14 junio 2022
El Hospital de Don Benito-Villanueva es, desde este martes, el primer centro sanitario extremeño donde se pone en marcha esta iniciativa, y allí ha sonado por primera vez de la mano de una paciente que acaba de finalizar su tratamiento, quien ha querido compartir su ilusión por lograr el alta y ha transmitido al resto de pacientes un mensaje de esperanza.
Al acto oficial de instalación de la campana han asistido, entre otros, el vicepresidente segundo de la Junta y consejero de Sanidad, José María Vergeles, y el alcalde de Don Benito, José Luis Quintana.
Por su parte, el oncólogo y presidente del Comité Técnico de la Asociación Española contra el Cáncer en Badajoz, Fernando García Urra, ha destacado que se trata de "la campana de la alegría, del yo puedo, del 'lo voy a conseguir', de que ojalá todos los pacientes toquen la campana".
Según ha explicado, tanto los pacientes como los profesionales sabrán que cada vez que alguien toque la campana significará que esa persona ha superado esa enfermedad que es "terrible y que es una de las principales causas de muerte en España".
La idea de esta iniciativa patrocinada por Janssen es que los pacientes que finalizan su tratamiento contra el cáncer hagan sonar esta campana como gesto de superación, arropados por el personal sanitario que los ha acompañado durante su proceso.
Las campanas estarán colocadas en las salas de espera o a la salida de los centros de día, para que puedan compartir este momento de júbilo con sus familiares y amigos, ha informado la AECC en nota de prensa.
La iniciativa se presentará también en otros cinco centros pacenses a lo largo del mes de junio. Así, el 16 tendrá lugar en el Hospital Quirónsalud Clideba de Badajoz; el día 17 en el Hospital de Mérida, el cual contará con tres campanas repartidas por distintos puntos del complejo hospitalario; y en el Hospital Universitario de Badajoz el día 21. Asimismo, se instalarán en los hospitales de Zafra y Llerena, los días 28 y 30 de junio, respectivamente.
ORIGEN DE LA INICIATIVA
En los años noventa, fue el almirante estadounidense Irve Le Moyne el que, cuando le comunicaron que había superado su enfermedad, hizo que llevasen la campana de su barco al hospital y la dejó allí para que todos los pacientes que recibiesen el alta pudiesen compartir su felicidad.
La iniciativa ganó popularidad en Norteamérica y fue en el Hospital Princess Margaret de Toronto donde Miriam Segura, a sus 31 años, escuchó por primera vez la 'Campana de la Valentía.
De esta forma, Segura se propuso trasladar esta iniciativa a los hospitales de España, al tiempo que luchaba contra su enfermedad, por el fuerte mensaje que trasmitía este simple gesto.
Miriam Segura no superó el cáncer, pero su sueño sigue vivo gracias a su madre, Concha Navarro, que es la promotora de esta campaña gracias a la cual ya suenan decenas de campanas en hospitales de toda España.
Con el apoyo de la AECC, estas campanas se han convertido en un símbolo de esperanza para superar el cáncer y poner fin a los duros procesos a los que se ven sometidos los pacientes oncológicos.
Más allá de contagiar la felicidad propia, trasmite también un mensaje de fuerza al resto de pacientes y familiares que en el momento de escuchar tañer la campana reciben "una dosis de esperanza para continuar luchando contra el cáncer".
