 años. En 1983, la Comunidad Autónoma y sus dirigentes se dispusieron a embarcarse en una aventura que le traería muchas alegrías y logros, pero también, por qué no decirlo, “sin sabores”.

Y es que a pesar de que se ha avanzado y mucho, “ganando en autoestima” -tal y como dijo el propio presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, el pasado 7 de septiembre, coincidiendo con el Día de Extremadura-, y demostrando al resto de España, a Europa y al mundo, que aquí también se puede emprender y labrarse un futuro, aún quedan muchas aristas que resolver. Véase el flagrante caso del estado del tren en la región.

25 DE FEBRERO DE 1983

Así pues, puede decirse que este ‘antes y después’ en Extremadura tuvo su origen el 25 de febrero de 1983, cuando fue aprobado por las Cortes Generales el Estatuto de Autonomía de Extremadura, de acuerdo con la Ley Orgánica 1/1983. En el mismo, se establecen las competencias que corresponden a la Comunidad Autónoma, así como la organización institucional, la organización judicial, los principios de la economía y la hacienda de la región, entre otros aspectos.

No obstante, a lo largo de estos 35 años, el documento ha sido reformado en cuatro ocasiones (1991, 1994, 1999 y 2011), además de añadirse modificaciones como en 2002. De hecho, una de la reformas más importantes fue la de 1999, ya que se elevó el techo competencial al nivel de las Comunidades Autónomas conocidas como "históricas", entre las que destaca la gestión de la Sanidad y la Enseñanza. También se otorgó al presidente de la Junta la facultad de disolver la propia Asamblea y convocar elecciones, así como la posibilidad de crear órganos como el de Defensor del Pueblo Extremeño y un Tribunal de Cuentas Extremeño.

Por tanto, ya en vigor y tras las posteriores reformas, el Estatuto de Autonomía de Extremadura consta de 91 artículos organizados en 7 Títulos, 7 disposiciones adicionales, 1 disposición derogatoria y 1 disposición final. Es necesariamente este documento el que determina el Parlamento extremeño, la institución de autogobierno de la Comunidad Autónoma, que representa al pueblo extremeño a través de los 65 diputados, que son elegidos mediante sufragio universal y directo por los ciudadanos.

21 DE MAYO DE 1983

Precisamente, fue un 21 de mayo de 1983, cuando se procedió a la constitución formal de la Asamblea en una sesión solemne que tuvo lugar en la Casa de Cultura emeritense, donde por primera vez 65 diputados elegidos democráticamente por el pueblo extremeño tomaron posesión de sus escaños. Cabe destacar que, desde que en ese año Extremadura naciera como autonomía, nació también la necesidad de encontrar ubicaciones para albergar los nuevos organismos extremeños.

parlamentoFue entonces cuando se decidió que la ubicación de la sede de la Cámara extremeña fuera el antiguo Hospital de San Juan de Dios de Mérida, al que, en este lapso de tiempo, se le han ido realizando distintas remodelaciones, eso sí, respetando en todo momento su arquitectura.

De hecho, en el año 2003, finalizaron las obras de ampliación de la misma con la construcción del nuevo hemiciclo, cuyas traseras dan a la calle San Salvador, y en 2010 dieron por concluidas las realizadas en el antiguo hemiciclo, con el nacimiento de la Sala de Autonomía.

Por ambos ‘escenarios’ habrán pasado unos 600 diputados de diferentes signos políticos, muchos más hombres que mujeres, algo que afortunadamente ha cambiado con el paso de los años; así, de los seis presidentes que ha tenido el Parlamento autonómico (sin contar con el socialista Pablo Castellano Cardalliaguet, quien presidió la legislatura constituyente entre el 5 de marzo de 1983 al 21 de mayo de ese año), sólo dos han sido mujeres: María Teresa Rejas (IU) en la IV legislatura, del 20 de junio de 1995 al 25 de septiembre de 1997, y Blanca Martín (PSOE), que ocupa el cargo en la actual legislatura (IX), desde el 23 de junio de 2015. 

NOMBRES PARA EL RECUERDO

Sin duda, un nombre que quedará siempre subrayado en la historia de la Asamblea fue Antonio Vázquez López (PSOE), quien fue el primero en presidirla y lo hizo durante la I legislatura, del 21 de mayo de 1983 al 20 de junio de 1987; la II legislatura, del 21 de junio de 1987 al 20 de junio de 1991; y la III legislatura, del 21 de junio de 1991, al 20 de junio de 1995.

A continuación, llegó María Teresa Rejas (IU), para presidir la IV legislatura, del 20 de junio de 1995 al 25 de septiembre de 1997. Seguidamente fue el turno del socialista Manuel Veiga López, quien presidió la IV legislatura, del 25 de septiembre de 1997 a 1999; y la V legislatura, hasta el 17 de junio de 2003.

La VI legislatura estuvo presidida también bajo el signo del PSOE, esta vez en la persona de Francisco Suárez, del 17 de junio de 2003 al 19 de junio de 2007, fecha en la que comenzó la VII legislatura, de la mano del también socialista Juan Ramón Ferreira, del 19 de junio de 2007 al 21 de junio de 2011. Fue precisamente en ese momento, cuando arrancó la VIII legislatura con cambio de signo político en el hemiciclo extremeño.

Por fin, después de 28 años de democracia, llegaba el PP al Parlamento extremeño, y lo hacía en la persona de Fernando Manzano, quien lo presidió del 21 de junio de 2011, al 23 de junio de 2015. Desde entonces lo hace la actual presidenta, Blanca Martín, después de que el PSOE ganara las elecciones autonómicas el 24 de mayo de hace tres años.

Cabe destacar que, hasta la actual legislatura, nunca antes se habían visto tantos partidos de diferente signo político en la Cámara extremeña, donde el PSOE no tiene mayoría absoluta. Concretamente, cuenta con 30 diputados, frente a los 28 del PP, los 6 de Podemos y el único de Ciudadanos. Hombres y mujeres que, con sus ideales, quieren colocar a Extremadura en el lugar que se merece en el mapa de España.

DebateCONQUISTAR EL FUTURO

Diputados, todos ellos, que han recogido el testigo de quienes participaron en su día en la primera legislatura, y lo siguieron haciendo en cada una de las siguientes con "profundo orgullo", participando en el proceso autonómico para "salir del agujero" y "acabar con una inercia que nos estaba ahogando".

Así de rotundo se mostraba hace unos meses, coincidiendo con el aniversario del Estatuto de Autonomía, el expresidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, quien durante 24 años gobernó en la Comunidad Autónoma. De este modo, resaltaba que Extremadura quería ser autonomía no para "mirar por el retrovisor", sino para "conquistar el futuro", aunque reconocía que por aquel entonces "no había mucho que conquistar".

Sin embargo, 35 años después podría decirse que la Comunidad Autónoma ha sido ejemplo de la frase ‘Si se quiere, se puede’ y ha conseguido muchas cosas importantes en este lapso de tiempo desde el punto de vista de lo social, lo económico, lo sanitario o lo educativo.

Eso sí, quedan muchas cosas por solventar: un tren digno para la región; resolver el problema de la despoblación, especialmente en las zonas rurales; el éxodo juvenil; el desempleo existente -especialmente entre los más jóvenes-; la búsqueda de un nuevo modelo productivo; seguir trabajando por una sanidad y educación públicas de calidad; y apostar por una industria en la que imperen las energías renovables…

De esta forma, lo ponen de manifiesto, la actual presidenta de la Asamblea, Blanca Martín, y los portavoces de los grupos parlamentarios de PSOE y PP, Valentín García y Cristina Teniente, respectivamente; así como la presidenta del Grupo Parlamentario Podemos, Irene de Miguel, y el portavoz de Ciudadanos Extremadura, Cayetano Polo.

A todos ellos, Regiondigital.com ha lanzado dos preguntas directas y tajantes: A) ¿Cómo valora estos 35 años de Autonomía en Extremadura? y B) ¿Cuáles son las asignaturas pendientes de Extremadura como autonomía?.

Como era de esperar, y aunque coinciden en lo beneficioso que ha sido el Estatuto para el avance sufrido por la región, en sus respuestas se aprecian sus inevitables diferencias a la hora de exponer qué falta por conseguir y cuáles son los 'deberes' que tenemos que hacer los extremeños de cara al futuro.

Blanca MartínBLANCA MARTÍN, PRESIDENTA DE LA ASAMBLEA DE EXTREMADURA:

A) Valoración 35 años Autonomía

Este año conmemoramos el 35 aniversario de la aprobación del Estatuto de Autonomía y el 40 aniversario de la proclamación de la Constitución Española. Cuarenta años desde que los españoles y las españolas recuperamos la democracia y la libertad como ciudadanos y ciudadanas de pleno derecho en un país democrático.

Del acuerdo que dio como resultado la Constitución de 1978 nació la posibilidad de que Extremadura fuera una Comunidad Autónoma dentro del Estado español. Por eso, hoy debemos recordar los inicios de Extremadura como región, con las dificultades que todo el mundo encuentra al empezar a construir una estructura, pilar por pilar, ladrillo a ladrillo.

Y es que, en 1983, se tuvieron que definir quiénes eran los representantes de los extremeños y extremeñas; qué número era el apropiado para formar la Asamblea de Extremadura; y todo esto bajo la presión de una sociedad polarizada y sin el entusiasmo ‘a priori’ de la efervescencia popular que sí tenían las comunidades históricas.

De aquellos cimientos, nació una Comunidad Autónoma que empezó a caminar tras muchos años de oscuridad. Partía del negro de su historia reciente, quería el blanco de la paz, de la concordia, el blanco que ayuda a serenarnos, y el verde esperanza por una tierra mejor.

Así, Extremadura emergió con 40 años de retraso, con una sangrante emigración y con una tierra donde muchos pueblos no tenían ni agua corriente. Hoy celebramos estos 40 años de Constitución y los 35 de autonomía con muchas demandas.

Entre ellas, un tren digno que nos lleve, pero sobre todo que nos ponga en el centro económico entre Madrid y Lisboa. Extremadura no pide más, pero tampoco menos de lo que ya disfrutan otras Comunidades Autónomas.

B) Asignaturas pendientes

Si observamos dónde estábamos hace 35 años y cómo estamos en 2018 podemos obtener como conclusión que han sido los mejores 35 años de la historia de nuestra tierra.

Sin embargo, todavía falta mucho trabajo por hacer desde el punto de vista de las infraestructuras ferroviarias, que estén a la altura de las comunicaciones que tienen otras Comunidades Autónomas. No sólo queremos un tren digno para comunicarnos, para viajar, sino que lo necesitamos para trabajar y para mover nuestra economía.

En un mundo globalizado, cada vez más competitivo, necesitamos que las mercancías, las que importamos y las que exportamos, puedan tener salida rápida a través del transporte ferroviario. También necesitamos un tren que nos permita seguir mejorando las cifras del sector turístico, pero también que frene la sangría poblacional de pueblos y ciudades. La llegada de un tren que conecte Lisboa con Madrid a través de Badajoz, Mérida, Cáceres, Plasencia y Navalmoral supondría una gran oportunidad para el crecimiento económico.

Extremadura es una buena tierra para invertir y necesitamos apoyar esa percepción dotándonos de unas buenas infraestructuras de transporte. Con un tren digno nuestros pueblos fijarían población, nuestras ciudades crecerían y la economía crearía más empleo.

Pero, no sólo en el ámbito económico debemos dar la dura batalla en los próximos 35 años. También debemos seguir luchando por aumentar los aspectos que nos conviertan en una sociedad mejor y más igualitaria.

garcíaVALENTÍN GARCÍA, PORTAVOZ DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA

A) Valoración 35 años Autonomía

Hace 35 años, Extremadura no tenía voz. La autonomía nos la dio, nos hizo tener una referencia por la que trabajar y construir un proyecto de región que, hoy por hoy, está consolidado y es un proyecto ya irreversible. En estos 35 años, es todo un orgullo el papel que el PSOE ha ejercido en este desarrollo de Extremadura como pueblo.

Antes, un extremeño se avergonzaba de su acento y lo intentaba ocultar cuando pasaba por Miravete. Hoy, podemos sentirnos orgullosos de nuestra sanidad, de nuestra educación, de nuestra Universidad, de nuestro emprendimiento.

Los primeros gobiernos socialistas de Juan Carlos Rodríguez Ibarra rescataron a nuestra región del subdesarrollo y consolidaron el sistema educativo y sanitario. Los gobiernos de Guillermo Fernández Vara están sentando las bases de la Extremadura capaz de competir en igualdad de oportunidades dentro de España y de Europa.

B) Asignaturas pendientes

Las asignaturas pendientes son esas metas a las que antes me refería. Si hace 35 años, nuestros problemas se llamaban llevar el agua potable a los pueblos, construir escuelas, hospitales o bibliotecas que nos hicieran a todos más iguales; hoy, nuestros problemas ya son los mismos que cualquier otra región española o europea.

Nuestros problemas pasan por dar soluciones a nuestros jóvenes, crear empleo y que éste sea de calidad, mantener la sanidad pública de calidad de la que tan orgullosos nos sentimos en esta tierra. Pasan por fomentar la educación pública de calidad, atender el reto demográfico, mejorar nuestras infraestructuras.

Extremadura está recuperándose de la ruina a la que llegó en la pasada crisis económica por políticas equivocadas y nos toca ir más allá. Nuestra región se ha transformado de abajo a arriba en estos 35 años de autonomía y lo hemos hecho juntos y juntas, todos los extremeños.

Ahora, juntos, de nuevo, vamos a por más. Extremadura es futuro, es progreso, es desarrollo. Seamos ambiciosos. Juntos, debemos ir a por más empleo, a por más industria verde, a por más educación, más sanidad y más bienestar; a por más derechos y a por más igualdad.

Para ello, necesitamos igualdad de acceso a las comunicaciones viarias, ferroviarias y de la conectividad de banda ancha. El paradigma del desarrollo económico ha cambiado y Extremadura está en condiciones de estar en ese nuevo modelo de desarrollo.

Cristina TenienteCRISTINA TENIENTE, PORTAVOZ DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR:

A) Valoración 35 años Autonomía

Positivamente, en la medida en que Extremadura ha desarrollado en este tiempo instituciones que le permiten autogestionarse y poner sobre la mesa sus demandas y sus metas. Son 35 años de servicio público a los extremeños, y eso hay que prestigiarlo en un momento en que la 'nueva política' ha entrado al trapo del regate corto y a maldecir todo lo que venga del consenso constitucional. Hemos cambiado nuestra región, una tierra con claros agravios históricos en materia económica y social.

No obstante, hay que dejar claro que hemos conseguido avances siempre desde la unidad y el consenso. Eso lo saben los diputados que han pasado por la Asamblea y los que estamos en ella tratando de aportar nuestro granito de arena al presente y futuro de esta región.

Los cambios han sido posibles por la constancia y la responsabilidad. Esto es, pensando a largo plazo. Pero quien mejor lo sabe es la sociedad extremeña, la gente de la calle: nuestros agricultores, ganaderos, autónomos, empresarios, empleados públicos y, por supuesto, las familias extremeñas. Todos ellos han cambiado la región, de la mano de sus representantes, pero el impulso lo han dado ellos y ahora nos exigen más avances.

B) Asignaturas pendientes

La primera es converger en empleo y dinamismo económico, y cerrar esa brecha constantemente abierta, y que se amplía por momentos, con la media de España y la UE en casi todos los indicadores.

Necesitamos ser una región competitiva y no subsidiada, que no dependa en el futuro de nadie más que de sí misma, que salga de los puestos de cola en paro y PIB, que no sea un problema para los empresarios ni un lugar asfixiante para el bolsillo de las clases medias, y, sobre todo, que ofrezca oportunidades a los jóvenes, porque nuestro principal desafío es la despoblación.

El problema es de fondo, de qué modelo se quiere. Esto no lo ha trabajado el PSOE en 32 años de gobierno, y negarlo sólo va posponer las soluciones. La industria ha pasado por todos los territorios y ha esquivado a Extremadura, y en eso hay mucha responsabilidad política.

Tenemos que aplicar soluciones ya, los retos urgentes nos exigen medidas valientes que atajen el desempleo, la incapacidad de generación de riqueza, el éxodo juvenil, la altísima fiscalidad, el desarrollo industrial o los problemas acuciantes de la sanidad y la dependencia.

IreneIRENE DE MIGUEL, PRESIDENTA DEL GRUPO PARLAMENTARIO PODEMOS:

A) Valoración 35 años Autonomía

Aunque nos incorporamos los últimos al autogobierno, creo que uno de los aspectos más positivos de estos 35 años ha sido la asunción de las competencias como la Educación o la Sanidad. Pero debemos huir de un análisis lineal y reconocer con honestidad que las políticas aplicadas en estos años no siempre han buscado la mejora de nuestros servicios públicos.

Las instituciones, tanto la Asamblea como el Ejecutivo regional, deben crear las condiciones que permitan que las extremeñas y extremeños puedan desarrollar un proyecto de vida en su tierra. Y no ha sido así, seguimos a la cola en materia de desarrollo, con altas tasas de paro, precariedad y pobreza, y las instituciones no están siendo capaces de dar respuesta a los problemas de la gente.

Tampoco están sabiendo incorporar la recuperación de la autoestima del pueblo extremeño expresada últimamente a través de las movilizaciones de las mujeres, el tren, ganaderas o pensionistas, entre otras.

B) Asignaturas pendientes.

En primer lugar, debemos frenar la sangría demográfica que están acabando con nuestros pueblos. Para ello, tenemos que cambiar el modelo productivo de nuestra región, avanzando hacia la transición energética, que nos permita crear empleo y fijar población en el territorio, y por tanto, garantizar que nuestras hijas o hijos no tengan que coger las maletas, porque no tienen posibilidad de construir un proyecto de vida en nuestra región.

Debemos abordar una reforma del sistema de financiación que nos garantice el dinero suficiente para financiar correctamente servicios públicos como la Educación o la Sanidad, y que incluya, por ejemplo, el sistema de la Dependencia.

Pero también tenemos que abrir las instituciones públicas, que estén ligadas a la ciudadanía, que estén apegadas al terreno para que puedan ser capaces de resolver los problemas cotidianos de la gente porque, por ejemplo, la Asamblea no ha aprobado en más de tres décadas ni una iniciativa impulsada por los extremeños y extremeñas. Hay que acabar con las redes clientelares, con los fastos, protocolos y rituales políticos.

Cayetano PoloCAYETANO POLO, PORTAVOZ DE CIUDADANOS EXTREMADURA:

A) Valoración 35 años Autonomía

A nivel global, se puede valorar positivamente, aunque con algunos matices importantes. Aunque Extremadura accedió a la autonomía sin que existiese una gran demanda social para ello, sino más bien arrastrada por la dinámica autonomista que se vivía en otros territorios, a estas alturas se puede decir que la autonomía ha supuesto para Extremadura cambiar el foco de decisión de una buena parte de las políticas públicas, que ha basculado desde Madrid hacia Mérida.

El modelo de las comunidades autónomas introducido en la década de los 80s del siglo pasado vino a estabilizar y a fijar la población, porque hubo un aumento de rentas.

La economía extremeña creció en las siguientes décadas siguiendo el rebufo de la economía española, pero siempre a un ritmo menor, lo que no ha permitido en ningún momento converger con la media nacional. Nuestros políticos no fueron capaces de articular un modelo económico distinto aprovechado la entrada de dinero venido de Europa para la convergencia, siempre hemos estado en las regiones objetivo 1.

Que una sociedad se haga responsable de su autogobierno siempre es un paso adelante en cuanto a la evolución de la madurez política y conciencia ciudadana de sus miembros.

La perspectiva menos amable de la autonomía es la forma en que se ha implementado: un larguísimo periodo de gobierno casi en exclusiva del mismo partido, que ha cedido a las lógicas tentaciones que se dan en estos casos, o sea copar todas las instituciones públicas, eliminar los contrapesos democráticos y anestesiar y silenciar a la sociedad civil, instaurando un régimen clientelar que sólo busca perpetuarse en el poder por el poder, no para desarrollar un proyecto político, sino sólo por ocupar el poder en sí mismo.

B) Asignaturas pendientes

Extremadura no tiene asignaturas pendientes, sino cursos completos pendientes. Seguimos siendo el farolillo rojo en prácticamente todos los indicadores de desarrollo y riqueza. Líderes imbatibles en desempleo, desindustrialización, pobreza, despoblación, emigración juvenil, ausencia de oportunidades...

Es evidente que las cosas no se han hecho bien, y a las pruebas nos remitimos. Los logros de principio de los 80s hasta el 2008 de una mejor educación, sanidad, infraestructuras y de rentas han desaparecido y, en buena parte, se debe a una dejadez de la gestión de todos los recursos que hemos tenido a nuestro alcance.

Y, ahora también sufrimos las consecuencias de la crisis del modelo autonómico, que pone en tela de juicio la ayuda interregional que estableció la Constitución Española.

Además, aunque el núcleo de decisión política se ha radicado en Mérida, el hecho de ser una autonomía pobre - que parece resignada a seguir siendo pobre eternamente - ha provocado que dependamos de la solidaridad interregional para poder disponer de los recursos necesarios para mantener unos servicios públicos mínimamente dignos. Y al final, eso nos ha llevado a convertirnos en pedigüeños.

Los presidentes de la Junta venden que van a Madrid a pedir dinero, subvenciones, planes de inversión, de empleo, de infraestructuras... y es una situación que se repite periódicamente, sin que se vea la salida al final de este larguísimo túnel del atraso del que no logramos salir. Y el hecho de que las autonomías -todas excepto la vasca y la navarra- gasten dinero público que no recaudan directamente lleva a la irresponsabilidad en el gasto, a crear unas estructuras y administraciones públicas insostenibles sin ir constantemente a mendigar fondos "de solidaridad" a Madrid y a Bruselas, para quien seguimos siendo objetivo 1.

Debemos ser conscientes que estos problemas conllevan a que exista una despoblación de las zonas rurales, envejecimiento de la población, fuga de conocimiento y de mano de obra fuera de Extremadura y que las rentas disminuyan.

Extremadura necesita encontrar su propio camino, dejar de estar pendiente del modelo subvencionado, que sólo conduce a la postración, y debatir y decidir cuál es el modelo de desarrollo que queremos abordar para nuestra tierra, con el mayor consenso posible, político y social. No puede ser que cada proyecto industrial que quiere establecerse aquí se torpedee porque se carezca de un plan de desarrollo consensuado. Unos cuantos no pueden convertirse en la única voz de todo un pueblo.

Tenemos que pensar a largo plazo, en la Extremadura que queremos para nuestros hijos, llegar a acuerdos serios y firmes para implementarla y actuar en consecuencia, todos juntos, por encima de partidismos y banderías; decidamos quiénes queremos ser como comunidad dentro de veinticinco años y pongámonos a ello. 

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