04 mayo 2020
Se trata de una instancia y su tramitación, en cuatro hojas, pertenecientes a los Propios de Badajoz donde se reclama por parte de los aficionados a la pesca que los pescadores profesionales sean castigados por el uso indebido de redes de pesca no permitidas por la ley.
En concreto, el documento contiene una cuartilla en tinta violeta con el extracto del expediente que adjunta la instancia de los aficionados a la pesca, un decreto de Diputación para que ésta pase al ayuntamiento y el informe de este a la institución provincial de nuevo, ha agregado junto con que falta la resolución.
Sobre el mismo, ha explicado que en 1837 un grupo de 44 vecinos de Badajoz aficionados a la pesca de caña, "cansados de las evasivas del ayuntamiento y tras varias reclamaciones", decidieron cursar instancia directamente a la Diputación Provincial, organismo que desde la desaparición de la Contaduría General de Propios y Arbitrios del reino, en 1836, se hizo cargo de los Propios de la ciudad y la provincia.
"La instancia no deja lugar a dudas y es sumamente interesante para cuantos aficionados a la pesca hay en Badajoz, pues utiliza ya desde estas fechas la toponimia que usamos hoy día para identificar lugares muy concretos del río Guadiana", ha destacado.
Así, el grupo de aficionados solicitaba que se cortasen los abusos producidos en la pesca en los lugares conocidos del 'Charco del Puente' y los comprendidos entre 'la Pesquera del molino de Moscoso' hasta la 'del de Ballesteros' y, además, se dejen sin pesca de red la 'Charca de las patas', 'Aguasfrías' y 'Casasola'.
Al parecer, los pescadores profesionales, personas que se dedicaban a la captura y posterior venta en el mercado del pescado de río, estaban utilizando mallas y redes prohibidas por las ordenanzas municipales.
Sin embargo, en el informe requerido al ayuntamiento por la Diputación de Badajoz se reconoce por este que se le ha concedido permiso a los pescadores profesionales siempre y cuando se usaran las redes adecuadas al Reglamento de entonces.
No obstante, la escasa vigilancia para el cumplimiento de las ordenanzas municipales creaba una cierta impunidad con respecto al comportamiento de los pescadores profesionales.
