11 mayo 2021
Ecologistas en Acción de Extremadura, y sus diferentes grupos federados, ha presentado alegaciones ante la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes a la resolución por la que se inicia el expediente administrativo por el que se declara BIC de Actividad de Interés Etnológico a favor de la Montería y la Rehala en Extremadura, con carácter de Patrimonio Cultural Inmaterial.
Así pues, con esas alegaciones, la organización ecologista pide que se declare la inadmisión de la propuesta y se desestime esta declaración, publicada en el Diario Oficial de Extremadura (DOE) del pasado día 5 de abril.
En concreto, Ecologistas en Acción se posiciona en contra de esta propuesta a favor de la Declaración de este BIC al considerar que, de ser aprobada por la Consejería de Cultura, conllevaría el "uso privativo" de infraestructuras y espacios protegidos y de uso público, ya que se garantizaría la prevalencia mediante su protección legal de esta actividad, del medio natural y las infraestructuras de aislamiento, sobre el resto de prácticas al aire libre y sobre cualquier otra actividad de ocio o laboral que se realice en el mismo espacio que aquella, es decir, el medio natural o naturaleza.
La montería y rehala es una modalidad deportiva de la actividad cinegética, ante lo que la organización ecologista ha criticado que la sociedad se entiende "cada vez menos que matar animales pueda considerarse un deporte". Ya, que, por el contrario, la tendencia actual es la puesta en valor de la conservación de la biodiversidad y, en caso de ser necesaria una gestión de la fauna silvestre, hacerla "acorde con los procesos biológicos naturales de las especies", para la gestión y el equilibrio poblacional de herbívoros, tanto silvestres como de ganadería extensiva a través del pastoreo tradicional.
Además, ha expuesto Ecologistas en Acción en nota de prensa que la montería y rehala es una actividad que supone un "riesgo de moderado a alto", con posibilidad de accidente, incluso mortal, para el resto de personas usuarias de los espacios naturales, que desarrollan múltiples actividades que son inocuas, con lo que, además, su compatibilidad con otras actividades al aire libre, debido a la peligrosidad del material deportivo y el tipo de actividad en sí, es "muy cuestionable".
Por otro lado, Ecologistas en Acción de Extremadura ha apuntado que, de declararse BIC, "tampoco se garantiza la protección del medio natural extremeño", ya que "no se describen y evalúan los efectos que pueden producirse sobre los hábitats de interés comunitario presentes en las dehesas y sierras en las que se practica".
Por otra parte, la organización ecologista ha apuntado que los valores de sociabilidad y socialización, percepción del territorio y ritualización que aporta el estudio para sustentar esta propuesta de declaración de BIC, están documentados en función de la "mayor información histórica disponible" debido a que era una actividad de ocio restringida a reyes, nobles y clases pudientes. Esta actividad consistía en un privilegio de clase, y sólo se comenzó a popularizar en la década de 1970, lo cual hace que su condición de "tradicional", por otro lado, sea "igual o menor que la de otros deportes federados".
Asimismo, según detalla en una nota de prensa, se suele aceptar la "enorme" aportación de la caza a la economía rural, si bien "no se dispone de un estudio económico del resto de actividades y de las entidades accesorias".
Actualmente, Extremadura cuenta con más del 70 por ciento de su superficie forestal acotada, con lo cual estos territorios pasarían a ser de "uso privativo y preferente frente al derecho de la ciudadanía extremeña del ejercicio del deporte o el turismo".
"Es decir, de prevalecer la montería y la rehala se restringiría, por ejemplo, el acceso y uso de los itinerarios de Vías Verdes y el acceso y uso de las Vías Pecuarias, un legado histórico de notable valor, y que son de gran valor ecológico, como corredor para la biodiversidad e intercambio genético de las especies faunísticas y florísticas", ha apuntado Ecologistas en Acción.
Finalmente, la organización ecologista ha incidido en que la montería y la rehala "generan un rechazo social palpable", tanto a nivel nacional como internacional, y de los turistas potenciales y su prevalencia en el territorio extremeño puede producir un "efecto negativo significativo" en la actividad turística de las zonas rurales y su desarrollo sostenible, por lo que los posibles impactos deberían ser analizados en "todos los escenarios en los cuales se promociona el turismo en zonas rurales", concluye
