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Un estudio de la UEx revela que los eventos calurosos aumentan más que las olas de calor en duración e intensidad BADAJOZ, 28 Jul. (EUROPA PRESS) - Una investigación desarrollada por el Grupo Aire de la Universidad de Extremadura (UEx) ha destacado que

Los eventos calurosos aumentan más que las olas de calor

Así lo pone de manifiesto una investigación desarrollada por el Grupo Aire de la Universidad de Extremadura.

28 julio 2017

Una investigación desarrollada por el Grupo Aire de la Universidad de Extremadura (UEx) ha destacado que los eventos calurosos en la comunidad extremeña "aumentan más que las olas de calor en duración, intensidad y frecuencia".

En este estudio, el Grupo AIRE ha analizado las olas de calor ocurridas en Extremadura desde el año 1960 hasta el 2014, con el objetivo de observar si se han producido cambios susceptibles de tener en cuenta, y para ello, fijaron que se considera ola de calor cuando hay dos días consecutivos cuyo valor de temperatura está por encima del 95 percentil de los valores de temperaturas máximas registrados durante los meses de junio, julio y agosto".

Así lo ha explicado uno de los miembros de este grupo y uno de los autores del estudio, Francisco Javier Acero, quien ha explicado que "este umbral, traducido en temperatura, marcaría valores por encima de 39 grados para dos terceras partes de Extremadura y entre 38 y 39 en el tercio norte restante".

Para delimitar este concepto, los autores del estudio han tenido en cuenta tres parámetros fundamentales, como son la frecuencia, es decir cuántas olas de calor se han producido; la duración, cuantos días dura y la intensidad, definida como la suma de los excesos de temperatura sobre el umbral, según informa la Universidad de Extremadura en una nota de prensa.

Además, de la investigación, se puede concluir que los resultados para las tres características, como son duración, intensidad y frecuencia, muestran que en una gran parte de Extremadura ha habido "cambios significativos", como es concretamente en la zona del noroeste, que incluye localidades como Valencia de Alcántara o Coria, así como en la zona del este y en la comarca de Tentudía.

Igualmente, este estudio confirma que "los valores bajos de las temperaturas máximas están aumentado mucho más rápido que los valores altos", ante lo que el profesor Acero ha advertido que "no se están dando repetidamente valores de 42 o 43 grados, sino que esos días suaves de temperaturas máximas están siendo cada vez menos frecuentes".

A este respecto, "los valores bajos de las temperaturas máximas aumentan mucho más, lo que provoca que disminuya la variabilidad", ha señalado este investigador, que ha subrayado que "lo que sí ha aumentado a lo largo del tiempo respecto a estas olas de calor es la frecuencia".

Igualmente, ha apuntado que "tenemos más olas de calor ahora respecto a los que teníamos al inicio del periodo de observación, pero no ha cambiado significativamente la duración ni la intensidad".

EVENTOS CALUROSOS

Por otro lado, este estudio precisa que esta disminución en la variabilidad de los valores máximos llevó a los investigadores a definir otro parámetro diferente a la ola de calor, bautizado como evento caluroso, que se define como "dos días consecutivos con temperaturas encima de un umbral superior al 75 percentil".

En Extremadura, este umbral corresponde a 35 grados en el tercio norte y por encima de 36 para el resto de la comunidad autónoma, respecto del que la investigación ha revelado que en la actualidad los eventos calurosos estaban aumentando en duración, intensidad y en frecuencia mucho más que las olas de calor.

En definitiva, el estudio apunta que en los últimos años se está produciendo una disminución en la variabilidad de la temperatura máxima, de tal forma que "la tendencia respecto a la frecuencia y la intensidad de los eventos calurosos son más fuertes que las correspondientes a las olas de calor", mientras que los parámetros de la ola de calor presentan un moderado incremento, los correspondientes a los eventos calurosos son mucho más fuertes.

Por tanto, estos datos se traducen en "veranos más calurosos", no solo con eventos de mayor longitud y más intensidad de temperaturas sobre 35 o 36 grados, sino también con "menos días con temperaturas suaves, como se refleja en el marcado incremento en los valores bajos de las temperaturas máximas".

En este punto, el estudio señala que las altas temperaturas constantes pueden tener importantes consecuencias para la agricultura ya que, por ejemplo, la polinización del maíz es sensible a temperaturas superiores a 35 grados, lo que puede disminuir su producción.

Cabe destacar que esta investigación ha sido financiada por la Consejería de Economía e Infraestructuras de la Junta de Extremadura y publicada en la revista Theoretical and Applied Climatology.

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