A nosotros se nos antoja así porque después de ver desde lejos el Castillo de Belvís de Monroy sin haber subido nunca a él, no imaginábamos que las vistas fuesen así de espectaculares. La vista sobre buena parte de las tierras del Tiétar y el Tajo que alcanzan hasta Monfragüe bien merecen el desvío.
En el s.XIII Fernando III El Santo premia con la dehesa de Belvís a los caballeros placentinos que le habían ayudado en la conquista de algunas plazas andaluzas. Pero fue Sancho IV, el Bravo, hijo de Alfonso X el Sabio, el que determinó...
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