Cuando las luces se apagan y los telescopios apuntan al firmamento, los observatorios se transforman en lugares cargados de misterio. Son templos de la ciencia, pero también escenarios perfectos para historias de espectros, tragedias y fenómenos inexplicables. No es casualidad: muchos de ellos se alzan en entornos solitarios, montañas desiertas o cúpulas antiguas donde el silencio resulta tan profundo como el espacio mismo.
En esta noche de Halloween, te proponemos un viaje diferente: un recorrido por algunos de los observatorios más “embrujados”...
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