Créditos rápidos y dinero en caso de urgencia

Por suerte, cada vez están apareciendo más alternativas con las que sufragar estas situaciones inesperadas. Muchas empresas están ofreciendo la posibilidad de aportarte una cuantía determinada de dinero sin apenas intereses ni complicaciones. Una buena forma de coger un mal trago, dividirlo en porciones pequeñas e irlo dividiendo para que su impacto sea mucho menor.

Créditos rápidos, esos son el nombre y apellidos de esta vía cada vez más popular y cada vez más efectiva. Se llaman así por algo, y es que, a diferencia de los préstamos que solicitas en un banco, estos no requieren un plazo de espera de 24 o 48 horas entre los trámites y la aceptación de tu solicitud. En cuestión de minutos puedes tener el dinero contigo gracias a la labor de la pertinente entidad financiera, aunque si los trámites se complican es posible que esta espera se alargue un poco.

Las ventajas de estas inyecciones de capital en el ámbito doméstico no se quedan solo en su rapidez. Puedes controlar la cantidad exacta que necesitas, que se suele mover en el margen de los 600 € y los 10.000 € y, además, realizar todos los trámites a través de internet, sin necesidad de plantarte en una oficina física con papeleos y la tediosa burocracia que suele acompañar a los temas económicos.

Cabe tener en cuenta, también, que estas cantidades luego van a acompañadas de una serie de intereses a suplir a la hora de pagar el dinero recibido. Su margen también es ancho, pero por norma general están entre el 10%-20%, con un plazo de 30 o más días. Por suerte, para casos concretos y puntuales, muchas de las entidades que ofrecen estos créditos dan un interés casi nulo cuando se realiza el primero. Sin embargo, a la larga, sí comienzan a aplicar tipos de interés mayores.

Por otra parte, y para mitigar la preocupación de muchos, es posible solicitar estos préstamos con asnef habiéndote registrado como moroso en sus listas. Figurar en sus registros o en los de otras empresas como RAI es algo que suele imposibilitar la solicitud de un crédito o cualquier tipo de financiación. Sin embargo, gracias a la red de redes, es posible toparse con soluciones que eliminen este limitante que, en ocasiones, puede ser causado por un molesto malentendido con una factura o una empresa en concreto.

Por norma general, este caso concreto impone una serie de condiciones a la hora de solicitar ese dinero extra a alguna entidad financiera. Por ejemplo, es muy común toparse con el requisito de no figurar con una deuda de más de 2.000 €, o con la solicitud de enseñar una nómina o cualquier fuente de ingreso estable que demuestre la posibilidad de pagar del solicitante. Se pierde la ligereza de los créditos rápidos comunes, pero al menos se tiene la posibilidad de pedir uno incluso figurando en estas listas de morosidad. Eso sí, en el momento que la deuda pasa a ser bancaria, tus posibilidades de contar con estas soluciones se reducen prácticamente a cero.

Antes mencionábamos que muchas entidades ofrecían sus créditos con un interés casi nulo cuando se trataba de una primera vez. Sin embargo, hay otras muchas que se lanzan y ofrecen a los clientes la posibilidad de contar con una posibilidad de encontrar una financiación sin intereses o, si nos ponemos con números, con un interés del 0%.

Uno de los requisitos básicos para optar a estos suele ser, de nuevo, ser cliente por primera vez de la entidad en cuestión; aunque también entra en juego la cantidad a solicitar. Si buscas un crédito gratis, probablemente no puedes pasarte de los 300 € por abajo y los 1.200 € por arriba y, por supuesto, tendrás que demostrar que cuentas con una fuente de ingresos y ser mayor de 21 años. Algunas, incluso, rechazan ofrecerte este tipo de interés sí figuras en ASNEF; aunque otras son algo más laxas en este sentido, tal y como citábamos previamente.

Los créditos rápidos se han convertido en la solución de muchos que se han topado con un susto totalmente inesperado. Son algo relativamente joven, pero su uso se ha potenciado en los últimos años, como también la diversidad de ofertas y la competitividad entre ellas. Tenemos muchas opciones a explorar con tan solo buscar por internet, y lo mejor es que están casi a un clic de distancia.