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Como disfrutar de un agua perfecta en tu piscina durante 4 o 5 temporadas

Son muchas personas optan por las cubiertas para cuidar más sus piscinas y poder mantener el agua sin tener que cambiarla cada año.

Según cuál sea su procedencia, el agua de una piscina puede mantenerse durante cuatro o cinco temporadas. Por ejemplo, tendrá una menor duración si procede de un pozo y mayor si se trata de agua de la sierra o tratada previamente.

Una vez transcurrido este tiempo se recomienda vaciarla completamente, por razones de higiene y limpieza. Se recomienda también eliminar algas en profundidad, revisar las juntas, reparar gresites, etc.

Son muchas personas optan por las cubiertas para cuidar más sus piscinas y poder mantener el agua sin tener que cambiarla cada año, además, dependiendo del tipo de cubierta se les puede sacar un mayor provecho durante todo el año ya que existen de todo tipo y materiales. Si lo que se busca es simplemente mantener el agua de un año para otro bastará con hacerse con una lona especial para cubrir piscinas, así las cosas, si de lo que se trata es de poder hacer un uso continuado durante todo el año se puede recurrir a cubiertas elevadas que lo permiten y en empresas especializadas como Cubriland podrás verlas.

Una ventaja de la cubierta es que su mantenimiento es de lo más sencillo. Tan solo hay que eliminar la capa de polvo que se puede acumular durante los meses más fríos, y si está hecha de policarbonato, lavarla con jabón neutro. También es muy importante aplicar productos anti-moho para evitar que la cubierta se estropee por la humedad de los meses más fríos. Es posible también hacer una limpieza periódica más completa con una manguera a presión.

Esto es lo que debes hacer para mantener el agua en condiciones óptimas

Se debe proceder al vaciado de la piscina cuando los niveles de cloro sobrepasan 75 partes por millón, si bien cualquier valor por encima de entre 15 y 25 ppm puede provocar molestias. Cuando se sobrepasan los 100 ppm se considera un nivel tóxico, que puede provocar otitis e irritación ocular y dermatológica.

Un primer paso para mantener el agua en buenas condiciones, antes de proceder a realizar el invernaje de la piscina para prepararla los meses de inactividad, es hacer una limpieza profunda, haciendo especial hincapié en las paredes y vaso para terminar con la presencia de algas, sin olvidar filtros, compuertas, etc., y demás elementos del vaso.

También hay que tener en cuenta la temperatura del agua, que ha de situarse por debajo de los 15 grados. En este punto hay que comprobar el nivel de ph, para asegurarse de que se sitúa entre los 7,2 y 7,6 puntos. En caso contrario habrá que agregar un producto regulador del ph.

El siguiente paso: el tratamiento de cloración de choque

Finalizado este proceso, es necesario hacer un tratamiento de cloración de choque para desinfectar la piscina, y que las impurezas orgánicas no consigan sobrevivir a lo largo del invierno.

Se debe distribuir el producto por toda la piscina, cuando los filtros estén ya en funcionamiento, y dejar que actúe por un mínimo de 8 horas para asegurar una distribución correcta del producto. Pasadas 24 horas la concentración de cloro debe ser de al menos 1,5 mg/l, ya que si es inferior habrá que repetir la cloración de choque.

Ya al día siguiente de haber hecho la cloración, y una vez que el agua se encuentre en condiciones óptimas, se deberá añadir los productos invernadores que se encargarán de mantener el agua libre de algas, microorganismos y bacterias. Hay que aplicar la cantidad que recomiende el fabricante para el volumen de la piscina, y dejar la bomba en funcionamiento en recirculación durante 4-6 horas para asegurar la mejor repartición posible del producto.