Señalaba en una ocasión Luis Landero que hay que escribir de lo que recuerdes, no de lo que sientas.
En realidad, esta mezcla de realidad, que es lo que utilizamos los historiadores, basándonos en las fuentes documentales, archivísticas, bibliográficas y últimamente mediáticas, junto a la Memoria y a los sentimientos, hace que se produzca un cóctel, a mi juicio, muy interesante para abordar muchos temas sensibles y que suelen impregnar la actualidad y los debates en los que nos sumergimos cotidianamente.
Así, esta semana, a modo de ejemplo, ha convivido en la imagen de muchos de nosotros el visionado ( a través de una plataforma de televisión) de la película “El maestro que prometió el mar” ( que por cierto, se estrenó en los cines el 10 de noviembre de 2023), junto con el anuncio del Gobierno de España de recurrir ante el Tribunal Constitucional la derogación de varias leyes de Memoria Histórica y Democrática de las Comunidades Autónomas gobernadas por el pacto entre el PP y la extrema derecha.
Y es que, si escribimos, como nos anima Luis Landero, de los recuerdos, tenemos que insistir en los miles de españoles que están buscando una dignificación de su funesto destino como consecuencia de una feroz Dictadura y sobre todo por la represión ocasionada por un golpe de Estado ante un Gobierno, el de la Segunda República, legítimamente constituido e investido.
Si, a eso le unimos los sentimientos, no podemos dejar al margen, el dolor y a la vez satisfacción, que ha supuesto para miles de familias la recuperación de los restos de sus seres queridos. Sin entrar en disquisiciones ideológicas ( una y otra vez he reiterado que al sacar a una persona de una mina o de una cuneta no se le pregunta su afiliación).
Finalmente, si acudimos a la realidad, no se puede nunca obviar que tanto, recuerdos ( Memoria) como sentimientos, están apoyados en una ingente base documental. Son públicos los numerosísimos expedientes de responsabilidad política que se incoaron. Son públicas las sentencias, las condenas, los informes sobre antecedentes político- sociales…
Son incalculables los libros públicados, las biografías, los testimonios orales grabados, los documentales y audiovisuales.
Es decir, no estamos hablando de una manera individual de percibir lo que cada uno puede entender que ha sucedido en nuestra historia reciente, sino sobre las consecuencias producidas por este volcán de sentimientos, muchos ocasionados por los recuerdos y otros por la lectura de las fuentes que hemos ido analizando.
Estamos hablando de una interrelación entre estos tres factores. Por eso, el nexo de unión entre la Memoria y la Historia, en nuestro caso ocasiona el florecer de expresiones de elevada sensibilidad.
Así pues, una vez más, abogamos por la necesidad de mantener la legislación que las proteja.