Cuando Alfonso VIII fundó la ciudad de Plasencia, ordenó hacer constar en su escudo la inscripción UT PLACEAT DEO ET HOMINIBUS, que viene a ser “para el placer de Dios y de los hombres”, pero no pensó que 827 años más tarde, cada habitante, cada visitante, iba a ejercer literalmente el placer de disfrutar la ciudad.
15 marzo 2022