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Mis obras son el resultado de un proceso que en mi cabeza está perfectamente arquitectado

16 diciembre 2018

Mis obras son el resultado de un proceso que en mi cabeza está perfectamente arquitectado

Ana Hernández San Pedro, nace en Cáceres y muy joven marcha a Paestum, Italia, donde restos griegos y romanos y luz mediterránea hacen sea artista plástica.

Once upon a time... Una joven que estudiaba filología pero su estancia en Italia y la belleza de Paestum cambió su destino. Allí descubrió su camino, pintar, pero no de cualquier forma, ella quería ser profesional. Estuvo siete  años formándose, perfeccionándose y  realizó su primera exposición, en Italia, con gran éxito.

Sus obras han llegado hasta el Museo Louvre (París) y galerías y centros de arte de Francia, Reino Unido, Portugal, Italia, Estados Unidos y por supuesto España. Su sensibilidad ha llegado aún a más rincones, a cada una de las personas que hayan descubierto su pintura y la delicadeza de sus infinitos detalles.

Tus lienzos están llenos de paisajes oníricos, simbología y una reinterpretación constante con tu particular visión del mundo, desde Las tres gracias de Rubens hasta el universo de Alicia. Sitúanos Ana, ¿qué movimientos artísticos te han influido más y qué artistas?

Ana Hernández: La primera influencia que recibí y que apliqué a mi obra desde el primer momento, fue la que me transmitió el Movimiento Surrealista. En mis primeros lienzos, que pretendían ser paisajes, quedaba claro en mis cielos, en mis nubes de algodón, en mis desiertos de arena infinitos, etc. mi inclinación hacia ese estilo y es por lo que decidí no revelarme y remar en esa dirección.

Para mí, el Pintor (con mayúsculas) que sobresale por encima de cualquier otro, ha sido y es Salvador Dalí, pero también me apasiona la metafísica de Giorgio de Chirico, Renè Magritte, etc. Con el paso del tiempo, el surrealismo fue dando paso en mi obra a otros movimientos que también me han influido y que me apasionan, como el Romanticismo y Neoclásico del XIX o el Barroco y Rococó del XVII y XVIII.

Quizá por ello, mi pintura actual está llena de guiños hacia esos estilos e incluso denomino a mi estilo pictórico como NeoBarroco. Me encanta de esas épocas, no solo la pintura sino todas las manifestaciones artísticas como la escultura, la arquitectura, la decoración, el vestuario...

Hay lienzos de algunos artistas románticos que estaría horas mirándolos como Dante Gabriel Rossetti, Arnold Böcklin, Caspar David Friedrich y, por supuesto, casi todo el barroco español e italiano. Por ello, quizá, algunos de mis cielos azules con nubes blancas son absolutamente surrealistas, mientras que en otros recurro al tenebrismo del barroco que ilumina por contraste la claridad de mis muñecas.

Encontrar tu propio sello, que tu obra sea reconocible habrá sido un camino interesante,...

A.H.: Interesante, complicado y muy laborioso. Cuando comencé a pintar en Italia, al maestro que me guió y me envolvió con los mejores consejos tanto técnicos como personales, le presenté un día un batiburrillo de obras distintas que había pintado a mi manera pensando que le iba a encantar que fuese capaz de hacer cosas tan diferentes y él me dijo, para mi sorpresa, que la esencia de un buen pintor está en buscar un hilo conductor que haga tu obra reconocible y reconocida al primer vistazo, que no saltara de estilos ni de temáticas y ahí fue cuando comenzó mi búsqueda incesante que culminó con mi primera marioneta en 2010-2011.

Desde entonces, ese hilo conductor ha evolucionado, siempre a través de la figura femenina hasta mis actuales muñecas que hacen tan reconocible mi obra. A la vez, no se trata solo de pintar lo que ya es conocido por otros sino aquello en lo que me siento cómoda y a través de lo cual puedo expresar todo lo que necesito cuando comienzo una obra. Afortunadamente, hoy en día, cualquiera que ve mis cuadros sabe que, sin lugar a dudas, son de mi autoría.

Tu obra es reivindicativa en distintos planos, concienciada en el medio ambiente, protección de animales y defensora del feminismo. ¿En qué modo reflejas este feminismo en tus muñecas?

A.H.: Te agradezco el punto reivindicativo y cultural que le has visto a mi obra porque realmente lo tiene, aunque hay ojos que a simple vista y sin profundizar pueden ver simplemente figuras de muñecas bellísimas, rodeadas de objetos elegantes y bonitos y no ven más allá de esa capa de superficialidad.

Mis chicas, como a mí me gusta llamarlas, son en verdad bellas y elegantes porque yo he decidido que sean así a mis ojos (no voy a entrar en la subjetividad de la belleza) y no corresponden a ningún ideal de canon estético porque, como premisa, considero que toda mujer es bella por sí misma; simplemente he elegido unas determinadas características físicas que nos representen y esas son las que plasmo en mis pinturas.

Para mí, cualquier homenaje o exaltación de la figura femenina, sea cual sea, ya es feminista y así lo entiendo. Mis muñecas han evolucionado desde aquellas primeras marionetas atadas y sujetas con cuerdas movidas por fuerzas externas a ellas hasta mis actuales protagonistas que han cortado sus cuerdas y son fuertes, independientes y han podido, sobretodo, dejar sus miedos atrás.

Precisamente en un mundo donde las mujeres están, por desgracia, marcadas por ese miedo en todos los ámbitos, familiar, social, laboral, etc. En mis pinturas esto no ocurre porque mi primera reivindicación es que debemos vivir libres y sin temor.

PecattoUna muestra de ello podría ser la obra "Sine peccato" el mito de Adán y Eva, en el que sólo hay cuatro Evas "que hacen lo que les da la gana". ¡Esto sí que es empezar por el principio!

 A.H.: En mi obra, además de revisitar los clásicos como en el caso de Las Tres Gracias que comentaste antes, me gusta hacer guiños a otras temáticas clásicas como la mitología, los cuentos o, como en este caso, a la Biblia; y es que durante todos estos siglos la mujer ha pagado por el mero hecho de serlo, la culpa de haber mordido esa fatídica manzana.

Con esa obra, he querido gritar un "Ya está bien" y desde mi punto de vista quiero mostrar mi creencia de una mala e injusta interpretación que debe acabar y desaparecer del acerbo cultural de occidente.

Por supuesto, todas mis interpretaciones mitológicas, religiosas, tradicionales (como cuando pinto muñecas vestidas con el traje regional extremeño), etc. lo hago siempre desde el más profundo respeto pero sin renunciar ni a mi estilo personal ni a mi idea reivindicativa.

Los distintos mundos que nos muestras tienen fetiches y objetos con significado como botas, calaveras o ángeles entre muchos de ellos. La reflexión y la ironía se acomoda en tus cuadros. ¿Intencionadamente o forman parte de tu arte?

A.H.: Forman parte de mi arte, intencionadamente. Sin querer parecer demasiado academicista y me comprendan los lectores no entendidos en arte, mi estilo pictórico que algunos llaman surrealismo, otros surrealismo pop pero a mí me gusta llamarlo neo-barroco, debe seguir unos cánones para estar integrado en esas corrientes, de ahí que muchos de esos objetos se repitan en mis cuadros como las calaveras, los tatuajes, la piel tatuada como si fuera porcelana inglesa, etc.

Otros se repiten porque forman parte de mi propia simbología, como son los zapatos de tacones vertiginosos siempre diferentes en cada pie, las joyas barrocas, los animales reales o inventados, los corsés, las tazas y teteras, etc.

Para formar parte de estos estilos pictóricos hace falta un punto de ironía que muchos de mis obras exhiben, como mi Caperucita Roja, mis diferentes versiones de Alicia en Wonderland o uno de mis últimos cuadros, Paseando a Miss Turtle, etc. donde auno la reivindicación por la salvación y el cuidado de los fondos marinos, que me vuelven loca, con la ironía de una paseadora bajo el mar llena de glamour...

Vivir casi veinte años en Italia, es atesorar muchos recuerdos. ¿Cómo ha sido esa parte de tu vida allí?

A.H.: Como todos los recuerdos del pasado, tienen sus lados buenos y sus lados no tan buenos. Me fui muy joven y todo era nuevo y diferente para mí así que me convertí en una esponja que absorbía lo que me rodeaba y le sacaba el mayor partido.

Procuro centrarme en los buenos recuerdos y las experiencias positivas: mi primera exposición en el 2001 en Roma que dio lugar a un camino de ascenso en el mundo de la pintura; las críticas súper positivas en los medios especializados y generalistas de todo el país, de la gente que alucinaba con mis obras, de la gente que conocí, de las tertulias, de los amigos, etc.

Por pura justicia, me considero auténticamente medio italiana, de hecho hay veces que me cuesta menos expresarme en italiano que en castellano para desgracia de los que me rodean. ???? Así como me llevé cosas muy positivas, también he dejado, creo, un grato recuerdo a la gente que aún hoy y gracias a las Redes Sociales me siguen, me echan de menos, me hablan, etc.

No quiero olvidar que las dos veces que he expuesto en el Carrousel del Louvre han sido de la mano de mi galerista italiano, con el que sigo teniendo una gran relación.

Los cambios son necesarios para evolucionar o tal vez la evolución te lleva al cambio. Mejor que nos lo explique una persona con experiencia en ellos y positiva como tú.

A.H.: Hablando de mi carrera pictórica, sería tonto no admitir que cuando eres un pintor profesional estás siempre en continua evolución e inmersa en un proceso de aprendizaje constante.

Tú evolucionas como persona y en consecuencia lo que creas, evoluciona a la par contigo. El mayor salto evolutivo de mi pintura se ha dado y ha coincidido al cien por cien con mi vuelta a España y mi ruptura con el pasado y eso, lógicamente, no es una casualidad, sino el fruto de un proceso de cambio y de evolución que he sabido enfocar positivamente a mi carrera y extraer todo lo bueno que ese cambio me ofreció.

Actualmente, me encuentro en un momento productivo de alto nivel, lo cual también discurre en paralelo con el sentirme apoyada, ayudada y comprendida por las personas que me quieren y me rodean.

XtremaAhora, te encuentras en tu tierra, Extremadura, a la que has hecho un homenaje con tu última obra "Xtrema _doll". En tu carrera profesional, esta vuelta a casa tendrá ventajas e inconvenientes,...

A.H.: Anteriormente ya había hecho otros homenajes a mi tierra pintando muñecas Montehermoseñas, de hecho, tres de esas imágenes fueron las protagonistas de la cartelería del Día Internacional de la Poesía en Cáceres en 2012 y de la Feria del Libro de mi ciudad en el mismo año.

Es cierto que la repercusión mediática y de seguidores que ha tenido esta última obra, XtremaDoll, ha sido mucho mayor debido posiblemente a la evolución tan rápida de mi obra y a que inevitablemente cada vez soy más reconocida en mi tierra como artista.

Las ventajas y los inconvenientes de estar en Extremadura son las mismas que estar en cualquier otra parte del mundo. Hoy en día no es tan importante donde residas porque las Redes Sociales, Internet, los medios, etc. nos acercan a todos cada vez más.

Yo realizo mi trabajo en Cáceres sabiendo que luego va a viajar por España y el mundo sin ningún problema. Aún así, Extremadura en general y Cáceres en particular siguen siendo, a día de hoy, donde más me impone exponer y mostrar mi obra y en compensación, donde con más cariño y admiración se me recibe.

Entre pinceles y premios, Cilento Donna (2011), POP EYE (2014), ARCOBALENO (2017),... ¿cuál reconocimiento es el que has vivido con más emoción?

Cualquier premio y reconocimiento es una inyección de adrenalina en la carrera de un artista, porque somos muchos y de entre todos ellos un jurado te ha elegido a ti, pero si me tuviera que quedar con uno solo de ellos sería sin duda el Pop-Eye 2014.

Cuando me enteré de quienes eran los anteriores artistas que tenían ese premio y cuando he visto los que me han seguido (Ouka Lele, El Hortelano, Javier Mariscal, Antonio de Felipe, Cristina García Rodero, Chema Madoz, Herminio Molero, Óscar Mariné, Javier de Juan, Guillermo Pérez Villalta...) no tengo más remedio que sentirme especialmente orgullosa, entusiasmada y agradecida de tenerlo.

Además, coincidió con que yo llevaba muy poco tiempo en España desde mi vuelta, tenía miedo del futuro y ese premio fue un antes y un después en esta etapa artística. Desde que obtuve el Pop-Eye en el 2014, mi marido y yo asistimos a la gala todos los años, hasta el 2016 en Cáceres y los dos últimos en Trujillo.

Hay pocas oportunidades en Cáceres para ver a gente del calibre de Carlos Saura, Miguel Ríos, Fernando Colomo, Cayetana Guillén Cuervo, etc (por citar solo a unos pocos de los premiados en estos últimos años), como para que un premio tan importante a nivel nacional tenga que abandonar Cáceres por falta de apoyo institucional y marchar a Trujillo, donde incluso ahora, me llegan comentarios acerca de que esas ayudas pueden peligrar también y se planteen el irse de Extremadura. Me encantaría aprovechar este foro para reivindicar que la Cultura es un bien escaso para el país y especialmente para nuestra región y las autoridades deberían hacer mucho más por ella...

Que tus pinturas sean las portadas de varios libros lo consideras como un encargo que te ha hecho especial ilusión. Los cuadros de una artista que es una gran lectora, tendrán gran influencia literaria...

A.H.: Muchas de mis obras son directamente referencias a obras literarias que me han marcado en la niñez y en la juventud, como Alicia en el País de las Maravillas, El Principito, los cuentos de Andersen, de los Hermanos Grimm, Mitos y Leyendas, etc. Forman parte de mi universo personal y por ello lo reflejo en algunas de mis obras.

Actualmente me he pasado a los audiolibros por falta de tiempo para sentarme unas horas con un libro entre manos, pero siempre he sido una lectora voraz destacando el romanticismo del XIX (Oscar Wilde, Lord Byron, los poetas malditos, Poe)...

No puedo decir que aparte de los cuentos y las obras fantásticas, la literatura esté demasiado presente en mi obra como trasfondo pero sí lo está como formato narrativo ya que, y así lo han visto también algunos críticos, me planteo cada cuadro como si fuera un cuento, un libro que cada espectador lee de una manera personal y única creando, de la mano de mis muñecas y de sus mundos, una historia diferente.

Ese es el motivo incluso de que mi última exposición se titule "Once upon a time" ("Érase una vez"), ya que cada pintura, desde el primer momento en que la miras, comienza a narrarte la historia que tú quieres ver en ella.

En las redes sociales, podemos ver la evolución de tus cuadros, que nacen, crecen y llegan al resultado final, para nosotros de una forma casi mágica. ¿Este proceso tiene improvisaciones o está cerrado desde el inicio?

A.H.: Mis obras son el resultado de un proceso que en mi cabeza está perfectamente arquitectado. Hago pocos bocetos previos, pero cuando doy las primeras pinceladas ya sé perfectamente donde irá cada joya, cada objeto, cada tatuaje, etc., pero por supuesto siempre hay lugar a la improvisación porque de repente te surge un objeto nuevo que no estaba allí al principio pero te llama y sabes que su lugar está en el cuadro y muchas veces, depende de él que el resultado final sea mágico.

En cuanto a las Redes Sociales, me gusta subir el proceso de mis obras, desde la madera limpia (siempre pinto sobre madera desde hace dos o tres años) hasta el momento de la firma, porque sé que hay muchísima gente que disfruta ese proceso como algo diferente y mágico y además es una oportunidad real de mostrar la complejidad y las horas de trabajo que tiene cada una de mis pinturas (la media de una de mis obras grandes es de un mes de trabajo). De esta forma, se puede apreciar en primera persona ese esfuerzo y eso ayuda a comprender el valor real de cada pintura.

Tus obras están por todo el mundo y la interpretación de la misma será diversa. ¿Se han puesto en contacto contigo alguna vez las personas que adquieren tus cuadros, para comentar o preguntarte sobre tus creaciones?

A.H.: Sé que mis obras están por toda Europa, en Asia, Sudamérica, etc. y es cierto que muchos de ellos me siguen por Redes Sociales y de vez en cuando me comentan detalles acerca de mis obras, sobre todo cuando descubren, y eso es algo que me hace mucha gracia, algún detalle años después, algo que se les había escapado o en lo que no se habían fijado hasta ese momento, como que han encontrado la llave de la cerradura, que no habían visto el insecto en el pelo o un cangrejo en la arena, cosas así.

En general, la gente que posee alguna de mis cuadros son personas con una sensibilidad especial hacia ese mundo onírico y de fantasía que reflejo en mis cuadros, ese País de las Maravillas del que no se cansan.

Mis obras tienen la ventaja de que cada vez que las miras puedes verlas de diferentes maneras y descubrir nuevas interpretaciones.

Tus bambolinas han ido forjando carácter, se diría que tienen cada vez más fuerza, más seguridad. ¿Es cierto esa evolución o es una lectura excesiva de tu alter ego en ellas?

A.H.: Yo he evolucionado, me he hecho más fuerte y más segura y ellas me han seguido en ese camino. Tienen más carácter, no dependen de nadie y como te decía antes, no tienen miedo. Todos en algún momento tenemos miedo pero afortunadamente, yo tengo la ventaja de poderlo exorcizar a través de mis obras.

Ellas me ayudan a vencer mis temores y yo, en compensación, las pinto como quieren ser, libres, seguras y valientes. Son mis alter ego o quizá, a veces, yo soy el de ellas. Como un Gepetto que las crea de la nada y las humanizo cada vez más, haciéndolas día a día más fuertes y seguras de sí mismas. Es una retroalimentación que nos favorece y nos ayuda a ambas.

¿Dónde podemos ver la próxima exposición de Ana Hernández San Pedro?

A.H.: En poco más de un mes expondré en León, en la galería Alemi y poco después en Santander en la galería Este. Estoy muy ilusionada con exponer en el norte ya que desde que estoy en España siempre he expuesto de Madrid hacia el sur y estas dos serán mis primeras apariciones en el norte del país.

Estoy además, esperando confirmación para exponer de nuevo en Cáceres donde, como dije antes, siempre me hace especial ilusión. Algunas de mis obras de pequeño formato se podrán ver en el Mercado Solidario de Navidad situado en la calle San Pedro, número 8, hasta Reyes aproximadamente. Es una oportunidad de primera para hacerse con una obra a un precio muy asequible donando parte de ello a las becas de alimentación para familias necesitadas.

Por último, ¿Cuando Ana Hernández no sueña con pintar, con qué sueña?

A.H.: En esto soy muy del montón, muy sencilla. Sueño simplemente con poder llevar una vida serena junto a la gente que quiero y poder realizar mi trabajo con éxito por muchos años.

Con disfrutar de mi marido, mi familia, mis amigos y mis seres queridos, poder visitar el mar todos los años, jugar con mi perrita y ver una peli con una copa de vino sin que el mañana me agobie.

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