03 marzo 2017
Aunque no nos damos cuenta porque lo hemos adoptado como algo cotidiano, lo cierto es que la revolución digital ha cambiado de forma radical nuestras vidas. Y no solo las ha cambiado, sino que sigue haciéndolo a medida que se incorporan nuevos elementos, como el ya conocido Internet de las Cosas o los dispositivos conectados. Y la lista no hace sino aumentar de día en día. Así es como nos ha cambiado el mundo digital en tan solo unos años.
Si te gusta leer, seguramente te hayas dado cuenta de la cantidad de espacio que ocupan los libros en papel. Algo que se puede convertir en un problema si tienes que mudarte, porque parece que no hay suficientes cajas de cartón para guardar tanto libro. La tecnología se ha encargado de que esto cambie.
Hoy, con una tableta o un lector de libros electrónicos, podemos tener miles de títulos disponibles en apenas lo que ocupa un cuaderno de tamaño mediano. Por tanto, las estanterías no son necesarias. Al menos no para almacenar nuestros libros como lo hacíamos hace apenas una década. Si queremos una nueva lectura, no hay más que descargarla a la memoria de nuestro dispositivo habitual y ocupará el mismo espacio que los cientos o miles de libros que ya tenemos ahí. Y la cosa puede ir a más, ya que el papel digital promete sustituir a la tradicional libreta de apuntes.
Aunque lleva algo más de tiempo disponible, la posibilidad de celebrar reuniones por videoconferencia se han generalizado en los últimos años. Ya no hace falta viajar de un lugar a otro del mundo ni reunir a todos los participantes a una negociación en un solo lugar. Con una pantalla y una conexión a Internet, se pueden cerrar acuerdos, presentar nuevos productos o propuestas y un sinfín de cosas más. Para mostrar imágenes y elaborar presentaciones, basta con descargar Prezi o subirlo todo a la nube para que el resto lo vea.
Pero no solo el mundo de los negocios cambia con esto. Cualquiera puede hablar cara a cara con otra persona, sin importar si se encuentra en la otra parte del mundo. Programas como Skype, Hangouts o Whatsapp han llevado la comunicación en tiempo real a un nivel que hace una década solo se imaginaba en las películas de ciencia ficción.
Aprender cualquier cosa es posible hoy sin moverse de casa. No importa si se trata de hacer un curso de cocina o sacarse una carrera universitaria. Todos los centros de formación cuentan con plataformas digitales desde las que imparten cursos, algunos de ellos gratuitos. Un ejemplo es la Fundación FIDAS, que se dedica a la formación de arquitectos. Los estudiantes de la fundación pueden acceder a la formación online. Y lo mismo se puede decir de la UNED o prácticamente todas las universidades que existen. Los MOOCs o cursos de formación masiva en línea ya son de uso tan cotidiano que ni nos planteamos que apenas unos años atrás no existían.
El IoT o Internet de las cosas es una realidad. Hoy hay miles de electrodomésticos que se comunican entre sí a través de la red, convirtiendo una vivienda en un mundo completamente digitalizado. Sobre todo se ve su aplicación en la cocina, que es donde en el futuro serán todavía más los elementos inteligentes, aunque la domótica y el catálogo de dispositivos smart portátiles parece no tener límites.
Todo esto, y muchísimo más, ha dado un giro en tan poco tiempo que si alguien de hace 10 años viniera a nuestra época, no se creería que ha pasado solo una década. ¿Que nos depararán los próximos 10?
