Más de 1.200 personas acompañan al Cristo de la O en su Vía Crucis por la paz en Ucrania

Con Ucrania en el corazón, dio comienzo en la madrugada de este Viernes al Sábado Santo el tradicional Vía Crucis del Santísimo Cristo de la O en el Anfiteatro Romano de Mérida. Como no podía ser de otra forma, y por expreso deseo de la Junta de Cofradías de la ciudad, este año ha estado dedicado a la paz frente a la guerra que está sufriendo desde hace más de un mes el pueblo ucraniano ante la invasión de Rusia.

Extraordinaria y portentosa la estampa que ofrecía este monumento emeritense que ya estaba preparado para recibir al Señor, con una cruz gigante en el eje central, conformada por 193 braseros con velas, una por cada una de las víctimas del atentado del 11-M acaecido en 2004. Mientras tanto, el público –unas 1.200 personas- se iba colocando en las gradas, así como en zonas del foso, expectantes ante el momento tan íntimo y sobrecogedor que iban a vivir.

Por su parte, la Legión V acompañaba al Santísimo Cristo de la O, de autor anónimo, del s. XIV, en todo su recorrido desde que arrancó a la 1:30 horas de la madrugada de la Concatedral de Santa María en dirección al Anfiteatro. Cientos de personas le acompañaron en una procesión en la que imperaba el sonido del silencio, roto por el redoble de tambores sordos.

Ya llegados al Anfiteatro, nada más asomar la talla en uno de sus arcos de entrada, Antonio Becerra Cordero, párroco de la Concatedral-Parroquia Santa María, fue el encargado de dar la bienvenida a todos los presentes, al tiempo que anunciaba que iba a ser este año un Vía Crucis por la paz, “con Ucrania en el corazón”. Él fue el encargado de ir leyendo cada una de las estaciones de penitencias que recordaban los distintos momentos del camino de Jesús hacia el Calvario donde murió en la cruz.

Así pues, fueron un total de 14 –se quedó sin leer la correspondiente a la Resurrección- y, seguidamente, en voces de diferentes cofrades o miembros de la Junta de Cofradías se fue pidiendo por el pueblo ucraniano, por los civiles, por los niños y por los jóvenes del país, por los ancianos, por los sanitarios que están salvando vidas ante la crueldad del conflicto, por los voluntarios y ONGs que les están ofreciendo ayuda humanitaria, por los periodistas que informan desde Ucrania con el miedo también de ser asesinados… En definitiva, por que se acabe la guerra en Ucrania, así como en otros lugares del mundo como Siria y la República del Congo.

De este modo, tras vivir el momento más sobrecogedor de la Semana de Pasión emeritense, Fiesta de Interés Turístico Internacional, el Santísimo Cristo de la O, que en todo el Vía Crucis estuvo acompañado por los cantos de la Liturgia Hispano-Visigótica a cargo de la Capilla Gregoriana del Santísimo Cristo del Calvario, encaró de nuevo su peregrinar hacia la Concatedral, donde se puede contemplar en su retablo, que data del año 1764, a un lado del altar.

Eso sí, de camino de regreso, volvió a pasar en silencio por lugares tan emblemáticos como la fachada del Museo Nacional de Arte Romano, por el Foro Romano y por el Templo de Diana. Imágenes impactantes que harán que más de uno repita experiencia el próximo año o quiera vivirlo en directo en primera persona, por primera vez tras haberlo visto por televisión –fue retransmitido a nivel nacional por 13 TV-.

Para finalizar, Antonio Becerra Cordero también hizo alusión a la petición que ha realizado el Papa Francisco con motivo de esta Semana Santa, quien, por la intersección de la Virgen María, ha pedido conseguir la paz en el mundo. “Que nuestro vacío se llene de luz y de esperanza”, sentenció el párroco.

LOS FERROVIARIOS SE LUCIERON POR LA MAÑANA

El Vía Crucis cerró de madrugada la jornada penitencial del Viernes Santo emeritense, la cual un año más se inició por la mañana. De este modo, y siguiendo con la tónica de lo que ha sido este año la Semana Santa de Mérida, en la que vecinos y visitantes han disfrutado de agradables, e incluso altas temperaturas por la época del año en la que estamos, la Cofradía Ferroviaria del Descendimiento, Santísima Virgen de las Angustias y Nuestra Señora de la Esperanza cumplimentó con gran belleza su segunda estación de penitencia.

Pasaban pocos minutos de las 11:00 horas, cuando la Cruz de Guía encaró la Avda. Extremadura hacia la calle Almendralejo, con destino al Arco de Trajano, donde la Virgen de las Angustias y la de la Esperanza protagonizaron una imagen para enmarcar.

A continuación, siguieron su itinerario hacia la Concatedral, donde se vivió otro de los grandes momentos de esta procesión. El transitar de ambas tallas desde la Plaza de España a la Puerta de la Villa por la calle Santa Eulalia, también despertó el interés del público.

La entrada en la Basílica de Santa Eulalia, frente al Hornito de la Mártir, un año más, fue inolvidable, y congregó a cientos de personas.

SANTO ENTIERRO

Ya por la tarde, la Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo del Calvario pudo realizar de forma completa su tradicional Santo Entierro del Viernes Santo. Pasadas las 18:00 horas y ante multitud de emeritenses y foráneos que se agolpaban a la salida de la Ermita del Calvario y a lo largo y ancho de la calle que lleva este mismo nombre, ‘Los Moraos’ hicieron su salida con la Cruz de Guía, acompañados en sus primeros tramos por numerosos niños.

A continuación, preciosa y colorista estampa la que se podía contemplar a lo largo de la calle Calvario, la que conformaba una amplia representación de las nueve cofradías que dan forma y fondo a la Semana de Pasión de la capital extremeña.

De este modo, el recorrido que tenía que cumplimentar la cofradía más antigua de Mérida -con más de cien años de historia- hasta llegar a la Carrera Oficial –Plaza de España-Concatedral-, se cumplió a rajatabla y el público congregado en el centro de la ciudad contempló con admiración, la solemnidad y el sepulcral silencio que acompaña todos los años a las dos imágenes que protagonizan el Santo Entierro con el Santísimo Cristo del Calvario Yacente y la Santísima Virgen de los Dolores.

Sin duda, una de las imágenes más especiales fue el procesionar por delante del Templo de Diana, una estampa que no se producía desde los años 80, por lo que en este punto de la capital extremeña se congregaron cientos de personas que no quisieron perderse el momento y lo inmortalizaron con sus cámaras fotográficas y móviles.

Además, otra de las novedades del recorrido de la Hermandad del Calvario en su estación de penitencia de este Viernes Santo fue su recogida en la Concatedral de Santa María, como se hacía antiguamente. Sin duda, esta decisión alivió a los costaleros de sendas tallas, especialmente a los de la Virgen, puesto que las altas temperaturas que se alcanzaron durante esta jornada en Mérida hicieron que tuvieran que subir las sayas del paso para que les entrara el aire y evitar males mayores.

Ya por la noche, Nuestra Señora de la Soledad -portada por 35 costaleros- hizo su recorrido en solitario y en silencio saliendo desde la Concatedral hacia las calles de su Barrio a partir de las 23:00 horas, haciendo su entrada en la Ermita pasadas las 00:30 horas de la madrugada.

LA ALEGRÍA DEL RESUCITADO

La Semana de Pasión emeritense culminará el Domingo de Resurrección. La Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santísimo Cristo de los Remedios y Nuestra Señora del Mayor Dolor cambiará la solemnidad con la que procesiona en sus dos primeras estaciones de penitencia, por la alegría de que después de morir en la cruz, Jesús ha resucitado, el culmen de la fe cristiana.

En la capital autonómica era tradición celebrar la última procesión de Semana Santa en la noche del Sábado Santo al Domingo de Resurrección después de la Misa de Pascua, puesto que los emeritenses dedican la jornada dominical a irse al campo y pasar el día con sus familias y amigos.

De hecho, la Cofradía del Nazareno procesionó hasta 1967 una imagen de Olot que volvió a sacar a partir de 1981. Ya en 1992 fue sustituida por la actual talla realizada por Eduardo Zancada, mientras que en el año 2007 se incorporó a la procesión el paso de Nuestra Señora del Mayor Dolor, sin palio y vestida de blanco, para darle más protagonismo a esta procesión que es la más importante de la Semana de Pasión para los cristianos.

Desde entonces, en la Puerta de la Villa se celebra el Encuentro y se cantan las "Alboreás", pero este año se ha decidido cambiar de ubicación y se ha trasladado a la Plaza de España para congregar a más público y hacer más vistoso el momento. Para ello, este desfile procesional cuenta desde el año 2012 con la incorporación del paso de San Juan –portado por 15 costaleros-, de la Cofradía Ferroviaria, que acompaña a Nuestra Señora del Mayor Dolor –portada por 35 costaleros- en el ‘Encuentro’ con su Hijo, Jesús Resucitado –portado por 28 costaleros-.

De este modo, en esta última estación de penitencia, a diferencia de todas las anteriores, triunfa la alegría y los vítores por la resurrección de Cristo. A partir de las 10:00 horas, la última procesión de la Semana de Pasión emeritense saldrá desde la Basílica de Santa Eulalia hacia la Avenida de Extremadura, Rambla Mártir Santa Eulalia, Puerta de la Villa y Santa Eulalia (tramo en silencio).

A continuación, llegará a la Plaza de España (11:15 horas aprox.) donde se vivirá este año y como novedad, el ‘Encuentro entre Jesús Resucitado, Nuestra Señora del Mayor Dolor y San Juan. Tras el mismo y con cantes de saetas y ‘alboreás’, continuarán su itinerario hacia la puerta de la Concatedral, siguiendo por Félix Valverde Lillo, Delgado Valencia, Puerta de la Villa, Rambla Mártir Santa Eulalia y Avenida Extremadura, hasta llegar a la Basílica, a las 13:00 horas, aproximadamente.

Desde la Junta de Cofradías de Mérida se recomienda ver la emocionante salida del Resucitado en la mañana luminosa del Domingo de Resurrección con fuegos artificiales. El recogido ‘Encuentro’ en la Plaza de España, donde se siente la alegría de la Virgen y del apóstol San Juan. La llegada a la Concatedral de Santa María, así como la apasionante bajada por la Avenida de Extremadura para llegar de nuevo a su Basílica.

Además, durante todo el itinerario, en el que la cofradía estará acompañada por la Banda de Cornetas y Tambores de la OJE de Mérida, los nazarenos, que en esta ocasión cambian el morado de sus túnicas, cubrerostros y fajines, por el color blanco, irán repartiendo piruletas y caramelos.