Reportajes
Esta es una de las enfermedades que más afectan a los conejos
La enfermedad afecta al conejo común (al Oryctolagus cuniculus) y es una enfermedad endémica, muy común en ciertos lugares del mundo.
La enfermedad hemorrágica vírica del conejo es un grave trastorno al que nuestra mascota se puede tener que enfrentar. Se trata de una enfermedad infecciosa y transmisible, por lo que se requiere actuar con contundencia cuanto antes. Si no se hace puede ser mortal.
A lo largo de este artículo vamos a hablarte sobre todo lo relacionado con la enfermedad.
Para comenzar, vamos a hablar sobre la definición:
También conocida como RHD (que es el acrónimo de Hemorrhagic Diseasic), estamos hablando de una enfermedad infectocontagiosa que tiene un origen vírico. Siendo más específicos, su origen lo encontramos en un virus ARN conocido como calicivirus. Forma parte de la familia del Caliciviridae y del género Lagovirus.
La enfermedad afecta al conejo común (al Oryctolagus cuniculus) y es una enfermedad endémica, muy común en ciertos lugares del mundo como puede ser Asia, África, Nueva Zelanda, Australia, Cuba y Europa.
Es importante tener en cuenta que la enfermedad afecta tanto a animales silvestres como a animales domésticos.
¿Cómo se puede contagiar mi conejo de esta enfermedad?
La enfermedad tan solo se contagia en los conejos y no afecta a otros seres vivos. Es decir, que no se puede transmitir a los seres humanos y a otras especies.
Hay dos fórmulas que explican cómo se puede contagiar tu conejo:
Contagio directo: el animal se puede haber contagiado si ha entrado en contacto directo con otro conejo. El virus se transmite por los ojos y por vía oronasal.
De manera indirecta: la transmisión se produce por alimentos y agua contaminada, así como por otros objetos. Hay muchas posibles explicaciones al contagio, pero por ejemplo, podría haberse producido por lamer un objeto que estuviese contaminado.
¿Cuáles son los síntomas de la Enfermedad Hemorrágica Vírica del Conejo?
El principal síntoma que evidencia la enfermedad es la congestión y hemorragias en los órganos, tal y como explica Gwana Vet en uno de sus artículos. Sin embargo, estos síntomas son más visibles cuando el animal ha muerto por el virus.
Una vez que el conejo se ha contagiado, el periodo de incubación puede oscilar entre 1-3 días. Después de ese tiempo, el conejo fallece de un fallo multiorgánico. La razón que explica el fallecimiento lo encontramos en problemas renales y respiratorios, congestión de pulmones, edema y necrosis hepática.
Lo más curioso es que la enfermedad suele afectar a los conejos que tienen un par de meses de vida o adultos. Parece ser que en conejos inferiores a este tiempo no suele provocar grandes daños.
Dependiendo de la gravedad de los síntomas, hay diferentes clasificaciones:
Síntomas como la fiebre, chillidos, convulsiones o postura anormal tienen una tasa de mortalidad superior al 90%. Se producirá la muerte súbita en un plazo de tiempo comprendido entre 12-36 horas.
En un plazo de 26-48 horas, el conejo puede presentar síntomas como descargas nasales, hemorragias en los ojos, hipertermia, depresión, hipertermia, ataxia, convulsiones, distensión abdominal y muerte.
Sin embargo, también podríamos estar hablando de una enfermedad hemorrágica subaguda. En este caso, el conejo logra sobrevivir, pero experimentará síntomas leves que durarán entre 2-3 días. Estos síntomas serían hipertermia, anorexia y depresión o cambios en su comportamiento.
¿Cómo se diagnostica la enfermedad?
La verdad es que no resulta nada fácil distinguir la enfermedad hemorrágica vírica del conejo en relación con otras afecciones, como es el caso de la pasteurelosis, mixomatosis o enterotoxemia. La razón de ello es que la sintomatología es muy similar.
La única forma de saberlo con seguridad es llevar a cabo un diagnóstico en un laboratorio oficial, por lo que habrá que acudir al veterinario.
¿Cómo puedo prevenir que mi conejo padezca esta enfermedad?
Por desgracia, no existe tratamiento para combatir esta enfermedad. Como es contagiosa y muy rápida, la probabilidad de muerte en el animal es muy alta. La única herramienta que tenemos para combatirla es prevenirla.
Conviene mantener un entorno desinfectado y una correcta higiene.
La ventilación debe ser adecuada.
Se debe evitar el contacto con roedores y conejos silvestres.
Una forma de proteger a los conejos es mediante la vacunación. Aunque no le protegerá al 100% de la enfermedad, sí que le dará una inmunidad protectora de importancia.
Podríamos estar hablando de una vacuna mixta o de inmunidad única. En el caso de que se trate de un conejo doméstico, la primera inmunización se llevará a cabo a las 10 semanas / 2 meses. Debe repetirse con una frecuencia de 1 vez al año.
Ante cualquier síntoma extraño o duda, es conveniente acudir al veterinario para que evalúe la situación y pueda confirmar o descartar el diagnóstico.
Ahora ya sabes todo lo relacionado con la Enfermedad Hemorrágica del Conejo. En especial, las formas de detectarlo si tienes uno de compañía. Recuerda que la prevención es clave, ya que la enfermedad es mortal en la mayoría de los casos.