Reportajes
La facturación electrónica: una obligación muy positiva para las empresas
La nueva ley contra el fraude fiscal obliga a que, en un plazo corto de tiempo, se active la facturación electrónica para empresas en la totalidad de las iniciativas empresariales en España.
Pequeños negocios autónomos y grandes empresas multinacionales tendrán que utilizar softwares de facturación autorizados por la Agencia Tributaria antes del 1 de julio de 2024.
Esto, lejos de ser un problema para los empresarios, ofrece una serie de ventajas que tendrán un efecto inmediato en la salud económica de las empresas y también en el volumen de trabajo que asumen los autónomos o los departamentos de administración de las compañías.
Beneficios de la facturación electrónica
Los beneficios de la facturación electrónica pueden dividirse en las dos grandes claves señaladas: la salud económica de las empresas y el volumen de trabajo.
Respecto al primer punto, hay que señalar que los softwares de gestión no solo son una herramienta para luchar contra la economía sumergida, sino que buscan la «profesionalización» de la contabilidad en las empresas.
Dicho de otro modo, el objetivo es que, gracias a pasar toda la actividad económica por el filtro de una herramienta especializada, se reduzcan los errores humanos a la hora de preparar liquidaciones de IVA, pagos de IRPF y demás obligaciones fiscales.
De esta manera, se intenta que los empresarios y autónomos cometan menos fallos y se vean menos expuestos a la imposición de sanciones que merman la economía de las empresas.
En cuanto a la reducción de trabajo, los programas de facturación aportan algo que ningún responsable de la contabilidad puede incorporar al día a día: la automatización de ciertos procesos.
Estos softwares permiten obtener una información detallada del volumen de ingresos, los pagos pendientes, las deudas asumidas con proveedores, etc.
De este modo, en tan solo un par de clics se pueden conseguir unos datos para los que hasta ahora había que sentarse ante el ordenador, abrir las «cuentas» de la empresa y comenzar a realizar operaciones.
Una adaptación digital que mira al futuro
Esta adaptación, lejos de ser una imposición sin sentido por parte del Estado, se sintoniza con la tendencia mundial del mundo de la empresa, que aprovecha las bondades del entorno digital para mejorar protocolos y hacerlos más seguros y fiables para todas las partes que intervienen en cualquier intercambio comercial.
En este sentido, es clave la existencia de un registro de actividad en el seno económico de las empresas.
Este historial hará imposible el uso de software de doble uso, que hasta ahora estaba muy presente en algunas empresas que realizaban prácticas opacas y que, de una manera indirecta, estaban perjudicando a aquellos empresarios que sí realizaban su actividad de manera correcta y abonaban los impuestos derivados de la misma.
Esta revolución en la facturación electrónica para empresas hará que los fraudes fiscales se reduzcan de manera exponencial; algo que tendrá una repercusión positiva para las arcas del Estado y, a la vez, será favorable para el total de las pequeñas, medianas y grandes empresas nacionales