08 abril 2020
La palabra como arsenal de magia
El imperecedero poder de la palabra es tan sólo posible si la conjunción de sus componentes, como la suerte de una estructura perfecta de leña y ramas secas, evoca un fuego mucho más allá de la verbalización y la escritura. Las palabras son templos en cuyo ábside es posible la magia. Capaces de dibujar inimaginables mundos y de describir con precisión quirúrgica las sensaciones, en todo su abanico, que se enraízan en el alma como el rocío de madrugada en el cabello recortado de la hierba. Pero a veces, sin embargo, las impresiones del momento carecen del bagaje personal de frases con las que conjurar el mito y la verdad.
Cuando la emoción supera al verbo, es preciso recurrir a los arsenales de la palabra. No tan sólo al hermoso imaginario lingüístico que subyace en nuestra capacidad de habla y escritura. Sino a espacios, y más concretamente plataformas, donde la palabra sustenta su función. Ante dicho contexto, las webs como topfrases.net proporcionan un vasto repertorio de frases certeras para afrontar atinadamente una emoción. Contando con un amplio espectro emocional que abarca desde frases dedicadas al amor, la amistad o la motivación, como poemas, frases reflexivas e incluso citas de célebres autores de fama mundial. Todo al servicio de la verdad.
Porque la verdad es saber responder con esmero, inmediatez y acierto a un suceso que exige ser descrito. Y es ahí donde radica el taumatúrgico poder de la palabra. Siendo ésta una herramienta recurrible para demostrar y enfatizar con frases el afecto hacia la familia, los aforismos vitales que ensalzan la profundidad de la existencia e incluso frases cuyo conjuro prende y magnetiza un brutal enamoramiento. La palabra está ahí para incardinar en ella al receptor de un mensaje honesto. No existe la sequía emocional, menos aún su cortejo a manos de la palabra. Y si se puede contar con una plataforma como Topfrases.net, el atino de la frase deviene omnipresente.
Más allá de la comunicación
Los cimientos del lenguaje encuentran su función en la capacidad de comunicarse con los semejantes. A pesar del resto de recursos comunicativos de los que dispone el ser humano, tanto la lucidez pictórica, la videografía e incluso el lenguaje de señas, es la palabra el martillo que halla con mayor facilidad el clavo que habrá de fijar la verdad. Tal es la vastedad de sus complejos engranajes, cuya enumeración de términos queda rezagada si su multiplicidad de significados se contempla, que su exactitud resulta francamente sobrecogedora. Transgrediendo las abstracciones de otras vías para la comunicación humana y legitimando la palabra como fuente viva de los sentidos.
Las palabras, enunciadas desde el núcleo de la entraña, han conquistado almas y países a lo largo de la historia. Han enfrentado amigos y han unido enemigos. Han enamorado y roto corazones con suma facilidad, como si se tratase de unos pequeños títeres al servicio de un intangible semidiós que todo lo puede. No obstante, y a pesar de que en la sencillez está el buen gusto, el rito lingüístico de encauzar la correcta frase hacia su objetivo concreto no es tan simple como parece. Ello requiere de una gran experiencia, no sólo en las disciplinas de la gramática, la semántica y la sintaxis; sino en haber vivido. En haber sabido extraer de la vida el jugo de su esencia.
Hablar por hablar
Según distintos psicológicos, se estima que utilizamos entre 10.000 y 30.000 palabras al día. Una cantidad ciertamente grande, si tan sólo se tiene en cuenta su valor numérico. Pero lo que verdaderamente debería preguntarse es si dichas palabras cumplen con una función mayor o si únicamente forman parte de una comunicación transitoria. Es decir, si su objetivo, a pesar de su estimable importancia, lleva implícita una actitud más alta a la de comunicarse per se. Y más allá de eso, ¿cuántas veces hablamos por hablar, sin extraer del conocimiento lingüístico su belleza innegable?
Es por dicho motivo que las plataformas como Topfrases.net, apoyadas en la lumbre que ilumina la lucidez de la palabra, arrojan esa luz que a veces falta. Ofreciendo frases de dedicada mesura para acertar en el blanco sin apenas esfuerzo. Tanto si la meta es la de encontrar para uno mismo la descripción de un estado de tristeza, como si es para celebrar la vida en el transcurso de un esperado cumpleaños. El contexto es crucial, pero las frases están ahí para servir a quien se encuentre en la circunstancia que exige su invocación. Porque no hay nada más hermoso que ver en el receptor de un mensaje, aunque éste sea uno mismo, la expresión de la clarividencia.
