11 enero 2017
La preocupación por la estética parece haber alcanzado su nivel más elevado en los últimos años. De hecho, la obsesión por la imagen está cada vez más presente en las consultas psicológicas, y ya en 2010 la Fundación Imagen y Autoestima (IMA) recogía en un informe que el 65% de los jóvenes españoles de ambos sexos no se sentían satisfechos con su propio cuerpo.
Los psicólogos ven cómo cada vez está más presente entre la población el trastorno dismórfico corporal, que refleja la preocupación exacerbada por lo que el individuo ve como un defecto de su propio cuerpo, sin que necesariamente se trate de una imperfección.
Lo del culto al cuerpo se considera una nueva epidemia y lleva asociados enfermedades como la anorexia, la vigorexia, la bulimia y otros trastornos, situaciones que requieren de las medidas preventivas educativas apropiadas, sobre todo en el caso de los más jóvenes. Son los adolescentes, sobre todo si se trata de mujeres, quienes más sufren estos trastornos.
La razón de de esta obsesión tiene que ver con la imagen que proyectan los medios de comunicación de masas, especialmente el cine y la televisión. Hace unas décadas, los patrones de belleza que encontraban sus máximos exponentes en figuras como Marylin Monroe eran más alcanzables que hoy día, cuando son adulterados gracias a las nuevas tecnologías de tratamiento de la imagen.
Las revistas, por ejemplo, modifican el cuerpo hasta límites que han indignado a las protagonistas (son especialmente ellas quienes lo sufren) de esas imágenes, como le sucedió a Inma Cuesta en 2015. Así pues, los modelos de belleza no se pueden seguir porque son irreales.
El aumento de pecho, la operación más demandada
No es cuestión tampoco de criminalizar a quienes se someten a una operación de cirugía estética o a un tratamiento de belleza que haga ganar en autoestima. La aceptación personal es importante para ganar en seguridad, y alguien puede ver cómo cambia su vida con una operación que le ayude a mejorar un aspecto de su cuerpo que le tenía acomplejado desde hacía tiempo. El problema viene cuando el rechazo a uno mismo es crónico, cuando una operación o un tratamiento no son la solución.
Ya en 2007, España se erigía como el primer país en operaciones de cirugía estética, con un gasto que ascendía a los 800 millones de euros y con un perfil que iba más allá de los personajes famosos. El abanico se abría a perfiles profesionales tan dispares como amas de casa o funcionarios, y de todos los que decidían pasar por un quirófano, el 80% eran mujeres. Las estadísticas también mostraban que éstas eran cada vez más jóvenes. Así lo revelaba la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE).
La misma sociedad informó en 2014, en su informe La realidad de la cirugía estética en España, sobre el incremento de operaciones para aumentar el tamaño de los senos. La intervención pasaba a ser la más practicada en España en el campo de la estética, desbancando a la vieja reina: la liposucción.
El aumento de pechos conlleva la implantación de prótesis mamarias de silicona debajo del músculo del pecho, lo que hace que éste aumente su contorno y su volumen. La de San Clemente, una clínica en Zaragoza, es una de las muchas que la practican en España, y en su web recoge una galería de casos reales para quienes estén pensando en someterse a tal operación.
La liposucción crece en vísperas de verano
La liposucción, por lo tanto, es la segunda opción preferente entre los españoles. Junto al aumento de mamas, se trata de las dos intervenciones más demandadas entre los 18 y los 44 años, siendo la blefaroplastia la que encabeza el ranking a partir de los 45 años. Esta última es la operación que tiene por objeto la reparación del párpado, que hace que éste parezca rejuvenecido.
“Liposuccion Malaga”, entre otras, es una de las búsquedas recurrentes en los meses previos a verano, cuando las operaciones estéticas aumentan. En 2011, por ejemplo, lo hicieron en un 25%, según comentó el responsable de la Unidad de Cirugía Plástica y Reparadora de Policlínica Miramar, Juan Rabell, a Europa Press. La abdominoplastia gana como cirugía para eliminar la grasa, por lo tanto, cuando parece cercano el momento de lucir tipo en la playa o en la piscina.
Cosmética en auge
Los psicólogos, sin embargo, no recomienda someterse a una operación de cirugía estética cuando, como señalábamos, no se intuye que el problema vaya desaparecer una vez se comprueben sus resultados. Así pues, si la persona presenta inestabilidad psicológica, si se pretende someterse a la operación no por convicción propia sino a instancias de una tercera persona (su pareja, por ejemplo) o si ha sobrepasado cierta edad, la cirugía puede estar desaconsejada.
Cuando se trata de estética, otro pilar es el de la cosmética. Y eso que el sector de la peluquería y de la estética perdió 428 millones de euros y 4.000 empleados en 2015, cuando los expertos estimaban que había tocado fondo para comenzar a crecer de nuevo. El telón de fondo estaba protagonizado por el aumento del IVA, en datos presentados en el marco del salón Cosmobelleza 2015 del que se hicieron eco medios de comunicación del país.
El sector, sin embargo, ha visto una oportunidad de expansión en la venta online, como tantos otros. Comprar cosmética online es también cada vez más habitual, junto a otros productos de farmacia englobados dentro del maquillaje y cuidado corporal.
La atención a la moda beauty
Las tendencias beauty también son muy tenidas en cuenta por quienes cuidan al detalle su imagen personal. Más aún cuando las alfombras rojas recogen, edición tras edición, diferentes peinados, maquillajes o esmaltes de uñas que llaman la atención.
El análisis de esmaltes permanentes es precisamente lo que ocupa a la web Manicura.online, en un artículo que cuenta desde que son hasta cuáles son las marcas de pintauñas permanentes más famosas del mercado, pasando por cómo hacerse la manicura en casa.
