Hoy quiero empezar el artículo con Michael Johnson:
“Por más fuertes que sean mis piernas, es mi mente la que me convierte en un campeón”
A raíz de esta gran frase, quiero hablar de la importancia de la “Perseverancia”, puesto que hay que ir más allá de la concepción que tenemos de “esfuerzo continuo”. Ya que la perseverancia exige el desarrollo de una filosofía de constancia no sólo para hoy, o para el mes que viene, sino a mucho más largo plazo.
Muchos de los libros de autoayuda, que hoy están tan de moda, nos dirán que la perseverancia es una de las cualidades esenciales para tener éxito en la vida. Y aunque inicialmente es una frase transcendental que tiene su input en nuestro cerebro cuando la leemos, lo importante no es únicamente saber dónde uno quiere llegar o lo que quiere conseguir o qué le gustaría cambiar de sí mismo. Lo importante es saber cómo hacer para conseguir ser constante y qué nos va a suponer serlo (tiempo, dedicación, etc)
La motivación consta de tres componentes fundamentales:
Dirección: lo que intentamos hacer o lograr
Esfuerzo: hasta qué punto lo intentamos
Perseverancia: cuánto tiempo lo seguimos intentando.
Nos puede pasar que sepamos en qué dirección queremos ir y esforzarnos al máximo al principio para seguirla, pero al final nos damos por vencidos porque carecemos de la perseverancia necesaria para mantener el esfuerzo.
Por tanto, ¿cómo conseguir ser perseverante?
1.- Tener claro nuestro objetivo y que éste sea lo más concreto posible. Debemos dejar a un lado los objetivos ambiguos o generalistas, como por ejemplo, ser feliz “¿qué te haría feliz?” “trabajar de científico para la NASA”, este sí es un objetivo.
Hay una máxima para establecer objetivos y es, que estos deben ser medibles, alcanzables pero retadores y acotados en el tiempo.
2.- Hay que preguntarnos, ¿conseguirlo depende de mí al 100%? Si la contestación a esta pregunta es afirmativa, adelante con el siguiente paso. Pero si no depende de uno mismo al 100% entonces debemos preguntarnos ¿qué depende de mí y qué no?
Una vez analizado, hay que llevar a cabo un plan para realizar eso qué yo si puedo hacer para conseguir mi objetivo. Sin embargo, no debemos olvidarnos de un aspecto importante y es que debemos aceptar que la parte que no depende de nosotros puede no llegar a materializarse. En estos casos, lo importante es que nos quedemos con la sensación de haber hecho lo posible para lograr nuestro objetivo, lo que nos llevará a sentirnos orgullosos de nosotros mismos.
3.- Hay que vencer los “pero, contras” y los pensamientos pesimistas. Por cada pensamiento pesimista sobre tus posibilidades de lograrlo, oblígate a generar uno optimista, y acuérdate de no dejarte llevar por las emociones de los momentos malos que por el camino hacía tu objetivo puedes encontrar.
4.- ¿Qué pasos tendrías que emprender para conseguir tu objetivo? Recuerda que todos los caminos llegan a Roma, pero que algunos son más directos que otros. Por ello, elabora un plan de acción, donde queden reflejadas las tareas que tienes que llevar a cabo para conseguir tu objetivo.
5.- Anticipa las dificultades que puedes encontrarte con ese plan de acción que has establecido y desarrolla una estrategia para afrontarlas si llegan a aparecer.
6.- Esfuerzo. Ingrediente principal de la Perseverancia, ya que va implícito en ella. Muy pocas cosas aparecen de forma milagrosa en nuestra vida y aunque aparezcan sin buscarlas mantenerlas nos requerirán esfuerzo y dedicación.
Analízate, ¿estás preparado para el esfuerzo que va a suponer, para renunciar a ciertas cosas en tu vida? ¿estásdispuesto a implicarte al 100%?
En este punto es básico diferencias entre intentar y hacer. Muchas personas cuando les propones algo te contestan “lo intentaré” en lugar de “lo haré”. Aunque esta respuesta denota que la persona hará algún esfuerzo, también indica que su compromiso no refleja la exigencia real para conseguir el cambio o el objetivo que se haya marcado.
7.- ¿Siguiente ingrediente fundamental de la Perseverancia? Compromiso.
Se ha de ser realista con uno mismo, y tenemos que establecer un tiempo real para alcanzar el objetivo. No podemos dejarnos llevar por la impaciencia. Si se trata de un plan de vida, acepta que el camino será largo, sobre todo porque una vez logrado los esfuerzos se centrarán en lograr mantenerlo.
8.- Por último y no menos importante como siempre se dice, Cultivar la Paciencia ¿cómo? Visualizando el largo plazo y venciendo las tentaciones del corto plazo. Si no visualizaran su figura con unos kilos de menos, pocas personas seguirían una dieta. Y si no se visualizaran encima del pódium, pocos deportistas estarían motivados en sus duros entrenamientos diarios.
Conclusión: ¿eres perseverante? Y lo más importante ¿quieres ser perseverante con tus objetivos?
PSICÓLOGA CLÍNICA Y DEPORTIVA @inmaculadacruza