El olor a incienso y cera, a madera de tallas y pasos, la luz de cientos de cirios en la noche invitan al recogimiento y a la introspección. A un encuentro personal, a una reconexión. No es necesario viajar a Sevilla, ni mucho menos a Nepal, para vivir una experiencia espiritual tan intensa como la que ofrece la Semana Santa de Zafra.
Seis mil cofrades se encargarán durante la semana de recordar a creyentes, curiosos y turistas, la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo a lo largo de un imponente casco histórico salpicado de bellos rincones...
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