12 enero 2018
En muchas ocasiones oímos hablar de ellos. A menudo ocupan portadas de periódicos y los boletines de noticias abren con la posibilidad de que se estudie, discuta o firme un determinado tratado entre varios países. Sin embargo, poco o nada sabemos acerca de lo que significan los acuerdos internacionales para el resto de ciudadanos. Aunque en realidad dependemos de ellos para mucho más de lo que imaginamos.
Veamos un poco más acerca de estos tratados, muchos de los cuales ni siquiera salen a la luz.
¿Qué carácter puede tener un tratado internacional?
Cuando hablamos de tratados internacionales, nos estamos refiriendo a un acuerdo en el que varias naciones, a veces solamente dos y otras muchas más, se comprometen a una determinada cosa. El carácter de estos tratados siempre es oficial y vinculante, aunque esto no significa que a veces se pueda romper o se incorporen determinadas enmiendas con el paso del tiempo.
De todos los tipos de tratados que se pueden acordar, podemos destacar sobre todo dos: los acuerdos comerciales y los de cooperación. Los primeros es evidente qué propósito tienen, ya que suponen la compra y venta de bienes y recursos. En el segundo caso, podemos abrir un campo mucho más amplio, que abarca desde determinar las causas de la lluvia acida en un determinado territorio hasta proyectos de ayuda humanitaria, pasando por acuerdos destinados a proteger el medio ambiente.
Condiciones en los que se firman los tratados
Como norma general, los acuerdos internacionales se firman, como su propio nombre indica, de común acuerdo. Aunque a lo largo de la historia se han firmado tratados en los que se obligaba a uno o varios países a cumplir con una serie de condiciones. Estas eran impuestas por determinadas circunstancias, como haber perdido una guerra o invadir un territorio soberano.
En la actualidad, la mayoría de tratados son pacíficos. Aunque hay excepciones como las sanciones que se imponen a un país por parte de algún organismo internacional.
Idiomas en los que se realizan los acuerdos
Este es un detalle interesante, ya que para que varios países estén conformes, lo primero que se necesita es disponer de un documento que puedan entender. Nadie en su sano juicio firmaría algo que no comprende, y una entidad nacional no es la excepción. De ahí que a menudo juegan un papel fundamental los servicios de traducción jurada oficial por traductores registrados en el Ministerio de Exteriores, en el caso de España, o de sus homólogos en otros países.
Existen una serie de lenguas oficiales en las que se redactan los tratados, especialmente cuando hay un número muy grande de países envueltos. El inglés es en este caso el más utilizado, aunque el español también se usa bastante. Finalmente, lenguas como el francés tienen su importancia, como es el caso de la Unión Europea, donde es uno de los idiomas autorizados. Si quieres aprenderlo, en www.francesonlineaf.com hay varias opciones para hacerlo a distancia.
¿Cómo influyen en nuestra vida?
Aunque te parezca que se trata de algo que nos queda muy lejos, en realidad los ciudadanos nos vemos afectados por estos acuerdos. Aunque no nos demos cuenta, estos condicionan nuestra forma de vivir.
Por ejemplo, las normas en materia de eliminación de residuos y contaminación están regulados, hasta cierto grado, por los acuerdos que se han firmado entre varios países. Y que podamos comprar determinados productos también se deben a que hay algo acordado entre diversos territorios. Por no hablar de que la economía y el mercado de trabajo está ligado estrechamente a muchos de ellos. Materias primas, desarrollo de tecnologías y hasta opciones en cursos recursos humanos pueden ser más o menos accesibles dependiendo de que exista un tratado y las condiciones que incluya.
La próxima vez que oigas hablar de que se está estudiando la firma de un acuerdo de esta magnitud, piensa en que de un modo u otro puede llegar a conducir tu vida hasta cierto grado.
¿Alguna vez se te había ocurrido que hay cosas que se escapan literalmente de nuestro control o que nos están condicionando? Al menos la mayoría de ellas lo hacen para nuestro bien, afortunadamente.
