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Hermanos de la cofradía del Cristo Negro de Cáceres desfilan este año tras veintiséis años de espera

Se estima que la lista de espera para ingresar en esta cofradía supera las dos mil personas y se da la circunstancia de que, cuando se avisa a un aspirante para que salga en la procesión porque le ha tocado su turno, "ya ha fallecido porque son, a lo mejor, personas mayores", ha explicado el mayordomo de la cofradía, Alonso Corrales, que añade que "hay muchísima gente apuntada".

11 abril 2017 | Publicado : 14:04 (11/04/2017) | Actualizado: 15:55 (11/04/2017)

Ep.

La cofradía del Cristo Negro de Cáceres, que procesiona este Miércoles Santo a partir de la medianoche, contará este año con hermanos que participarán en el desfile por primera vez tras veintiséis años de espera, ya que se apuntaron en el año 1991 pero hasta ahora no les ha llegado su turno, debido a que la hermandad cuenta con un número muy reducido de cofrades, porque solo forman parte de ella como máximo 59.

Se estima que la lista de espera para ingresar en esta cofradía supera las dos mil personas y se da la circunstancia de que, cuando se avisa a un aspirante para que salga en la procesión porque le ha tocado su turno, "ya ha fallecido porque son, a lo mejor, personas mayores", ha explicado el mayordomo de la cofradía, Alonso Corrales, que añade que "hay muchísima gente apuntada".

Así, cuando se acerca la noche del Miércoles Santo afloran los nervios de los privilegiados que participan en esta procesión que tiene sus orígenes en el siglo XIV pero que fue recuperada hace casi 31 años por el propio Corrales y que, en los últimos años, ha adquirido una gran relevancia entre los que se acercan a Cáceres a disfrutar de la Semana Santa, declarada de Interés Turístico Internacional.

"Los nervios están a flor de piel" porque "es mucha responsabilidad sacar en procesión una imagen del siglo catorce por nuestras calles, y ante la mirada de tantísima gente, y de tantos devotos y tantos curiosos, la verdad es que nos impone mucho", apunta el mayordomo de la cofradía en declaraciones a Europa Press, al tiempo que destaca que el 75 por ciento de los 59 hermanos vive en la actualidad fuera de Cáceres y muchos vienen desde el País Vasco o Canarias a su cita anual con el Cristo Negro.

"Todas estas personas tienen que dejar muchas veces a la familia para poder venir, y el hecho de que estas personas puedan fallar, implica que haya que llamar a los aspirantes en lista de espera", explica Corrales, quien asegura que la imagen del Cristo Negro se sacaba en procesión después de una guerra, de un enfrentamiento bélico o de una epidemia, y de ahí el halo de misterio y leyenda que rodea a este crucifijo de madera.

Para Corrales, esta tradición llevada a la calle, dentro del casco monumental cacereño, es lo que quizás la convierte en "una cosa realmente llamativa", pero insiste en destacar que, en realidad "es una procesión de un gran recogimiento para las miles de personas que nos contemplan y que entienden que estamos haciendo un acto penitencial, un acto de purificación por las calles y plazas medievales".

Uno de los momentos más especiales del desfile es la salida del Cristo Negro de la concatedral de Santa María cuando reina el silencio en la plaza y solo se escuchan los golpes de aldaba en la puerta del templo para iniciar el cortejo que protagoniza esta imagen de un autor anónimo del siglo XIV.

Los estatutos de la muy Solemne, Venerable y Pontificia Cofradía Hermandad Penitencial del Santo Crucifijo de Santa María de Jesús (Cristo Negro) establecen que el paso nunca puede salir de los límites de la muralla histórica de Cáceres, un detalle que aporta más misterio, por lo que cuando se realiza la procesión Magna en la ciudad, que discurre fuera del recinto amurallado, solo la cruz de guía puede acompañar al resto de las cofradías.

En la procesión del Cristo Negro, talla anónima en madera de mediados del siglo XIV, existe un voto de silencio que los hermanos esconden bajo la cara tapada con sus túnicas negras de monjes benedictinos y cíngulo de esparto, en una procesión cuyo acompañamiento musical se limita a una esquila que abre el desfile y un timbal destemplado que cierra la comitiva.

Este Miércoles Santo a partir de la medianoche volverán a sonar por las calles y plazas de la parte antigua de Cáceres, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1986.

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