09 diciembre 2018
El cine histórico refiere a un género de la cinematografía que se inspira en acontecimientos cuya remembranza ha perdurado a través de la historia, de allí que sea necesario la asistencia de historiadores e investigadores que precisen los datos, aspectos y el contenido que deben estar presentes en las películas para hacerlas lo más reales y veraces posibles, respecto a la información que se presenta en la trama, pues ello es uno de los principales atractivos de este tipo de género cinematográfico.
Este tipo de películas son una excelente herramienta para enseñar historia de forma amena, rescatando el valor que los acontecimientos han tenido en el rumbo de las sociedades, países y del mundo en general. Muchas veces, las películas históricas generan un escenario propicio para la reflexión sobre las actuaciones de los centros de poder, las religiones e incluso los ideales personales.
En ese sentido, la historia española es bastante extensa e interesante, sin duda alguna una excelente fuente de inspiración para los cineastas, desde acontecimientos internos y luchas de poder, pasando por entramados de conspiraciones para despojar de la corona a legítimos herederos; mujeres con espíritu guerrero y sed de justicia y libertad, hasta pasar por acontecimientos de trascendencia mundial en los que España ejerció una gran influencia, como fue el caso de la firma del tratado de Tordesillas, en el que España y Portugal, como imperios del mundo, acordaron dividirse el mundo en dos partes. Todos son eventos que influyeron en la configuración de la realidad actual y que merecen ser conocidos.
En España se puede mencionar la película que refiere a las razones por las cuales se llegó a la guerra civil española, “por quién suenan las campanas”, en ella se precisan aspectos que sirven para entender el por qué España es actualmente como es, se puede vivenciar la lucha entre la clase burguesa y rica frente a la clase trabajadora, que dejó como únicas alternativas la instauración de un sistema socialista o el mantenimiento de una monarquía, y cuyo resultado luego de tres largos años de enfrentamiento, fue la instauración de un régimen dictatorial que se mantuvo en el poder hasta el año 1979.
Otra película emblemática de la historia española es “Agustina de Aragón”, estrenada en el año 1950, esta película está ambientada en la época de la guerra por la Independencia entre Francia y España, la trama hace honor a “La Artillera”, una joven patriota española que participó en combates en defensa de su país, y pasó a la historia como un ejemplo de resistencia, valentía y lucha en defensa de la libertad de su país. Para algunos estudiosos, el rol de Agustina de Aragón se inspiró en la joven campesina francesa, conocida como Juana de Arco, que también pasó a la historia como heroína en su país por su actuación durante la guerra de los 100 años, luchando contra los ingleses para que Carlos El Delfín fuera nombrado rey de Francia..
También debe mencionarse, entre muchas otras, a “La leona de Castilla”, una película presentada en 1951, que refiere a la lucha contra la opresión de la corona española durante el reinado de Carlos I y la defensa del derecho a la libertad, esta es otra película histórica que hace también homenaje una aguerrida mujer, María de Pacheco, quien junto a su hijo busca vengar el asesinato de su esposo en el contexto de la rebelión de las Comunidades de Castilla.
La enseñanza de la historia es una tarea no muy sencilla, por lo general estos temas no despiertan mayor interés entre los jóvenes, bien por la metodología de enseñanza o por la diversidad de acontecimientos cuya esencia se pierde entre fechas y detalles que acaba con la posibilidad de hacer ameno un intercambio de información y menos aún su aprehensión. Frente a esta realidad, el cine histórico se erige como una oportunidad para enseñar historia de una forma divertida, con altas posibilidades de despertar la curiosidad del espectador, también se constituye en una conveniente forma de crear ciudadanía, debido a que este tipo de género cinematográfico al referirse a la historia patria, dan la oportunidad de vivenciar acontecimientos que permiten entender el por qué de alguna situación política o social actual, afianzando los valores e identidad con sus raíces.
En ese sentido, el cine histórico coadyuva a la transmisión de la información y al centrar la atención del sentido de la vista y del oído al mismo tiempo, permite que esa información se capte de forma más rápida en comparación con la lectura de libros. Se trata de una forma amena de proyectar esa realidad pasada, que impulsa el interés por los hechos históricos. En esas dramatizaciones ya hay una interpretación de los acontecimientos, se encuentra un mensaje inmerso en la proyección y de allí que sea imprescindible que este tipo de arte se haga con profesionalismo y sea asistido por expertos y estudiosos de la historia, que logren minimizar la ocurrencia de errores históricos cinematográficos.
Asimismo, el cine histórico logra sintetizar en poco tiempo variados acontecimientos, permite reflexionar sobre las razones de la ocurrencia de ciertos cambios o la instauración de una determinada realidad, el papel que jugaron ciertos actores y cómo evolucionaron hasta la actualidad, en fin el cine histórico nos permite trasladarnos al pasado, la carga emocional que tienen algunas escenas dan paso a sentimientos nacionalistas o simplemente permiten valorar acontecimientos desconocidos o aún cuando fueran conocidos, entender la importancia que tuvieron en el forjamiento de la realidad posterior. Claro está, que el cine histórico no es una trama entrelazada con sólo hechos históricos reales, por el contrario, el Director de forma creativa adapta esos acontecimientos a una trama que pueda ser amena, divertida, de suspenso o terror.
En fin, el cine histórico permite divulgar acontecimientos que tuvieron o tienen repercusión en la realidad actual. Por su contenido visual, es una excelente herramienta para generar empatía con hechos de trascendencia y facilita su aprehensión. El cine histórico es un aliado muy conveniente para promover el interés por la historia tanto de niños, jóvenes y adultos.
