Los principios y valores que han inspirado la Declaración del Milenio y los Objetivos de Desarrollo persiguen conseguir un entorno propicio para la erradicación de la pobreza, y uno de los objetivos prioritarios es la educación: asegurar una educación equitativa e inclusiva y un aprendizaje a lo largo de la vida para todos en el horizonte 2030.
La competitividad y el talento están relacionadas con el crecimiento de una sociedad y el beneficio de sus ciudadanos.