Esa es la sensación con la que anoche, después de ver el estreno de HIPATIA DE ALEJANDRÍA, abandoné el recinto del Teatro Romano de Mérida. Bueno, esa y otras dos más de las que os hablaré más adelante. Porque es importante reconocer nuestros errores grupales, el rumbo errático que lleva fijada la sociedad con un incremento de la crispación, violencia, falta de empatía... Y es sobre todo eso sobre lo que Miguel Murillo, en un brillantísimo texto que no tiene deperdicio, nos propone reflexionar. Centrándose en la figura de la filósofa...
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