23 octubre 2017 | Publicado : 11:10 (23/10/2017) | Actualizado: 11:38 (23/10/2017)
Ep
La obra "Último tren a Treblinka" se representa este lunes, día 23, en Badajoz con la peculiaridad de que 80 espectadores podrán ver la función sentados en camas-literas colocadas en el escenario, y que forman parte de la escenografía donde desarrollan su trabajo los actores.
De esta forma serán participes directos de lo que fue la organización interna de un orfanato en el gueto de Varsovia, su rutina diaria, sus relaciones, su búsqueda infatigable de sustento, sus miedos y alegrías.
La obra está interpretada por Alfonso Torregrosa, José Ramón Soroiz, Maiken Beitia, Eneko Sagardoy, Gorka Martín, Tania Martín, Nerea Eizalde, Jon Casamayor, Mikel Laskurain y Kega Erraustin de la compañía vasca Vaivén producciones.
La representación, que es la tercera de la 40ª edición del Festival de Teatro de Badajoz, tendrá lugar a las 21,00 horas en el Teatro López de Ayala de la capital pacense, con un precio de 12 euros en butaca de patio y 10 euros en anfiteatro.
ORFANATO JUDÍO
"Último tren a Treblinka" es una idea original y argumento de Ana Pimenta y Fernando Bernués, función que dirige Mireia Gabilondo. Narra el último día de un puñado de niños en un orfanato creado por el pedagogo polaco Janusz Kòrczak (1878-1942), precursor de la educación moderna y tenaz luchador por los derechos de la infancia.
El espectador "sale con la congoja anudada al pecho, pero también con el ánimo enaltecido por la doble lección de Kòrczak, educador hasta el final: pese a haber podido salvarse, prefirió subir con sus niños a ese tren de la ignominia que les llevaba a la muerte", señala en nota de prensa el Teatro López de Ayala de Badajoz.
La historia se centra en el día 5 de agosto de 1942, en un orfanato judío del gueto de Varsovia bajo la ocupación nazi. Los espectadores se arraciman encaramados en literas o en torno a las toscas mesas de madera de la institución, sentados en bancos y cajas de fruta, "como si fueran personajes de esta emocionante función".
El espectáculo es un homenaje a estas víctimas y un recuerdo a Janusz Korczak, "ese ser excepcional que luchó hasta la muerte por dignificar la vida de los niños"; pero "también una denuncia que señale con dedo acusador como todavía hoy, la mayor parte de los pobres del mundo son niños, y la mayor parte de los niños son pobres".
De esta forma, los espectadores serán testigos del momento en el que reciben "la más cruel de las noticias", en concreto, que deben abandonar inmediatamente el orfanato y dirigirse al tren que les conducirá a las cámaras de gas construidas en el campo de exterminio de Treblinka, "donde los nazis habían exterminado ya a centenares de miles de seres humanos".
