25 agosto 2020
Técnicos de la Dirección General de Sostenibilidad de la Junta de Extremadura, junto con la asociación Acción por el Mundo Salvaje (AMUS), liberarán este miércoles, día 26, un pollo de un año de águila imperial, llamada 'Arena', en la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) de la Sierra Grande de Hornachos, donde fue hallada hace dos semanas afectada por un golpe de calor.
Y es que el cambio climático está aumentando este problema en otras muchas especies de aves. Así pues, ante las elevadas temperaturas, los pollos saltan del nido buscando cobijo, según ha explicado el Ejecutivo autonómico en una nota de prensa en la que ha matizado que "afortunadamente en este caso" fue vista y recogida por el personal de una de las fincas con las que colabora la Junta de Extremadura y que, en apenas unas horas, era atendida en el hospital de fauna salvaje de AMUS.
De este modo, antes de su reinserción en el lugar de nacimiento, los técnicos de la Dirección General de Sostenibilidad le colocarán un emisor GPS, lo que permitirá conocer durante tres años la actividad diaria y estacional del individuo, sus lugares de reposo y de alimentación, la altura del vuelo y su posible migración a otros lugares de España, del norte y centro de África.
También permitirá conocer su posible regreso a Extremadura, cercano al lugar de nacimiento, y nidificación, completando de ese modo su ciclo biológico.
PROGRAMA DE 'RADIOSEGUIMIENTO'
El águila imperial ibérica es una rapaz endémica de la península Ibérica de las más raras y singulares y una de las rapaces más amenazadas del planeta. Sus poblaciones ibéricas estuvieron en "un peligroso cuello de botella" en los años 60 y 70 del pasado siglo, según explica el Ejecutivo regional.
Con este programa de 'radioseguimiento', de marcaje de individuos de las especies más amenazas y emblemáticas de Extremadura, se pretende conocer los factores de amenaza que persisten en nuestro territorio, ha agregado, como son el veneno, la persecución directa mediante disparos, las molestias en las zonas de reproducción, la escasez de alimento, como el conejo, y la incidencia de las electrocuciones, que afecta hasta el 80 por ciento de los ejemplares en sus primeros años.
Actualmente se contabilizan 58 parejas reproductoras en Extremadura de las 330 parejas censadas en España, lo que supone que la región extremeña es uno de los más importantes bastiones poblacionales junto con Andalucía, Castilla-La Mancha y la Comunidad de Madrid.
Cabe destacar que estas parejas se localizan principalmente entre el Parque Nacional de Monfragüe, la Sierra de San Pedro, las sierras de Azuaga y Llerena y las periferias de las sierras de Hornachos, concluye la Junta.
