Javier López Oliva es curioso, culto, muy espiritual, tremendamente honesto… una persona singular y además alguien que desprende luz, mucha luz. Con casi seis años sintió la llamada de la percusión, en su Buenos Aires natal. El ritmo es algo que lleva dentro, un gen dominante en su persona. Se denomina artista polifacético y persona de espíritu inquieto. Es director y fundador de la compañía Tupá Percusión Teatral, músico, formador, actor, vestuarista, videocreador, compositor y clown.
En 2002 funda el Movimiento Santuka en Tenerife...
Ver noticia completa