05 marzo 2020
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Asimismo, en la región, las extremeñas tienen menos ocupación incluso en los sectores más feminizados; y sólo en tres de los 10 sectores profesionales trabajan más mujeres que hombres y, aun así, en menor porcentaje que en España.
De igual modo, las agricultoras extremeñas tienen la mayor brecha salarial de género del país, cobrando la mitad que los hombres; y el sector inmobiliario extremeño presenta la única brecha positiva para las mujeres de todo el país.
Son conclusiones del estudio "Análisis de la brecha salarial de género por sectores productivos", elaborado por las secretarías de Formación Sindical e Igualdad, y de Comunicación y Estudios Sindicales de USO, con datos de la Agencia Tributaria del ejercicio 2018 y clasificados según los sectores productivos de la CNAE.
Con respecto a los salarios, el "mayor drama" lo viven las mujeres del campo. Con una ocupación femenina mayor que en el resto del país, de casi el 38 por ciento de los asalariados, las mujeres apenas cobran la mitad que los hombres, un 53 por ciento, según ha explicado el responsable de Acción Social de USO-Extremadura, Juan Antonio García Palomo.
De igual modo, se da una segregación vertical, por la cual las mujeres se quedan en los puestos más bajos, no acceden a ascensos por la penalización de la maternidad, y ven mermados sus ingresos en más de 5.000 euros al año con respecto a sus compañeros, según ha apuntado la secretaria de la Federación de Atención a la Ciudadanía de USO-Extremadura, Eva Vargas.
CAMBIO DE MENTALIDAD
Con ello, Extremadura presenta los dos extremos del estudio, es decir, tanto la mayor brecha mencionada, la de Agricultura, como la única brecha favorable a la mujer, explica en nota de prensa USO.
"Es un caso curioso que se da en el sector de la Construcción, que en la clasificación de actividades económicas incluye también la promoción y agencias inmobiliarias. Ahí las mujeres, aunque son menos, el 42%, tienen un sueldo más alto que los hombres: 5.176 euros más al año", expone la secretaria de Igualdad de la Federación de Trabajadores de Seguridad Privada de USO-Extremadura, Ana Vanesa Navarro.
La explicación hay que buscarla "en la división del sector. En la construcción tradicional, en la obra, prácticamente no hay mujeres en Extremadura.
Las que están asignadas a este sector trabajan en la parte inmobiliaria, y de ahí que la media salga favorable, por estar mejor remunerada esa área ligada a la construcción", continúa Navarro.
En general, sin embargo, tanto ocupación como salarios son más bajos en los sectores ligados a la industria y la tecnología, con un mínimo 15,82 por ciento en Industria extractiva o un salario de dos tercios en Industria en general.
Por ello, Juan Antonio García Palomo propone "un cambio en la educación desde edades tempranas, con mecanismos en las escuelas que despierten las habilidades e inquietudes científicas y tecnológicas de las mujeres, para que se abran hacia los sectores masculinizados".
Asimismo, para las mujeres que ya sufren esa brecha digital, ha considerado "imprescindible" implementar la formación para el empleo, de tal modo que se oriente a colectivos vulnerables, como las paradas de larga duración, y que sea gestionado "directamente" por las administraciones públicas.
