03 enero 2018
Mayo de 2018 es la fecha prevista para que entre en vigor la próxima Ley Orgánica de Protección de Datos. Empresas y comercios han empezado a moverse ya para adaptarse a unos cambios que pueden cambiar de arriba abajo el sector digital y la convivencia en el centro de trabajo.
Aunque se pueden esperar cambios en el redactado, la última actualización permitiría a los empleadores utilizar cámaras de vigilancia dentro del lugar de trabajo. Las justificaciones giran alrededor del control del desempeño del trabajador. Es decir, lo que se debe controlar es el uso adecuado de las instalaciones y el cumplimiento de los horarios.
En cuanto a los requisitos para montar una cámara de videovigilancia en el trabajo, ya no será necesario contar con el consentimiento del trabajador. Bastará con que tenga conocimiento de que el aparato electrónico está instalado y funcionando correctamente. Este nuevo criterio, que juega a favor de los empleadores, fue introducido este mismo año por el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional.
La Ley atenderá así a una antigua reclamación del empresariado. Era especial el interés que tienen aquellos centros de negocio que manejan material fungible o que sus trabajadores deben acceder a caja. Con estas nuevas medidas de seguridad esperan poner coto a la pérdida desconocida, aunque sea eliminando factores de la ecuación.
Eso sí, la Ley se muestra rigurosa a la hora de defender los derechos de información del trabajador, así como de los clientes. Será necesario establecer una placa o distintivo que señale la existencia de la cámara, en un lugar visible para los interesados.
Este distintivo deberá dar tres informaciones: para qué se usa la cámara, quién se responsabilizará de la gestión de las imágenes y la Ley en la que se podrá encontrar información adicional.
El otro tema estrella de la nueva LOPD tiene que ver con el tratamiento de datos por parte de los sitios web.
El espíritu de la Ley dispone que el usuario debe tener mayor capacidad de decisión sobre aquello que ve cuando navega, en relación con la publicidad. La privacidad se ha convertido en los últimos años en un tema con mucho tirón entre navegantes.
Lo cierto es que, en el día a día lo que existe se puede calificar de respeto y normalidad.
Con el actual redactado de la LOPD es posible garantizar una buena experiencia del usuario y relevancia en los anuncios. Ésta es una de las principales ventajas de internet frente al mundo offline. El usuario no tiene por qué tratar con anuncios que no le interesan.
En la misma dirección se mueve el sector empresarial. Lo que importa entre las agencias de publicidad y sus clientes no es otra cosa que ser relevantes para su audiencia. Es decir, mostrar un anuncio a alguien que ha mostrado interés explícito en ese anuncio.
A nadie le interesa ya bombardear a un usuario de internet con un anuncio. El sector lo considera malas prácticas. Por eso, con la actual legislación, las empresas controlan unas pocas variables de comportamiento y se ceñían a la ética de forma rigurosa.
Por ejemplo, ahora es posible saber si una persona había visto ya diez veces un mismo anuncio y evitar mostrarlo más veces. Otro ejemplo, si hace quince días que no visita una página web o un producto determinado, tampoco se le molesta.
El nuevo redactado, sin embargo, subrayará aún más las precauciones. Si bien no se discute la potestad del usuario, que es y debe ser señor de sus propios datos, el sector ha pedido que se tenga en cuenta a todas las voces. El objetivo no es otro que mantener la calidad de la experiencia de navegación de todos.
