Celia de Molina: Antivlog es un grito en forma de carcajada, pero no deja de ser un grito

Con la gracia y desparpajo que caracteriza a la flamante ganadora del Premio @ de Región Digital en la categoría de Sociedad, Celia de Molina nos habla de su forma de ver la vida, de su arte, de su forma de huir de los cánones y mostrar la vida real de las mujeres, todo aderezado con un poco de gazpacho, brilli-brilli y muchas risas.

Para los que quieran saber más, no os perdáis el Antivlog en Flooxer ni la entrevista que viene a continuación ¡Larga vida a las Antivloggers!

Bueno a ver, es ya casi la hora de comer... ¿Hablamos a las 13:00 porque, como buena antivloger, te acabas de levantar?

Uy, ya no ¡tengo aquí al peque que toca diana muy pronto! Hoy se ha despertado a las 11 y eso es todo un récord ¡Habrá salido a la madre!

Vayamos al principio, actúas, escribes, diriges... ¿Desde cuándo te interesa el mundo de la farándula?

Desde que tengo uso de razón he querido dedicarme a esto. De pequeña me encantaba jugar a un montón de cosas, sobre todo cuando de repente te conviertes en una princesa, de repente en una heroína...

Además, recuerdo ir al teatro cuando era pequeñita, que tendría 6 o 7 años, y vi a la actriz y solo pensaba “¡Yo quiero estar ahí, yo quiero estar ahí!”.

Ya de adolescente casi me decanto por las Ciencias Ambientales ¡fíjate tú que cosas!, pero al final nada, me decanté por esta profesión.

Después de estudiar interpretación en Málaga y Sevilla, te vas a Madrid a buscarte la vida y entre otras cosas, montas el espacio “Garage Lumiere”¿Cómo recuerdas esta etapa?

Esta etapa fue muy importante en mi vida. Había estado haciendo cosillas en Andalucía, trabajé en Isla Mágica, había hecho una peli, salí en Arrayán. Decidí venirme a Madrid para probar suerte...

Madrid es una ciudad que te ofrece muchas posibilidades pero también es muy difícil salir adelante porque estamos todos. Total, que era un momento un poco caótico en mi vida, reuní a unos cuantos amigos y decidimos montar un espacio de creación.

Garaje Lumiere nació con la idea de dar un sitio a los nuevos creadores en un Madrid que nos cerraba las puertas a todos. Tenías que tener un repre, contactos, una compañía... nosotros éramos un montón de personas con muchas ganas e ilusión ¡mucha gente con mucho talento! Eso era Garaje Lumiere.

Además, era un espacio vanguardista: todo era movible, la sala era blanca para que se pudiera grabar y hacer cine, teníamos exposiciones de arte. Solo queríamos mostrar el talento y no mirábamos el curriculum. Así, abrimos las puertas a muchos creadores que no encontraban su sitio. Le dábamos mucho valor a los que presentaban su propia obra, su propia forma de ver el mundo, su universo.

Para mí fue una etapa fundamental. Los amigos que tengo ahora los conservo de esa época. Nos juntamos allí gente maravillosa. Fue un poco el origen de todo. Muchas veces desde fuera imponen cómo tienes que ser y lo que tienes que hacer. Yo pienso que se puede ir mucho más allá.

Para quienes no lo sepan, fuiste protagonista de una peli ¿Cómo es eso de sobrevivir a una despedida?

Fue bastante curioso porque fue un casting que hizo muchísima gente para la película de Manuela Burló Moreno 'Cómo sobrevivir a una despedida', que produjo Atresmedia. Yo en ese momento no tenía repre y no accedí a las pruebas, pero sí mi hermana, y me dijo que lo intentara.

Total que me puse a buscar a Manuela Moreno, encontré su web y le mandé un mail. Manuela me contestó en seguida y me dijo que le mandara un vídeo. Le encantó, empecé a pasar pruebas y me salió la peli como protagonista ¡Encima tuve la suerte de currar con mi hermana Natalia! cosa que Manuela no sabía y se entero casi cuando íbamos a empezar a rodar.

También has colaborado con Buenafuente, uno de los grandes del humor, haciendo de japonesa y últimamente de Ministra ¿Esto cómo se come?

Pues, ha influido el factor suerte, pero claro, también hay mucho trabajo detrás. La primera vez que fui estaba embarazada y me sentí muy cuidada por el equipo.

La verdad es que la gente del programa es fantástica y trabajar allí es un lujo por el equipo que hay detrás y delante. ¡Cuando me llaman voy feliz de la vida!

Dado que tu seña de identidad es el humor ácido ¿Eres de las que piensa que las revoluciones hay que bailarlas y reírlas?

Pues desde luego que sí, por lo menos las mías. El humor ha sido siempre el que me ha salvado para decir las grandes verdades. Yo para contar lo que siento necesito humor e ironía. Te digo más, me parece una forma muy interesante de llegar a todas las personas.

Es sano. Hay que bailar, hay que reírse, hay que darle la vuelta a todo, es fundamental. Antiguamente, el bufón el único que se atrevía a decir las verdades al rey, pues hoy en día, yo recojo el testigo y utilizo la comedia y el humor como una forma de expresar todo lo que siento.

Al hilo de todo esto, ahora ya sí, hablamos de “El Antivlog” ¿Cómo empezó toda esta aventura?

Pues mira, en el momento en el que surgen las redes sociales, sobre todo Instagram, que es un lugar en el que se dice todo super bonito y super ideal. A mí había algo que me hería porque lo veía todo como muy de coña. Así que, ni corta ni perezosa, decidí llevarlo a todo lo que yo soy. No soporto que todos tengamos que ser iguales: ahora todos somos así, ahora todos somos asao. Yo tenía que hacer algo...

En realidad, fue muy bonito porque nació de una forma muy espontánea y he recibido un abrazo muy grande de mucha gente. He de decir que el equipo es también una maravilla y que acepta todas mis locuras, como el día que le dije a Carrasco que quería hacer un capítulo sobre mujeres con el pelo rizado y fuimos a tope con ello. Es impresionante ver como esa idea que tienes en la cabeza gusta y hace que muchas personas se sientan reconocidas.

El Antivlog es un grito en forma de carcajada, pero no deja de ser un grito. Tiene muchísimo trasfondo.

Eres capaz de reírte de las alfombras rojas, del culto al cuerpo, de la falta de papeles femeninos, de la cultura de la violación... pero ¿Cómo es el proceso creativo de un capítulo de El Antivlog?

Pues el proceso es súper divertido. Lo bueno es que el equipo es gente muy pro. Son muy buenos artistas aunque algunos de ellos no sean famosos. Tenemos un guión con una escaleta donde dejamos claro qué quiero contar, pero hay mucha improvisación y dejo mucho a la creación del propio actor. De verdad te digo que en el equipo tengo a gente de mucho talento y es gracias a ello por las que salen luego las cosas así de bien.

Normalmente, los capítulos se hacían en un mismo día. Yo apuntaba un cuaderno las cosas que quería contar. Cuando terminábamos uno decíamos, el siguiente va a ser este, y yo me pasaba una semana pensando en el capítulo siguiente: escaleta, guión, en la gente con la que quería que participase... y ellos se dejaban hacer. Han venido a jugar.

En general, la comedia está muy mal valorada, y más si eres mujer. A todos se nos vienen a la cabeza nombres como Buenafuente, con el que has trabajado, pero mujeres cómicas en España se ven pocas...

Es que si eres mujer es súper difícil. Se me vienen a la cabeza hombres que hacen su propios programas, que tienen su programa de radio o tele... pero ser cómica es muy difícil pese a que hay cómicas maravillosas, pero cuesta hacerse un hueco. Los americanos sí saben de esto, ahí tienes a Amy Schumer...

Allí hay muchas mujeres haciendo una comedia desternillante y maravillosa pero aquí en España cuesta mucho darle salida a eso. Me encantaría que alguna marca apostara por “El Antivlog” a nivel económico y producción. Yo creo que es un producto que merece la pena, tenemos un equipazo y está lleno de contenidos interesantes.

Lo que ocurre es que la comedia que se ha comprado siempre de las mujeres es o hacer de tonta o de sosa, sin nada de trasfondo. En el momento que una mujer hace algo diferente y con sentido da mucho miedo y ¡mira que hay grandes cómicas!

Esto te lo tengo que preguntar, además de tus rutinas de belleza diarias como levantarte a la 1, desayunar gazpacho o hidratarte la piel con aceite de oliva de Jaén ¿Cuál es tu secreto para ser feliz? ¿Beber mucha agua?

Pues ser como cada una es, disfrutar de la gente y beber mucho gazpacho. El gazpacho es fundamental para la felicidad, como el jamón, la pizza, sin olvidarnos de la diversión, el humor y relativizar las cosas.

¿Cuándo vamos a poder ver la segunda parte de “El Antivlog? ¿Vas a reirte de la parte más cuqui de la maternidad?

Hay una serie ya escrita, que es un poco más serio y estoy buscando financiación. Si no lo consigo me lanzaré a la guerrilla como hice en su momento. Y sí, habrá mucha maternidad, muchísima porque la antivlogger ha sido madre.

No te olvides de que El Antivlog es un ejercicio de autoficcion con lo cual la maternidad está super presente. Hay mucha tontería... yo cada vez que voy al Centro de Salud lo único que veo son mujeres maravillosas, sonriendo dándole de mamar al niño felices... y por desgracia la realidad no es esa. Tiene muchísimas cosas positivas, claro que sí, pero hay muchos tabúes y no se habla de una manera muy real de lo que significa ser madre... pasa un poco como con la regla y los anuncios de compresas.

Lo que sí te aseguro es que va a ser una temporada súper divertida.

Para terminar, además del duro trabajo de ser La Antivlogger, ¿Cuáles son tus próximos proyectos?

Estoy desarrollando un proyecto que se llama la Feminazi, en el que dirijo y escribo junto a Francesco Pozzi. Seguiré con el club de lectura online de libros escritos por mujeres El Parking de Topanda y alguna cosilla más que no te puedo contar por si no sale...