28 abril 2017
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Mateos se ha referido de esta forma a la llamada de atención que ha lanzado la presidenta de la Diputación de Cáceres, Rosario Cordero, que ha pedido este viernes la colaboración del ayuntamiento cacereño y la Junta de Extremadura para que los alumnos que concluyen el Grado Elemental puedan continuar con los estudios de danza en la capital cacereña.
"Estamos dispuestos a sentarnos a hablar de todo pero no tiene sentido que quien está impartiendo esas enseñanzas no quiera seguir haciéndolo y continuar con un segundo grado", ha dicho Mateos, que añade que cuando alguien presta una enseñanza determinada, "lo lógico" es que se empiece por el nivel más básico pero "que se complete toda la formación".
Por ello, desde el Consistorio cacereño se demanda a la diputación cacereña que preste ese segundo grado en danza y "dé contiuidad a los alumnos que están estudiando y que quieren continuar sus estudios", ha dicho a preguntas de los medios sobre este asunto en la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno local.
"Lo que no tiene sentido es que ahora se pretenda involucrar a la Junta de Extremadura o al Ayuntamiento de Cáceres echando balones fuera de su responsabilidad", añade el portavoz que cree que, en ese caso, "debe ser la propia diputación quien garantice a los alumnos su formación en danza tanto en primer como en segundo grado y oferte un programa formativo completo".
Mateos cree que "tiene medios para hacerlo" ya que "lo está haciendo hasta ahora", por lo que "no tiene sentido que se deje a los alumnos a medias", insiste. "Es una oferta bien acogida en la ciudad y tiene demanda y me parece una irresponsabilidad dejar a los alumnos tirados a mitad de formación", concluye.
Cabe reseñar que actualmente hay matriculados 146 alumnos en el Conservatorio de Danza y, desde la Asociación de Padres y Madres de Alumnos (AMPA) 'Sagrario Ruiz-Piñero' se ha pedido en numerosas ocasiones que se implante el Grado Profesional, ya que en este curso 2016/2017, unos 45 estudiantes finalizarán la etapa elemental y, muchos de ellos, se verán abocados a dejar sus estudios ante la imposibilidad de salir de su núcleo familiar a tan temprana edad (11 o 12 años).
