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La iglesia de San Juan Bautista en Malpartida de Plasencia cerca de ser BIC

Se trata de una construcción recia, de mampostería, sillares en portadas y contrafuertes.

03 abril 2018

El Diario Oficial de Extremadura (DOE) ha publicado este martes la resolución por la que se inicia expediente de declaración de Bien de Interés Cultural, con categoría de Monumento, a favor de la iglesia parroquial de San Juan Bautista, en Malpartida de Plasencia (Cáceres).

En dicha resolución se cita el inicio de este expediente en 1982, el cual “no tuvo continuidad” y que ahora, “para cumplir con la actual ley de patrimonio”, se retoma incluyendo la descripción del bien y su delimitación, así como una enumeración de los bienes muebles que la conforman y una memoria técnicos, elementos todos que ahora se incluyen.

En concreto, la iglesia parroquial de San Juan Bautista es una construcción recia, de mampostería, sillares en portadas y contrafuertes. El templo consta una sola nave, dividida en cuatro tramos y dos portadas de concepción clasicista, ambas, en arco de medio punto. Enmarcan las portadas sendas columnas estriadas sobre plintos con retropilastras.

A su vez, la portada sur se remata mediante un frontón triangular, enmarcado por ces, sobre las que se recuestan figuras fantásticas y en cuyo interior encontramos el escudo del obispo Vargas de Carvajal, tal y como informa la Junta de Extremadura en una nota de prensa.

La portada norte, por su parte, se remata mediante un frontón de carácter flamígero, formado por cuatro curvas convexas y enmarcado por ces “fantásticas”. En su interior, se ubica también el escudo del obispo Vargas de Carvajal. Remata el conjunto una hornacina con venera que alberga la imagen, en granito, del titular del templo.

La portada de los pies es la más avanzada y es precursora de los ejemplos más destacados de estilo clasicista del convento de San Vicente de Plasencia y las parroquias de Miajadas, Almaraz y Serrejón, entre otras, todas ellas ya del primer cuarto del siglo XVII.

Dicha portada está concebida a modo de arco de triunfo, con arco de medio punto moldurado, enmarcado por sendos pares de potentes columnas de orden compuesto, elevadas sobre un alto plinto y que sostienen una cornisa volada sobre la que se acopla un segundo cuerpo, semejante al inferior, aunque de tamaño mucho más reducido, en el que se repiten los plintos y se sustituyen las columnas pareadas por una columna y un candelabro, y la entrada en arco de medio punto, por un vano cuadrado enmarcado por las figuras, en hornacinas, de San Pedro y San Pablo.

Culmina el conjunto el escudo de Juan Ochoa de Salazar, obispo entre los años 1587 y 1594.

CONSTRUCCIÓN

Según recuerda el Ejecutivo regional, en 1551, se contrató a Pedro de Ezquerra para la realización de la iglesia parroquial quien, al fallecer diez años más tarde, sólo pudo construir dos tramos de la nave a partir de la cabecera con sus correspondientes bóvedas y con las dos portadas laterales.

En 1562, se hace nueva escritura de contratación de los trabajos que pasan ahora al hijo de Pedro de Ezquerra, Juan de Ezquerra y a otros dos maestros de cantería, Juan Negrete y Juan de la Fuente.

Ya en 1574, se hace cargo de la obra Juan Álvarez, quien tuvo el encargo de concluir el templo “bajo las condiciones y trazas de Ezquerra a excepción de la fachada”.

ACTUACIONES

En la iglesia parroquial de San Juan Bautista se han sucedido las intervenciones para su recuperación. Así, en 1972, se procede al desmontaje y posterior reconstrucción del coro y ya en 1995 se acomete una amplia intervención en la que se recuperan, entre otros elementos, las cubiertas, la torre, el campanario, los ventanales o las fachadas.

Asimismo, se ha actuado en el retablo Mayor, que ha sido objeto de una importante restauración en los años 1997 y 1998. Sobre los bienes muebles de la iglesia, cabe reseñar el retablo Mayor, el de Sagrado Corazón, el de la Virgen, el de la Inmaculada y el Cristo Crucificado. También las imágenes procedentes del retablo del Nazareno, el púlpito de Hierro, las pilas benditeras además de cuatro campanas.

BIENES MUEBLES

El retablo Mayor constituye una extraordinaria obra del siglo XVII que ocupa todo el fondo del ábside y que se articula en cinco calles, organizadas a través de dos cuerpos más el remate. Estilísticamente, el retablo, de traza clasicista, es característico de la primera mitad del siglo XVII.

Recientemente, se ha sometido a un amplio proceso de restauración llevado a cabo durante los años 1997 y 1998 bajo la dirección técnica de la Junta de Extremadura.

El retablo de Sagrado Corazón, ubicado en el lado de la Epístola y formado por cuatro columnas salomónicas, con profusa decoración vegetal, que puede datarse hacia el 1730.

El retablo de la Virgen, se ubica en la capilla del lado de la Epístola y consta de un solo cuerpo con dos columnas salomónicas enmarcando la hornacina central y dos estípites en los laterales y que puede datarse hacia 1740 al igual que la imagen central de la Virgen con el Niño.

El Cristo Crucificado es una obra de gran calidad procedente de la escuela castellana que está situado en una hornacina de la capilla de la Epístola, destaca la Junta.

El retablo de la Inmaculada, ubicado en el lado del Evangelio, de cuerpo único, se estructura en banco y tres calles, separadas por columnas y remate con cuerpo central, enmarcado por machones y aletones. Como corresponde al estilo barroco, el retablo presenta una amplia decoración que inunda todas las estructuras a base de formas vegetales, festones, guirnaldas y veneras. La obra puede fecharse hacia 1730.

Asimismo destacan las imágenes procedentes del retablo del Nazareno, actualmente desaparecido, como son un Jesús Nazareno y una Virgen de la Soledad, ambas de vestir, del siglo XVIII; una Virgen del Carmen, moderna; y un Cristo Yacente, también del siglo XVIII.

La iglesia cuenta además con un púlpito de Hierro, adosado al muro del Evangelio, y al que le falta la escalera de acceso; con las pilas benditeras, situadas a los pies del tempo y que constituyen dos piezas arquitectónicas reutilizadas, posiblemente dos capiteles, con decoración de carácter vegetal; con cuatro campanas de cierto interés y que se componen de jubo de hierro, rematado en forma de cruz, copa de bronce y badajo, también metálico.

En el exterior, entre los contrafuertes de la cabecera, se encuentra embutida un ara votiva dedicada a la deidad vetona Asitrita. La pieza tiene forma de sillar y, aunque se encuentra fragmentada, puede leerse la siguiente la inscripción “ASI(TRITAE) RAPHICIOGISAE V(OTUM) S(OLVIT) L)IBENS)”.

Además, adosado al muro sur, se localiza un miliario romano, procedente de la Vía de la Plata que presenta una inscripción en su frente que se encuentra parcialmente oculta dada su ubicación.

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