13 marzo 2024
La estética minimalista arrasa. Desde que el orden y los espacios pequeños han tomado nuestro día a día, este estilo gana cada vez más partidarios. Y no es para menos, ya que se trata de una fórmula muy versátil que permite adaptar espacios pequeños y conseguir de ellos lugares muy atractivos visualmente y muy cómodos para disfrutar de una mayor sensación de bienestar.
A juicio de la arquitecta Janna Montes, el minimalismo se caracteriza por reducir al mínimo los elementos necesarios. Es muchas ocasiones, recurrir a este estilo es una apuesta casi necesaria ya que hay muchos salones o estancias donde el gran hándicap son las dimensiones.
Así, un salón minimalista no es más que un espacio donde reina la armonía y existe un equilibrio entre elementos, con líneas sencillas y una utilización acertada de los colores. En este sentido se prefieren los tonos suaves y neutros y se suele echar mano de mobiliario imprescindible y muy ligero, para generar un ambiente más ordenado.
Si hablamos de decoración de salones, el sofá, o los elementos de descanso y confort, son los grandes protagonistas. Por ello, ya sea para adoptar un estilo minimalista o darle un aire diferente, el sofá debe ser el eje a partir del que se inicie toda la decoración.
Eso sí, podemos echar mano de otros elementos como lámparas, butacas o Mesas de madera con mucha personalidad, pero sin restarle protagonismo a sofá. En el caso de las mesas de madera, algo que se puede ampliar a otros muebles como el de la televisión o baldas para la pared, hay quien busca la inspiración nórdica.
Y es que el minimalismo también bebe mucho de estos estilos decorativos, caracterizados por las formas sencillas, la inclusión de elementos naturales y la presencia de mucha luz. Si cruzamos ambas ideas, decoración nórdica y minimalismo deben tener a la luz como elemento esencial, ya que a más entrada de luz natural, más amplitud visual ganan los espacios reducidos.
Esta es otra de las claves en el estilo minimalista, y en especial si queremos implementarlo en estancias como el salón. Este espacio es, por definición, un lugar con varias funciones, ya que sirve como zona de descanso para ver la tele o leer, pero también puede acoger el comedor, hacer las veces de despacho y área de trabajo o lugar para encuentros con amigos y familiares.
Por ello, una tendencia habitual es hacerse con muebles multifuncionales, algo que se puede conseguir con sofás modulares, la presencia de pufs, pequeñas mesas auxiliares de madera o mesas de comedor que sean abatibles. A esto hay que añadir taburetes bajos que en su interior ofrezcan espacio de almacenamiento y hasta sacar partido del espacio vertical, las paredes, para instalar muebles: baldas o estantes, la televisión, una pantalla para proyector, etc.
Coincidimos en que la entrada de luz es esencial en las estancias con decoración minimalista. Esto hay que lograrlo a través de luz natural y la elección de colores neutros y suaves, pero también con iluminación artificial.
Aquí podemos echar mano de diseños simples y luminarias sencillas con líneas puras para equilibrar el espacio. Algunos ejemplos son plafones y apliques para el techo, tiras led casi ocultas en la pared o en las aristas de los muebles y solo algún toque más distinguido con lámparas de diseño para espacios más protagonistas. Otra idea interesante es colocar estas tiras bajo los muebles volados, así el conjunto crea el efecto de que los muebles flotan sobre el suelo.
En cuanto al color de la luz, lo mejor es decantarse por la neutra, que es la más parecida a la luz natural. Solo se admite la iluminación cálida en zonas concretas como algún elemento decorativo a resaltar o la zona de lectura o descanso.
El minimalismo puede resumirse con la máxima de que menos es más, pero va mucho más allá de eso. No se trata de dejar espacios vacíos, sino ocupar las estancias con los elementos mínimos para apostar bienestar y calidez. Ideal para interiores con dimensiones reducidas, no es fácil reproducir este estilo con acierto, pero aún así, te animamos a lo intentes.
