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Los remaches, por qué son tan útiles estos cierres de fijación

La historia de la ingeniería, y también de la inventiva, está plagada de sucesos a los que no se les da mucha importancia cuando en realidad lo merecen.

04 octubre 2018 | Publicado : 11:41 (04/10/2018) | Actualizado: 14:46 (04/10/2018)

Uno de estos productos o dispositivos mecánicos que pasa desapercibido es el remache. En numerosos sectores: automoción, la industria, los electrodomésticos, la calefacción y climatización... se utilizan estos elementos, que suponen uno de los métodos de unión ente materiales más antiguos, pero a la vez más utilizados. Sin embargo, no siempre se le da la relevancia que tienen.

Hoy os mostramos qué son los remaches, cuáles son las partes que los componen y qué tipos hay.

¿Qué son los remaches?

Estos dispositivos son cierres mecánicos o elementos de fijación que sirven para unir piezas delgadas de distinto o el mismo material. Su función es parecida a la de los tornillos, pero a diferencia de tornillos y tuercas, las uniones realizadas con remaches son permanentes, lo que supone que no se pueden separar ambas pizas unidas sin estropearlas.

Otra diferencia importante con respecto a los tornillos es que, aunque su funcionalidad pueda ser similar, estéticamente no se asemejan en nada. Un remache consiste en un tubo cilíndrico con una cabeza al final de mayor diámetro que el resto del remache.

Estos elementos mecánicos resultan muy útiles para ensamblar chapas y materiales plásticos, aunque existen remaches de todo tipo que son adecuados para unir unos materiales a otros.

¿Qué partes tiene un remache?

En estos elementos encontramos hasta tres partes bien diferenciadas: el cuerpo del remache, la cabeza y el mandril.

El cuerpo del remache tiene forma cilíndrica y se le denomina habitualmente vástago o espiga. Esta parte es la que queda insertada entre las dos piezas unidas.

La cabeza cuenta con un diámetro superior al resto del cuerpo. Su función es sujetar ambas piezas por el agujero realizado de manera previa. Con los remaches se pueden unir dos piezas del mismo o diferente material.

Por último, el mandril es la parte alargada del remache. Esta parte se inserta en la remachadora y queda excluida de la unión de los materiales.

Si imaginamos que un remache es como un florete de esgrima, el cuerpo sería la empuñadora, la cabeza sería la cazoleta y el mandril sería la hoja del florete.

A menudo, los remaches son también denominados roblones, pero existe una sutil diferencia, los roblones están constituidos por una sola pieza o componente, mientras que los remaches pueden estar elaborados por más de una pieza. En los roblones solo apreciamos cuerpo y cabeza.

¿Cómo funcionan los remaches?

Para colocar un remache entre dos piezas a unir debemos usar una herramienta denominada remachadora, que es la que va a permitir realizar la unión. En este vídeo vemos cómo colocar un remache.

En primer lugar, el vástago o cuerpo del remache se introduce entre las dos piezas a unir. A continuación, el mandril se introduce en la boca de la remachadora que puede ejercer tres funciones: empujar la cabeza del remache; tirar del vástago y arrugar el remache; o bien cortar el vástago quedando el remache uniendo así las dos piezas.

¿Qué tipos de remaches existen?

Atendiendo a su uso diferenciamos entre varios tipos de remaches. Así, encontramos remaches ciegos, remaches estándar, de golpe... y cada cual con diferentes propiedades. En nuestra web https://www.boellhoff.com encontramos amplia información sobre estos elementos, así como sobre sus ventajas y utilidades.

En cualquier caso, para elegir el mejor remache debemos atender a aspectos como el tamaño del mismo, la forma de la cabeza y el material, pues estos tres condicionantes marcan en buena manera qué elementos debemos utilizar dependiendo del sector en el que estemos trabajando.

En cuanto al tamaño, en el mercado encontramos remaches que van desde los 1,2 hasta los 8 mm de diámetro. Es habitual encontrar también denominaciones específicas para estos elementos atendiendo a la forma de su cabeza: redondeada, avellanada, plana, de ala ancha, etc.

Por último, el material es un aspecto fundamental. Existen remaches de aluminio, de acero inoxidable, de cobre, de aleación níquel y cobre y otras aleaciones metálicas. Como consejo final, es recomendable que el material del remache muestre las mismas propiedades mecánicas que los componentes a unir.

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