21 noviembre 2017
Las franquicias ofrecen la indudable ventaja de poder manejar y gestionar un negocio propio sacando provecho de la fama y carta de clientes con los que ya cuenta una marca. Este modelo de creación de negocios ha incrementado su popularidad gradualmente desde que se implantó en nuestro país, y es que, en el mundo de los negocios, nada inspira más confianza y seguridad que utilizar un modelo de negocio que ha demostrado funcionar, y al que podemos incorporar nuestro toque personal. Es muy recomendable barajar la opción de las franquicias ya que nos permite hacer todo lo comentado además de asegurar ciertas ventajas particularmente al nivel de rentabilidad.
El modelo de franquicias funciona en base a una colaboración empresarial de dos lados: por una parte, el franquiciador aporta el nombre de la empresa, la marca, su imagen, formación, clientes, etcétera; y por otra parte, el franquiciado, autónomo o sociedad, se compromete a gestionar el negocio localizado en una ubicación concreta a cambio de la remuneración pactada.
Conociendo en qué se basa es fácil comprender el porqué del incremento en el uso de este modelo de negocio, ya que aporta ventajas y beneficios para ambas partes firmantes del contrato. Y es que montar franquicias facilita una expansión territorial muy rápida que no requieren de inversiones en campañas de publicidad ni ningún otro gasto asociado, y esto a su vez aumenta la rentabilidad y consolida su posición en el mercado competitivo, situando a la empresa en mejor posición para futuras negociaciones. Y del mismo modo, aquél que decide abrir la franquicia, podrá disfrutar de un menor índice de riesgo, puesto que cuenta con la popularidad de la marca, y ésta, a su vez, le aporta el conocimiento necesario mediante asistencia y formación a cuenta de la empresa, generando así mayor competitividad para el franquiciado.
Por lo tanto se puede resumir en términos generales que las mayores y principales ventajas que tiene montar una franquicia son:
La comodidad, ya que se cuenta con un modelo de negocio asentado y no precisa de estudios de marketing para calcular su viabilidad.
Reducción de riesgo, porque se sabe de antemano cómo funciona el negocio en otros sitios y que dará al franquiciado lo necesario para asegurar el buen funcionamiento y desarrollo del negocio.
Competitividad alta, que permite posicionarse en un puesto principal nada más iniciar el negocio.
Al hablar de cadenas y franquicias en el territorio español de manera automática pensamos en nombres de restaurantes de comida rápida o de tiendas de moda y complementos. Sin embargo, el negocio de las franquicias de librerías ha existido en el mercado desde hace décadas, y concretamente en España, desde antes que las anteriormente mencionadas cadenas.
La venta de libros cuenta con una regulación específica que la diferencian del resto de sectores del mercado. La principal de estas características es que el precio de venta al público se establece por la editorial antes de su distribución, lo que facilita el cálculo de beneficios y su consecuente establecimiento de márgenes incluso antes de que se produzca la venta. Otra peculiaridad de este sector es que los productos siempre pueden ser devueltos a los proveedores. Ya sea después de efectuar una compra directa como en depósito, la opción de la devolución al proveedor siempre está disponible.
Hablar del libro como producto de mercado en el panorama hispanoparlante implica hacer referencia a la trayectoria de la casa Nobel, cuyo nacimiento fue en Latinoamérica en 1943 y que en el presente cuenta con más de 200 puntos de ventas repartidas por todo el mundo. Aquí en España se unió a la empresa gallega Espacio lector en el 2006, y desde ese año han habilitado la apertura de librerías por toda España. Si eres un autónomo con miras a abrir una franquicia en este sector es más recomendable que hagas click aquí para saber más sobre las oportunidades que Librerías Nobel puede poner a tu alcance para iniciarte en este sector.
