16 mayo 2019
Una de las múltiples posibilidades que nos ofrece el mundo del trading es invertir en índices bursátiles, ya sea de manera directa o indirecta. No obstante, y aunque todos hayamos oído hablar de los mercados bursátiles y nos resulten familiares, no es recomendable lanzarse a invertir en ellos sin tener unas nociones básicas de lo que son, de cómo se calculan, de cuántos hay y de qué diferencias hay entre ellos.
Los índices bursátiles, que reúnen las acciones de las compañías más representativas del mercado, se crearon para facilitar el seguimiento de las acciones y del valor de las empresas dada la dificultad de hacer un seguimiento de cada una de ellas por separado. Así, se puede observar el rendimiento de estos mercados de una manera más sencilla y exacta lo que, asimismo, facilita la operativa a los traders.
El primer índice bursátil data de finales del siglo XIX, creado por Charles Dow en EEUU para agrupar a las principales empresas que operaban en aquel momento en territorio estadounidense. Nació con 12 valores y actualmente suma 30. De las compañías que comenzaron en el índice no queda ya ninguna desde la salida de General Electric hace casi un año poniendo fin a más de un siglo de cotización.
En España, el índice de referencia es el Ibex 35, que agrupa a las 35 empresas de mayor valor y que aglutinan mayor número de transacciones. El precio de las acciones de las compañías se ponderan en función de la capitalización de mercado, por tanto los valores de mayor peso en los movimientos del índice serán los más grandes.
Operar sobre índices a través de CFDs
Antes de explicar cómo podemos operar sobre índices bursátiles a través de CFDs es aconsejable saber qué son exactamente los contratos por diferencias o CFDs. Se trata de productos derivados a los que accedemos a través de un contrato con un bróker, sin necesidad de poseer los activos subyacentes, que pueden ser acciones, materias primas, bonos o índices.
El rendimiento se obtendría por la diferencia entre el precio de entrada y el de salida.
Entre las ventajas de operar a través de estos instrumentos figuran la posibilidad de operar con apalancamiento, la diversidad en la oferta de activos o que no tengan fecha de vencimiento ya que se puede cerrar la posición cuando consideremos. Además, permiten operar tanto en corto como en largo, es decir, podemos especular tanto con que subirá el mercado como con que bajará.
En el caso de los índices bursátiles, los CFDs pueden comprarse o venderse de una forma parecida a la negociación con acciones. Los índices más conocidos y populares para invertir son:
-Dow Jones 30 (EEUU)
-S&P 500 (EEUU)
-Nasdaq 100 (EEUU)
-DAX 30 (Alemania)
-Ftse 100 (Inglaterra)
-CAC 40 (Francia)
-Stoxx 50 (Europa)
-Nikkei 225 (Japón)
-HSI 50 (Hong Kong)
Estilos de trading para índices bursátiles
Los CFDs con índices bursátiles también permiten operar con distintos estilos de trading, según el marco temporal en el que abramos y cerremos las posiciones. Así, si somos un trader experimentado y nos gustan las emociones, podemos hacer Scalping que consiste en abrir y cerrar varias posiciones en minutos, intentando obtener pequeñas rentabilidades que sumadas en conjunto nos den un rendimiento mayor de lo invertido.
Otro estilo es el intradía, con el que operamos en un solo día. Antes de que se cierre la sesión la posición se cierra, intentando aprovechar los movimientos de los mercados.
Un estilo más tranquilo es el swing trading, a corto o medio plazo, no más allá de una semana, en el que el trader intenta aprovechar los giros del mercado.
Para aquellos traders principiantes y a los que no les gusta el estrés, lo más aconsejable es que adopten un estilo a largo plazo, basado no solo en el análisis técnico sino también en el fundamental.
