19 julio 2018 | Publicado : 03:30 (19/07/2018) | Actualizado: 01:05 (20/07/2018)
Basta con contemplar el entusiasmo del graderío, más de 2.000 personas ocupaban la noche del pasado miércoles las gradas del teatro romano, para comprobar que El Brujo tiene siempre su éxito garantizado en Mérida.
Definir el trabajo del actor y director cordobés tras su paso por la 64 edición del Festival de Mérida, ha actuado hasta en seis ocasiones, es hablar de risas y reflexión.
Rafael Álvarez, El Brujo, se enfrentaba nuevamente en solitario al público del teatro para abordar desde la carcajada el espíritu de los textos clásicos. Fragmentos de obras de Esquilo, como Prometeo, Los Persas, Edipo y Sócrates, fueron analizados en escena, y bajo un enfoque irónico; por este actor que siempre hace guiños a la actualidad para ganarse el favor del público. Y lo consiguió.
No faltaron en su “conferencia”, como el mismo describe su montaje, Pedro Sánchez, el Ibex35, Manuela Carmena, el paro, y el caso de La Manada, entre otros.
Una actuación que está basada en los libros “El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música”, de Nietzsche, y “La muerte de la tragedia”, de George Steiner.
Además durante el espectáculo, la música también juega un papel importante. Se trata de un acompañamiento musical, en directo, de Javier Alejano, que muestra sus habilidades con el violín, el teclado, el pandero y el sitar hindú.
Una relectura de los textos clásicos del "padre de la tragedia", bajo el sello inconfundible del humor de El Brujo, que gustó. El protagonista de la velada aseguraba sentirse más tranquilo tras el estreno, sobre todo tras la expectación y los nervios por la puesta de largo de esta producción.
De otro lado, agradecía al público el calor aportado durante las dos horas y media de espectáculo. Para él, los espectadores son los verdaderos protagonistas del ritmo del montaje sobre “Esquilo”. Sobre éste, El Brujo apuntaba que fue pensado exclusivamente para Mérida, la fiesta del teatro.
“Cada momento de la representación está pensado para que sea una celebración”, decía. “Es un canto al misterio de la vida, como hacían los griegos cuando hacían teatro”, con estas palabras resumía Rafael Álvarez su trabajo en el Festival de Mérida. No sin antes sentenciar que la tragedia es el despertar de la conciencia en la humanidad.
“Esquilo, nacimiento y muerte de la tragedia” estará en la arena del Teatro Romano de Merida hasta el próximo domingo, 22 de julio.
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